Suecia gana el premio de consolaci¨®n en el Mundial

No pudieron Australia y su amor propio, derribar la muralla sueca, as¨ª que las n¨®rdicas ganaron el partido m¨¢s indeseado para unas aspirantes, pero al menos se colgaron la medalla de bronce. Un gol de penalti en la primera parte allan¨® el camino, y otro m¨¢s, en un contragolpe, mediada la segunda mitad, certific¨® el triunfo de Suecia y la decepci¨®n local, que se atempera por la magn¨ªfica trayectoria de las matildas durante todo el campeonato, refrendado adem¨¢s por la respuesta de los aficionados, que abarrotaron cada estadio en el que jugaba Australia.

SUESuecia

2

Zecira Musovic, Magdalena Eriksson, Jonna Andersson, Amanda Ilestedt, Nathalie Bj?rn, Johanna Rytting Kaneryd, Filippa Angeldahl, Elin Rubensson, Fridolina Rolf?, Kosovare Asllani y Stina Blackstenius

AUS Australia

0

Mackenzie Arnold, Steph Catley, Clare Polkinghorne, Ellie Carpenter, Clare Hunt, Katrina Gorry, Kyra Cooney-Cross, Caitlin Foord, Hayley Raso, Sam Kerr y Mary Fowler

Goles 1-0 min. 29: Fridolina Rolf?. 2-0 min. 62: Kosovare Asllani.

?rbitro Cheryl Foster

Tarjetas amarillas Katrina Gorry (min. 45), Elin Rubensson (min. 88) y Lina Hurtig (min. 94)

Fue un ejercicio de frialdad sueca frente al fervor australiano, que ayer cedi¨® los colores a su rival, pero no perdi¨® ni un ¨¢pice de fe, al menos hasta el segundo tanto de Suecia. Desde el inicio, el equipo de Australia intent¨® hacer el partido inc¨®modo a sus rivales, presionando fuerte en campo sueco, con Kerr como amenaza constante, pero sus rivales supieron zafarse con oficio y jugar con paciencia. El empuje australiano no llegaba para acercarse a la porter¨ªa de Musovic. Las centrales solventaron sin problemas cualquier enredo que se propon¨ªa en las inmediaciones de su ¨¢rea.

Poco a poco, Suecia impon¨ªa su f¨²tbol pese al entusiasmo australiano en el campo y en la grada. En el minuto 26, la mejor acci¨®n de ataque del equipo n¨®rdico termin¨® con un remate de cabeza al larguero de Rolf?, pero el VAR rebobin¨® la acci¨®n, y volvi¨® a la entrada al ¨¢rea de Blackstenius, a la que Hunt toc¨® por detr¨¢s en la bota, motivo suficiente para que la acci¨®n desembocara en un penalti que Fridolina Rolf? transform¨® en un disparo pegado al poste al que no pudo llegar Arnold.

Era el principio del fin para Australia, que no ten¨ªa m¨¢s remedio que arriesgar para cambiar la direcci¨®n que tomaba el partido. No le falt¨® determinaci¨®n, pero s¨ª tal vez un poco de calidad para poder acercarse con garant¨ªas al ¨¢rea de su contendiente, que supo administrar los esfuerzos para irse al descanso con ventaja. Las ¨¢reas quedaron in¨¦ditas en los ¨²ltimos minutos en los que Suecia supo enfriar los ardores australianos e incluso pudo aumentar la diferencia en un disparo desde el borde del ¨¢rea que sac¨® Arnold, en los minutos de descuento.

Volvi¨® a salir Australia al abordaje tras el descanso. Kerr intent¨® amenazar a la guardameta de Suecia en varias acciones, frustradas casi siempre por la defensa, o por la impericia de las atacantes locales, que, adem¨¢s, fueron perdiendo fuelle con el paso de los minutos, y descuidando su zaga seg¨²n avanzaba el partido, as¨ª que en el minuto 62, un contragolpe de Suecia acab¨® en el segundo gol, que cerraba definitivamente el marcador. En un tres contra tres, Blackstenius no control¨® bien en el ¨¢rea y perdi¨® ¨¢ngulo de disparo, pero se dio la vuelta con pericia, vio la entrada de su capitana Asllani por el centro, y le puso la pelota para el remate imparable desde la frontal, que acababa con la resistencia de las matildas.

De ah¨ª al final, la impotencia australiana se top¨® con la solvencia de las suecas, que no pasaron demasiadas penurias para frenar las acometidas, cada vez menos chisposas de sus rivales, que no se entregaron, pero no tuvieron opciones reales de remontar.

Suecia nunca hab¨ªa perdido dos partidos consecutivos en un Mundial y seguir¨¢ sin hacerlo. A la desilusi¨®n por la derrota frente a Espa?a, le sustituye la moderada alegr¨ªa por el tercer escal¨®n del podio en el Mundial oce¨¢nico. Algo es algo, pese a que quede la melancol¨ªa de lo que pudo ser y no fue.