El resplandor de la final de la Copa del Rey
Athletic y Mallorca se baten en un partido que ha movilizado a cerca de 100.000 aficionados en Sevilla
No hay seguramente un torneo m¨¢s popular en el f¨²tbol que la Copa, punto de encuentro de los equipos sin condici¨®n de clase, peque?os o grandes, territorio para la sorpresa y la ¨¦pica, la competici¨®n en la que el aficionado se siente m¨¢s protagonista que nunca desde el inicio hasta la final, anunciada en la presente edici¨®n para este s¨¢bado en La Cartuja (22.00; La1, Movistar, ETB1 y IB3). Nunca ha habido un estadio con suficiente capacidad para atender a las peticiones de las hinchadas de los equipos que se citan para el t¨ªtulo: ahora Athletic-Mallorca. El de Sevilla no ser¨¢ una excepci¨®n porque se anuncia la presencia de m¨¢s de 70.000 seguidores rojiblancos y 21.000 mallorquinistas ¡ªcifra r¨¦cord en el club¡ª cuando el recinto es para 60.000. El colorido de camisetas rojiblancas, rojas y negras es deslumbrante en la luminosa Sevilla.
La Copa se vive en el campo, en la calle, en los bares, en los trenes y en los aviones, en la ciudad donde se disputa y en las de los finalistas, en los pueblos donde siempre ha habido militantes del Athletic y del Mallorca. La movilizaci¨®n es ¨²nica y desbordante porque la preparaci¨®n y la celebraci¨®n dura d¨ªas y d¨ªas mientras siguen su curso LaLiga y la Champions y se discute sobre la Superliga. El aura de la final de Copa se mantiene como si fuera una reliquia del aficionado de toda la vida, ahora representado en Sevilla. El escenario es tan acogedor como el cartel: el Athletic, adicto al torneo, defiende la tradici¨®n, mientras que el Mallorca representa a los equipos inesperados que se han ganado la oportunidad de su vida, siempre tan novedosos y al tiempo cl¨¢sicos porque de vez en cuando alguno ya tiene su historia en la Copa.
El Mallorca, dos veces subcampe¨®n ¡ªderrotado en 1991 por el Atl¨¦tico y en 1998 por el Barcelona¡ª, gan¨® el torneo en 2003 despu¨¦s de vencer al Recreativo en Elche por 3-0. Ahora, 21 a?os despu¨¦s, alcanza su cuarta final en un per¨ªodo de renovaci¨®n y modernizaci¨®n obligado por el descenso a Segunda B en 2017. Ha alcanzado incluso un toque de la NBA por la presencia entre los socios capitalistas de Nash y Kerr. El dinero estadounidense ha sustituido a dirigentes emblem¨¢ticos como la familia Asensio, el ejecutivo Mateo Alemany o el doctor Bartolom¨¦ Beltr¨¢n.
Aguirre, mexicano de nacimiento e hijo de emigrantes vascos, pretende ganar un t¨ªtulo que se le neg¨® en 2005 con Osasuna. El t¨¦cnico ha armado un equipo experto en superar situaciones l¨ªmite: est¨¢ seis puntos por encima del descenso en LaLiga y en la Copa ha eliminado a equipos que juegan muy bien como la Real Sociedad y el Girona. El f¨²tbol ha enganchado a una generaci¨®n m¨¢s numerosa incluso que la presente en la final de 1998 con el Bar?a: 17.000 seguidores se concentraron en Mestalla. Ahora ser¨¢n unos cuantos miles m¨¢s, aunque se sospecha que muchos aficionados del Athletic viajaron hasta Mallorca para hacerse con una entrada para la final de La Cartuja.
El momento ha activado la memoria y los j¨®venes se interesan por las plantillas de aquellos ilustres veteranos que vieron a su equipo disputar la Champions y ganar al Arsenal en 2001, despu¨¦s de ser terceros por dos veces en la Liga (1998-1999 y 2000-2001). Nadie olvid¨® a t¨¦cnicos como Serra Ferrer, H¨¦ctor C¨²per, Luis Aragon¨¦s o Gregorio Manzano ni a jugadores de la talla de Diego Trist¨¢n, Luque, Nadal, Eto¡¯o, Pandiani y Leo Franco. El gancho popular es ahora un delantero de Art¨¤, m¨¢ximo goleador en la Copa (seis), de nombre Abd¨®n Prats.
Incluso Valverde, el entrenador del Athletic, forma parte de la historia del Mallorca. All¨ª se retir¨® como jugador antes de iniciar una carrera como t¨¦cnico que pretende coronar con la conquista de la Copa. No hay seguramente un t¨ªtulo m¨¢s preciado para el Athletic. Las dos ¨²ltimas Supercopas (2015 y 2021) no paliaron el dolor por las seis finales coperas perdidas en los ¨²ltimos 15 a?os, cuatro contra el Bar?a de Messi, vengador a su manera de Maradona. El ¨²ltimo trofeo de Copa que levantaron los rojiblancos fue precisamente contra el Bar?a de El Pelusa en 1984. El plantel de Clemente se impuso con un gol de Endika despu¨¦s de un partido que acab¨® a patadas y supuso el adi¨®s de Maradona hacia N¨¢poles.
El Athletic entiende que la perseverancia y tambi¨¦n la estima por el torneo merecen el mejor reencuentro 40 a?os despu¨¦s en Sevilla. A excepci¨®n del Barcelona, l¨ªder con 31 trofeos, ning¨²n equipo ha ganado m¨¢s t¨ªtulos que el Athletic: 24 y 17 subcampeonatos por ocho Ligas. Aunque nadie menta la bicha ¡ªla gabarra¡ª, la hinchada rojiblanca vive un momento de euforia y no duda de que volver¨¢ a asomarse a la r¨ªa como no hace desde 1984, despu¨¦s de conquistar un estadio que no le fue precisamente propicio contra la Real ni el Bar?a.
La trayectoria del plantel de Valverde invita al optimismo una vez que ya ha eliminado al Atl¨¦tico y al Bar?a, y pelea por clasificarse en la Champions en la Liga. La comuni¨®n de la afici¨®n con los jugadores, del club con el equipo, es extraordinaria por la salud de Lezama y el vigor de San Mam¨¦s. La cuesti¨®n est¨¢ en saber si sabr¨¢ gestionar la condici¨®n de favorito en un partido de m¨¢xima expectaci¨®n en Sevilla y por cuyo resultado est¨¢n pendientes tambi¨¦n equipos con aspiraciones europeas como Osasuna, el Betis y el Valencia.
Athletic y Mallorca se batir¨¢n en una final que evoca viejos tiempos y da sentido a la Copa como un torneo abierto y cuyo ¨²ltimo campe¨®n es el Madrid. Los blancos suman tres t¨ªtulos por siete de los azulgrana desde que el cl¨¢sico se convirti¨® tambi¨¦n en el punto final de la Copa a partir de 2009. Hoy ya no est¨¢ Guardiola, entrenador del City, ni tampoco Mourinho. El protagonismo es para el Athletic y el Mallorca y para sus seguidores, que se llenan de boca con la Copa. Apenas hay manera ya de abrirse paso a pie o en coche en la ocupada Sevilla.
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