Espa?a es Alemania
Aunque en el f¨²tbol anteayer sea el pleistoceno, no es extra?o que con los ¨²ltimos antecedentes los germanos se tomen el partido de este domingo con extremada cautela
Hubo un tiempo en el que cualquier espa?ol aficionado al f¨²tbol empavorec¨ªa si Espa?a o alguno de sus clubes sat¨¦lites deb¨ªan medirse a Alemania y los suyos. Y no digamos si alguien se refer¨ªa a la selecci¨®n germana como Die Mannschaft. Solo significa ¡°el equipo¡±, pero en aquella Espa?a en blanco y negro sonaba terror¨ªfico. No se les ve¨ªa como equipos, sino como regimientos.
Cualquier deportista espa?ol se sent¨ªa descamisado ante un alem¨¢n. En el caso de los futbolistas, por lo general, eran tipos con una carrocer¨ªa a prueba de bomba, p¨¦rtigas en las piernas, pechos de m¨¢rmol y caras de muy mala uva. Y apellidos quebrantalenguas, que siempre impresionan m¨¢s que un P¨¦rez o un Gonz¨¢lez. Tan chata se sent¨ªa Espa?a hasta la epopeya de Barcelona 92, donde el semillero de ¨¦xitos alumbr¨® generaciones de deportistas ya desacomplejadas.
En el f¨²tbol, el cambio de agujas ha sido considerable. Espa?a y Alemania se han enfrentado 25 veces desde 1935, con nueve triunfos germanos y ocho espa?oles. Una diferencia m¨ªnima por el efecto de los ¨²ltimos 30 a?os: en 10 retos, cuatro bingos de la Roja por solo dos alemanes. En los Mundiales la brecha no se acort¨® hasta 2010. Lothar Emmerich y Uwe Seeler remontaron el tanto de Josep Mar¨ªa Fust¨¦ en Inglaterra 66 y Pierre Littbarski y Klaus Fischer dejaron en nada el gol de Jes¨²s Mari Zamora en Espa?a 82. En Estados Unidos 94, con Luis Enrique de titular, J¨¹rgen Klinsmann solo pudo igualar el tanto de Jon Andoni Goikoetxea. El gol de Antonio Maceda en la Eurocopa de 1984 que fulmin¨® a los germanos se consider¨® entonces un viaje lunar. Una d¨¦cada antes se hab¨ªan abierto las fronteras futboleras y la Liga importaba jugadores ¡ªG¨¹nter Netzer, Paul Breitner, Uli Stielike, Rainer Bonhoff, Bernd Schuster... y t¨¦cnicos ¡ªHennes Weisweiller, Udo Lattek¡ª. Por supuesto, nada a la inversa.
El viraje result¨® tan extremo que Joachim L?w, el pen¨²ltimo seleccionador alem¨¢n, se volvi¨® un devoto del f¨²tbol espa?ol, de la Roja triunfal de 2008 a 2012. De la misma Roja que despach¨® a Alemania en la final europea de Viena y en la semifinal de Sud¨¢frica 2010, cuando Puyol marc¨® el gol propio de un alem¨¢n. La misma que, gui?os del destino, contribuy¨® a precipitar el exilio de L?w tras el 6-0 en La Cartuja el 17 de noviembre de 2020. De aquella Espa?a de Luis Enrique desfilan en Qatar 10 jugadores: Unai, Pau, Rodri, Ferran, Koke, Olmo, Morata, Llorente, Eric y Asensio. Aquella noche sevillana, el equipo de L?w ¡ªcon Neuer, Gundogan, Kroos, Goretzka, Gnabry, San¨¦, Werner¡ª no solo recibi¨® una goleada de ¨¦poca. Espa?a reflej¨® punto por punto lo que L?w buscaba para su Alemania: 70% de posesi¨®n, con 23 remates por dos del rival y 812 pases frente a 352.
Aunque en el f¨²tbol anteayer sea el pleistoceno, no es extra?o que con los ¨²ltimos antecedentes en Alemania se tomen el partido de este domingo con extremada cautela. El pasado mi¨¦rcoles se cruzaron dos p¨¦simas noticias, la sorprendente derrota propia ante Jap¨®n y la exhibici¨®n espa?ola frente a Costa Rica. Estos dos equipos se medir¨¢n nueve horas antes que espa?oles y alemanes. Si vencen los nipones, el conjunto de Hansi Flick estar¨¢ eliminado si pierde con el de Luis Enrique. Si empata, en la ¨²ltima jornada tendr¨ªa que mejorar con Costa Rica el 7-0 espa?ol y confiar en una ca¨ªda de la Roja ante los japoneses ya clasificados. A Espa?a le bastar¨ªa la igualada con Jap¨®n.
Un segundo chasco alem¨¢n tendr¨ªa unas consecuencias inimaginables. En Rusia 2018, la Mannschaft ya cay¨® en la fase de grupos, abochornada por M¨¦xico (1-0) y Corea del Sur (2-0). Ganar a Suecia (2-1) de nada le sirvi¨®. Tan crudo lo ven en Alemania que el Bild, con una foto festiva de Espa?a, titul¨®: ¡°?C¨®mo les vas a parar?¡±, antet¨ªtulo de ¡°Ayuda, Hansi¡±. No faltan los que a?oran un Bar?a-Bayern antes que un Espa?a-Alemania.
Ocurra lo que ocurra este domingo, la angustia alemana hubiera sido descabellada para generaciones espa?olas no tan remotas. Pero a la cadete Espa?a no le ir¨ªa mal recordar que Alemania, la de aquellos desvelos espa?oles y la menos triunfal, nunca dejar¨¢ de ser Alemania. Por m¨¢s que Espa?a sea hoy la Alemania que fue para Espa?a.
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