?Todos somos Messi?

Mart¨ªn querido:

Va un despeje de angustia: pensaba consolarte por la crisis de Argentina, pero despu¨¦s de leerte tendr¨¢s que consolarme a m¨ª. Tu carta me ha sumido en una convincente depresi¨®n. Comparado contigo, Pessoa es euf¨®rico.

Lo peor es que tienes raz¨®n. El asesinato de Khashoggi orquestado por Arabia Saudita no pudo ser m¨¢s atroz. Y agregas un dato de esos que hacen inolvidables las historias: el periodista arriesg¨® su vida al buscar papeles en el consulado saudita en Estambul para casarse por cuarta vez. Seg¨²n el doctor Johnson, quien reincide en el matrimonio revela el triunfo de la esperanza sobre la experiencia. Amenazado de muerte, Khashoggi era un profesional de la esperanza. Su cuerpo repartido en dos maletas fue una intolerable afrenta a la libertad de expresi¨®n y al optimismo amoroso.

Los jugadores de Arabia Saud¨ª no son responsables de las ejecuciones de su pa¨ªs (tampoco la Argentina de Menotti era responsable en 1978 de las torturas que se comet¨ªan en la ESMA, no muy lejos del estadio), pero indigna que los jeques del petr¨®leo y de la sangre capitalicen ese triunfo y ahora contraten a quien naci¨® para ser visto como el mejor ni?o de Rosario.

No es la primera vez que Leo derrapa fuera del campo. Fue el evasor fiscal m¨¢s famoso de Barcelona y solo evit¨® la c¨¢rcel porque con la condena de 21 meses alcanzaba fianza (con dos m¨¢s, habr¨ªa hecho sus jugadas de ¨¢rea chica en una celda).

La Pulga tiene la excusa de que no se entera de nada: otras personas manejan su destino. Sin embargo, esta versi¨®n del genio como t¨ªtere contrasta con lo que de ¨¦l dicen sus amigos y con lo que puede ser visto en documentales. Antes de la final de Argentina contra Brasil, en la pasada Copa Am¨¦rica, Scaloni tom¨® una decisi¨®n muy suya: se alej¨® del vestidor y dej¨® que el 10 lanzara la arenga. Messi no alcanz¨® la ret¨®rica que le atribuimos a tu tocayo San Mart¨ªn, pero habl¨® con intensidad de los 45 d¨ªas lejos de las familias, las esperanzas truncas (la suya era la peor: cuatro finales perdidas antes de ¨¦sa), la ilusi¨®n de revertir el destino. Di Mar¨ªa es de l¨¢grima f¨¢cil, pero hasta el Papu G¨®mez se conmovi¨® con el discurso. Alguien que habla de ese modo no puede ignorar que existen los impuestos; tampoco, que en Arabia Saud¨ª se deg¨¹ella sin otro recurso judicial que las corazonadas de un pr¨ªncipe.

Hasta ayer, los mexicanos, siempre contradictorios, quer¨ªamos ganarle a Argentina y que Messi siguiera en el Mundial. En el fondo, est¨¢bamos dispuestos a brindar nuestra mejor estrategia en las batallas: el sacrificio heroico para no eliminar a Messi. La inmolaci¨®n pod¨ªa valer la pena; los cad¨¢veres de la selecci¨®n no solo ser¨ªan el alimento de los buitres, sino de la unidad latinoamericana. ?Viva Sim¨®n Bol¨ªvar, hijos de la chingada!

Pero todo ha cambiado: jugaremos contra la figura que promueve el Mundial de 2030 para Arabia Saud¨ª.

Y ya dijiste lo peor: Cristiano rechaz¨® la misma oferta. El Adonis de Madeira, que juega para verse en el espejo, est¨¢ dando sorpresas. Sab¨ªamos de su infancia quebrada, la demolici¨®n psicol¨®gica de su padre en la guerra de Angola y su alcoholismo posterior, pero eso no acababa de singularizarlo; a fin de cuentas, la tragedia es la dieta del h¨¦roe. Chutar al ¨¢ngulo exige sufrimiento.

Lo extra?o sucedi¨® hace poco. Si Gandhi sacudi¨® los cimientos del imperio brit¨¢nico con un pu?ado de sal, Cristiano lo hizo propio con una botella Coca-Cola. El 7 de Portugal retir¨® el refresco en una rueda de prensa y recomend¨® beber agua. Con ese gesto, la empresa perdi¨® 4.000 millones de d¨®lares en la bolsa. Luego, CR7 asumi¨® una conducta ¨²nica en el planeta f¨²tbol: confes¨® estar deprimido. Correspond¨ªa al pa¨ªs de Pessoa (que imagin¨® ¡°un domingo al rev¨¦s¡±, ¡°un festivo pasado en el abismo¡±), inaugurar la melancol¨ªa en la cancha.

Cristiano se depila con tal perfecci¨®n que cuesta trabajo atribuirle vida interior; sin embargo, a los 37 a?os rompi¨® el r¨¦cord m¨¢s original de su carrera: acept¨® ser vulnerable. La muerte de un hijo que estaba a punto de nacer lo devast¨® y removi¨® turbulencias anteriores. El Manchester United lo quer¨ªa de inmediato en el campo, pero ¨¦l ejerci¨® los derechos de un hombre triste. Lleg¨® a Qatar sin haber jugado lo suficiente, pero ante Ghana se convirti¨® en el primer futbolista en anotar en cinco mundiales. Ese logro deportivo tambi¨¦n fue un triunfo moral.

Nuestras pasiones han sufrido una voltereta. Mientras el bienamado Messi firma contratos como si pensara con la zurda, Cristiano brinda ejemplo.

El boicot a Arabia Saud¨ª 2030 comienza el s¨¢bado y la fuerza de la raz¨®n se llama M¨¦xico. ?Exagero? ?Por supuesto que s¨ª! Que nadie me culpe de objetividad al ver ese partido.

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La correspondencia ¨ªntegra de Caparr¨®s y Villoro durante el Mundial de Qatar

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