Verstappen se lo pasa pipa en Spa

La voracidad ilimitada que impulsa a Max Verstappen cada vez que se sube a su monoplaza procede en gran medida de su ADN. La otra parte de la ecuaci¨®n lleva la firma de Jos, su padre, cuyo paso por la F¨®rmula 1 se reduce a menos de cinco temporadas completas y dos podios como mejores resultados. Puede que eso sembrara en ¨¦l las dudas que demostr¨® tener cuando su hijo de cuatro a?os le pidi¨® subirse por primera vez a un kart, de un amigo. Tras seis meses de l¨¢grimas y s¨²plicas por parte del ni?o, Jos accedi¨®. ¡°Fue en Genk, en una pista muy peque?a, y a¨²n conservamos aquel kart, que est¨¢ expuesto en la tienda en la que vendemos la ropa de Max¡±, rememoraba hace alg¨²n tiempo Verstappen, padre, en una entrevista concedida a la revista de Red Bull. ¡°Recuerdo que, despu¨¦s de un par de vueltas, hizo toda la pista a fondo. Debido a la vibraci¨®n, el carburador se cay¨®. Al d¨ªa siguiente fuimos a comprarle un kart m¨¢s grande¡±, a?ade el expiloto, cuya determinaci¨®n, tozudez y dureza, permiten entender en cierto modo la ambici¨®n del actual campe¨®n.

Verstappen es como es gracias o por culpa de Jos, que hizo de ¨¦l un animal competitivo radical. A la mayor¨ªa de padres les costar¨ªa obligar a sus hijos a subirse a un kart, con las manos atenazadas por el fr¨ªo. ¡°Dej¨¦ la furgoneta encendida para que, despu¨¦s de diez vueltas, pudiera ir a calentarse un poco. Al cabo de tres minutos me di cuenta de que no volv¨ªa¡±, a?ade el excorredor. ¡°Apenas pod¨ªa mover los dedos, pero me daba igual¡±, prosigue Jos, que con episodios como este se ha ganado la etiqueta de inquebrantable, esa misma que ha transmitido a su hijo, y esa misma que ayud¨® a Mad Max este fin de semana en B¨¦lgica a dejar claro que no hay nadie en la parrilla actual que pueda medirse en corto.

El circuito de Spa siempre esconde sorpresas, algo normal si tenemos en cuenta la inestabilidad meteorol¨®gica de las Ardenas, y sus siete kil¨®metros de cuerda. Si a eso se le a?ade la penalizaci¨®n de cinco posiciones que le cayeron por estrenar la quinta caja de cambios, la carrera de este domingo se adivinaba m¨¢s entretenida de lo que fue despu¨¦s. En el primer giro, Verstappen gan¨® dos posiciones y se coloc¨® el cuarto. En la sexta vuelta, Lewis Hamilton perdi¨® el efecto del aler¨®n trasero m¨®vil (DRS) sobre Charles Leclerc y fue engullido por el b¨®lido energ¨¦tico. Tercero. Tres giros despu¨¦s, hizo lo mismo con Leclerc, en la interminable subida que preside el trazado belga, y a partir de ese instante fij¨® su punto de mira en el trasero del b¨®lido de Checo P¨¦rez, su compa?ero. El a?o pasado, el holand¨¦s arranc¨® el 14? y necesit¨® 18 vueltas para recuperar el liderato; una m¨¢s de las que precis¨® esta vez.

Fue poco despu¨¦s de la primera parada en los talleres, en la que ya le peg¨® un buen mordisco al mexicano. Poco a poco, el jefe se fue acercando a su vecino hasta abrasarle, de nuevo tirando de DRS, antes de desaparecer sin remedio. Habituado a rodar solo, esta vez se lo pas¨® pipa culebreando entre sus rivales. P¨¦rez firm¨® el quinto doblete de la estructura del b¨²falo rojo, por m¨¢s que cruz¨® 22 segundos m¨¢s tarde que el ganador, mientras que Leclerc complet¨® el podio. Fernando Alonso concluy¨® el quinto y Carlos Sainz tuvo que abandonar, como consecuencia de un toque con Oscar Piastri en la primera curva. Ni las cuatro gotas que cayeron a mitad de la prueba provocaron la menor tiritona a Verstappen, que sigue destrozando r¨¦cords. Este es su d¨¦cimo triunfo de la temporada y el octavo consecutivo, la segunda mejor racha de siempre, solo superada por la de nueve victorias que Sebastian Vettel acumul¨® en 2013. Por lo dem¨¢s, nadie en la historia del certamen ha sido capaz de encadenar en un mismo curso los 12 triunfos que suma Red Bull.

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