El mejor miedo
Sevilla mostrar¨¢ esta noche dos historias, dos estilos, dos modelos, dos orgullos representativos¡ Y mostrar¨¢ el f¨²tbol aut¨¦ntico: esa emoci¨®n con la que no nos cansamos de jugar
Un hermoso sentimiento
Las competiciones europeas son para las ¨¦lites y la Liga es demasiado larga para permitir sorpresas, pero la Copa admite el sue?o de todos y esta noche, en Sevilla, muchos aficionados sentir¨¢n que cuando los sue?os se cumplen, duran toda la vida. Porque esta noche es la noche. Quiz¨¢s no para usted ni para m¨ª, pero s¨ª para quienes, en Bilbao y Mallorca, henchidos por el orgullo representativo que les provocan sus equipos, llevan semanas esperando esta cita con la historia. La gloria solo elegir¨¢ a uno, pero la expectativa y la emoci¨®n son privilegios de los dos equipos. Y de las dos hinchadas, esos tipos que juegan por delegaci¨®n y que anoche tampoco pudieron dormir. A estas horas los jugadores est¨¢n acompa?ados por el miedo a perder, a defraudar, a no estar a la altura. Para atenuarles esa sensaci¨®n me permitir¨¦ decirles que por estos momentos han elegido ser futbolistas y, como ya tengo perspectiva, les advierto que no conocer¨¢n un miedo mejor en lo que les queda de vida.
Los peligrosos colados
Hace m¨¢s de 20 a?os que el Mallorca gan¨® su ¨²nica Copa y tener esta oportunidad mientras escapa del descenso pasito a pasito es una alegr¨ªa de otro nivel. Jos¨¦ Sanch¨ªs, excelente periodista y buen amigo mallorqu¨ªn, dice que tiene ¡°la sensaci¨®n de ir a una fiesta a la que no estaba invitado¡±. Menuda fiesta, con m¨¢s de 20.000 colados. Colados que pagar¨¢n una entrada que, por el nivel de las expectativas, tuvieron que sudar sangre para conseguir. El Athletic no hace 20 a?os sino 40 que no levanta una Copa, pero por la autoridad que imprime la clasificaci¨®n de la Liga y los aristocr¨¢ticos derechos hist¨®ricos, se siente favorito. Trampa de la percepci¨®n en la que conviene no caer. Porque, en un porcentual no menor, aumenta las posibilidades de las presuntas v¨ªctimas.
La trampa favorita del f¨²tbol
Bilbao lleva semanas ganando este partido porque el Athletic es religi¨®n y los bilba¨ªnos son optimistas. Pero conviene recordar que son esas diferencias psicol¨®gicas que ni los algoritmos pueden detectar las que alteran el pron¨®stico y convierten cualquier partido en una timba. M¨¢s, una final. En la espera, la distancia que separa la ilusi¨®n de la amenaza marcar¨¢ un distinto nivel de angustia; mientras juegan, unos luchar¨¢n por alcanzar la gloria y otros por huir del fracaso. No es lo mismo. El af¨¢n de simplificar y el gusto por la exageraci¨®n que caracteriza al f¨²tbol preferir¨¢ acudir a una de las definiciones cl¨¢sicas de toda final: ¡°partido a vida o muerte¡±. La ahora llamada ¡°estructura¡± de uno y otro equipo ya est¨¢ definida, pero en los partidos a vida y muerte cuentan las minucias, detalles insignificantes que pueden provocar felices o terribles consecuencias. Como pueden ver, acechan las imprevisiones.
El valor de lo aut¨¦ntico
Bilbao est¨¢ pintada de rojo y blanco en una nueva demostraci¨®n del arraigo cultural y popular del f¨²tbol que, en el caso del Athletic, provoca un emocionante estallido identitario. Merece ser visto y admirado. Porque la autenticidad de ese v¨ªnculo apasionado que Bizkaia tiene con su club de referencia es la gran fortaleza que el f¨²tbol tiende a esconder detr¨¢s de pol¨¦micas cada d¨ªa m¨¢s deprimentes; detr¨¢s del gigantismo de los grandes equipos que copan los medios y envenenan las redes; detr¨¢s de la mediocridad y la corrupci¨®n a las que nos estamos acostumbrando. Sevilla mostrar¨¢ dos historias, dos estilos, dos modelos, dos orgullos representativos¡ Y mostrar¨¢ el f¨²tbol aut¨¦ntico: esa emoci¨®n con la que no nos cansamos de jugar.
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