Luis Enrique y usted tienen raz¨®n
La derrota espa?ola caus¨® la misma reverberaci¨®n que el batacazo argentino ante Arabia Saud¨ª o el de Alemania con Jap¨®n
Y si... No hab¨ªa este viernes coletilla con m¨¢s eco. Y si Luis Enrique... Y si Unai Sim¨®n... Y si Borja Iglesias, Iago Aspas, Joselu... Nada original, no es un fen¨®meno ib¨¦rico. Ante la derrota, la misma reverberaci¨®n se produjo con el batacazo argentino ante Arabia Saud¨ª o el de Alemania con Jap¨®n. No estuvo fina Inglaterra con Estados Unidos, y mucho menos la segunda unidad de Francia frente a T¨²nez.
En los Mundiales abundan los momentos crudos e inesperados. Le pas¨® a Espa?a con Holanda en 2014 (5-1) y este jueves con Jap¨®n. Hay traspi¨¦s que lastran todo el torneo. Otros se quedan en un par¨¦ntesis.
En cada pa¨ªs, millones de veredictos futboleros por metro cuadrado. En el f¨²tbol, tan infinito, cabe todo. Al menos, entre partido y partido. Lo que hoy es una certidumbre ma?ana se desmiente. Este juego da para toda la ch¨¢chara del mundo. Y usted, lector, puede acertar. Basta con ser un lector de resultados.
El f¨²tbol es un zoco de opiniones, monsergas, dimes y diretes. Y hay ocasiones, no pocas, en las que bastar¨ªa recurrir a un porque s¨ª. O releer a Vujadin Boskov, cuyo universal aforismo solo requiere un segundo: f¨²tbol es f¨²tbol.
Solo de forma boskoviana se puede interpretar, por ejemplo, la maldici¨®n que azota a los ¨²ltimos campeones. Desde que hiciera cumbre en 2006, Italia solo ha disputado seis partidos mundialistas. En 2010 fue ¨²ltima de su grupo tras empatar con Paraguay y Nueva Zelanda e irse a la lona con Eslovaquia. En 2014, de nuevo derrap¨® en la primera fase, capaz de vencer a Inglaterra y de sucumbir con Costa Rica y Uruguay. Italia ni ha olido los Mundiales de 2018 y 2022. La vigente reina de Europa, de cante en cante.
La entronizada Espa?a de 2010 ha desfilado luego en diez partidos mundialistas. Tres victorias, y no contra rivales de alta graduaci¨®n: Australia (2014), Ir¨¢n (2018) y Costa Rica (2022).
Tambi¨¦n ha sido de traca lo de Alemania, la campeona en Brasil 2014. En Rusia 2018 y Qatar 2022 se fue a la cuneta a la primera. En seis encuentros ha perdido con M¨¦xico, Corea del Sur y Jap¨®n, empatado con Espa?a y vencido a Suecia y Costa Rica.
Por Italia, Espa?a y Alemania han pasado en estos periodos m¨¢s de un seleccionador, infinidad de futbolistas. Una t¨¢ctica y otra. Usted, usted y usted pensaron una cosa y la contraria. Nadie dar¨ªa con la causa fet¨¦n porque, seguramente, no valga reparar en un solo factor. Sin olvidar el conveniente porque s¨ª. ?C¨®mo explicar que B¨¦lgica, tercera en Rusia 2018, dejara este jueves el Golfo P¨¦rsico con tantos goles (1) como Qatar, cuando en el torneo ruso fue la m¨¢s goleadora con 16?
El f¨²tbol no es una ciencia exacta de bloque alto o bajo, transiciones, cuadrados m¨¢gicos y otras muchas gaitas. Frente a Jap¨®n, al equipo de Luis Enrique le pudo el f¨²tbol. Porque todo es f¨²tbol, guste o no. Lo que se puede controlar, que no es mucho, mal que le pese a los entrenadores, y lo aleatorio. Es f¨²tbol el del Jap¨®n resistente que oblig¨® a Espa?a a jugar en un plato de ducha. Y el del Jap¨®n desatado en un periquete de cinco minutos. No todo obedece a una planificaci¨®n al dedillo. Es un juego de aciertos, muchos casuales y por inspiraci¨®n transitoria. Y los que no lo son se pueden propiciar, no asegurar. Como los errores, algunos tienen corrector y otros, no. Lo tienen los puntuales de Unai y Balde ante los nipones. Luis Enrique es un fan¨¢tico de un sistema que articula el juego desde los botines del portero, da igual el grado de riesgo. El formato con el que la Roja avanz¨® a semifinales en la Eurocopa, calz¨® en la final de la Liga de Naciones y hace nueve d¨ªas sali¨® a hombros ante Costa Rica.
Luis Enrique es inflexible. Ser¨ªa oportuno que ante adversarios que acogotan en casa ajena se validara un pelotazo en ¨²ltimo caso. Alguno de vez en cuando no merecer¨ªa la hoguera, pero el asturiano es intransigente. Tambi¨¦n ser¨ªa pertinente que Espa?a tuviera un plan b cuando repentinamente caen chuzos y hay poco margen de maniobra. Por lo general, desde el pleistoceno, el ¨²ltimo arrebato consiste en sacudidas con una carga a¨¦rea tras otra. A Luis Enrique, devoto de los sagrados testamentos anteriores, no le va. Le resulta imp¨ªo. Y lo es, pero preciso si no hay m¨¢s enmienda. Luis Enrique reh¨²sa arietes de los que deforestan el ¨¢rea rival. A Morata, lo m¨¢s parecido, le quit¨® en situaci¨®n de emergencia.
Antes del soponcio, Espa?a fardaba de su mocedad ¡ª25,3 a?os ante Jap¨®n¡ª. Hoy se apunta al mal de altura de los cadetes cuando se torci¨® el duelo. Casi con los mismos con los que atinamos Luis Enrique, usted y yo ante Costa Rica y Alemania, grip¨® el t¨¦cnico, no usted y yo, contra Jap¨®n.
?Qu¨¦ hubi¨¦ramos hecho usted o yo? Hoy es tan f¨¢cil como in¨²til decirlo puesto que ya no podr¨¢ ser verificado. ?Pero antes del martes contra Marruecos...? Y si...
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