La Liga y la dana: La jornada del dolor y la verg¨¹enza
Dice Ancelotti que los futbolistas y los entrenadores no tienen la fuerza necesaria para suspender una jornada de Liga, pero cuesta creerlo. Le ha faltado un l¨ªder a esta revuelta
Lo dijo Arrigo Sacchi: ¡°El f¨²tbol es la cosa m¨¢s importante de las cosas menos importantes¡±. Recurri¨® a ¨¦l este lunes Carlo Ancelotti. El italiano, explic¨®, no quer¨ªa hablar del partido de Champions que este martes le medir¨¢ al Milan. No ten¨ªa la cabeza en el f¨²tbol. Como no la ten¨ªan decenas de futbolistas que tuvieron que jugar un partido este fin de semana. Tampoco la tienen los valencianos, que en la cabeza tienen tristeza, desastre, angustia, preocupaci¨®n. Los valencianos est¨¢n de barro hasta las cejas. Est¨¢n cansados, hambrientos, algunos tienen diarrea, a otros les martirizan los gemelos de tanto andar entre el fango. Se sienten desamparados y descorazonados. Se han visto abandonados a su suerte. La desaz¨®n es terrible. Y el miedo ha quedado soterrado entre los escombros y los coches que ya nunca recuperar¨¢n. Ahora, cuando otro vecino o amigo pregunta, la mayor¨ªa ve una luz: ¡°Lo hemos perdido todo, pero estamos todos bien¡±. Es la respuesta m¨¢s habitual en las conversaciones de estos d¨ªas. De Alfafar a Algemes¨ª, pasando por Paiporta o Catarroja. Pueblos que los de la zona recitan como si fuera una alineaci¨®n. En donde uno no tiene un primo, tiene a un amigo o a un ex. Y en donde los d¨ªas pasan sin que el marr¨®n siga ti?¨¦ndolo casi todo.
Ese es el escenario en el que se disput¨® la ¨²ltima jornada de Liga. Despu¨¦s de ver c¨®mo se romp¨ªa Vicente Moreno, de Massanassa. Incapaz siquiera de hablar porque no acababa de entender qu¨¦ hac¨ªa ¨¦l preparando un partido de Osasuna en lugar de estar donde quer¨ªa estar, donde le necesitaba su familia, donde hac¨ªan falta manos para achicar agua y limpiar bajos hoy inhabitables. Una jornada que nunca deber¨ªa haberse disputado. Como advirti¨® Luis Garc¨ªa Plaza, acongojado: ¡°Que hayamos jugado este partido no hay por d¨®nde cogerlo¡±. Fue una jornada de verg¨¹enza y dolor. Con futbolistas con la cabeza en otro lado. Como Pablo Fornals. ¡°Hoy no era un d¨ªa para celebrar nada¡±, dijo.
El f¨²tbol no par¨®, pero tampoco par¨® el baloncesto. No par¨® el deporte, porque al no parar ¡°la cosa m¨¢s importante de las cosas menos importantes¡±, nadie se sinti¨® interpelado.
Dice Ancelotti que los futbolistas y los entrenadores no tienen la fuerza necesaria para suspender una jornada de Liga. Cuesta creerlo. Le ha faltado un l¨ªder a esta revuelta que se ha quedado solo en lamento. Un lamento compartido, s¨ª. Pero poco m¨¢s. No reaccion¨® Javier Tebas, ni lo hicieron los clubes. Por solidaridad. Por comprensi¨®n hacia esos actores principales que no pod¨ªan pensar en el bal¨®n, sino en palas y cepillos. Tampoco asumi¨® el mando el Consejo Superior de Deportes, que bien podr¨ªa haber suspendido la competici¨®n ni que fuera por un fin de semana. En se?al de luto.
Se entiende que cuando el mi¨¦rcoles pasado la Liga atendi¨® la petici¨®n del Valencia de posponer el partido contra el Madrid (y de otros clubes de zonas afectadas) todav¨ªa no fueran capaces de advertir la dimensi¨®n de la tragedia. Pero hasta el viernes tuvieron tiempo suficiente para asimilarlo. Y para hacer extensible la suspensi¨®n a toda la jornada.
Este martes vuelve la Champions, vuelve el f¨²tbol. Y a nadie le sorprende. No se parar¨¢ el mundo. Porque hasta el sol asom¨® por Valencia despu¨¦s de la tormenta. Pero muchos nos sentir¨ªamos m¨¢s en paz con el f¨²tbol si por una vez hubiera sido, realmente, lo menos importante.
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