Richarlison, el activista que puso a bailar a Tite
El nueve de Brasil ha destacado por su oposici¨®n a Bolsonaro y al racismo y su defensa de los derechos LGTBI
Richarlison ven¨ªa exultante de marcar su tercer gol en el Mundial, y de haber puesto a bailar a su seleccionador, un tipo circunspecto y trajeado de 61 a?os, pero de repente se bloque¨®. Como si se le hubiera pasado la borrachera de golpe. Entr¨® en una sala donde le esperaba Ronaldo, y comenz¨® a palmearle el pecho y a mirarlo de arriba abajo. ¡°?Todo bien?¡±, le dijo el exfutbolista. ¡°Sin palabras¡±, ri¨® nervioso ¨¦l. Como no se le pasaba, El Fen¨®meno le mencion¨® uno de sus ¨¦xitos de la noche: ¡°El baile de la paloma¡ Hiciste bailar a Tite¡±. Y se coloc¨® las manos en las caderas y movi¨® el cuello como una paloma.
Richarlison es un tipo duro que va al l¨ªmite hasta en los entrenamientos. Es tambi¨¦n un futbolista con una sinton¨ªa con la camiseta de Brasil afinad¨ªsima: ha marcado 10 goles en nueve partidos en 2022, mientras que en la Premier a¨²n no se ha estrenado con el Tottenham. Su figura resulta esencial para Brasil, por los goles, pero tambi¨¦n por su esfuerzo en el principio de la recuperaci¨®n, y por sus movimientos de apoyo a las bandas. Pero algo menos de un mes antes del Mundial sali¨® con muletas y llorando de un partido en la Premier y Tite y ¨¦l temieron que se lo perder¨ªa.
Sin embargo, aqu¨ª est¨¢, y convenci¨® al profesor de que celebrara con ¨¦l un gol con el baile que empez¨® a usar en 2018 en el Everton y con el que catapult¨® la canci¨®n Dan?a do pombo [Baile de la paloma] de MC Fa¨ªsca. Tite se acerc¨® un d¨ªa a sus jugadores: ¡°Me quisieron ense?ar. Era dif¨ªcil hacer aquel baile. Qued¨® como una broma. Luego pas¨® algo con Richarlison, le pregunt¨¦ por el baile y le dije: ¡®Si lo haces, bailo contigo¡±, cont¨® el t¨¦cnico.
Fuera del campo, Richarlison de Andrade, de 25 a?os, es la ant¨ªtesis pol¨ªtica de Neymar. Tiene conciencia social, muestra p¨²blicamente su indignaci¨®n con el racismo, con la pobreza que conoci¨® de cr¨ªo y con el negacionismo cient¨ªfico exhibido por Jair Bolsonaro. Durante la pandemia don¨® dinero para vacunas e investigaci¨®n, ha patrocinado a un equipo de estudiantes para una olimpiada matem¨¢tica, se preocupa por los derechos LGBTI y el medioambiente, y adopt¨® un jaguar de una especie amenazada. Todos asuntos espinosos en el polarizado Brasil actual. Hace un par de a?os explicaba sus motivos en una entrevista: ¡°Las personas de donde yo vengo no tienen voz. Pocos se preocupan por saber qu¨¦ es importante para ellos o qu¨¦ les falta para vivir mejor¡±.
Richarlison naci¨® en mayo de 1997 en Nova Ven¨¦cia, un pueblito del interior del estado de Esp¨ªrito Santo creado por colonos italianos atra¨ªdos para blanquear Brasil tras el fin de la esclavitud. All¨ª escasean las oportunidades y el trapicheo con drogas ofrece a la chavaler¨ªa dinero f¨¢cil. De familia pobre y padres separados, desde cr¨ªo tuvo que hacer trabajitos para llevar dinero a casa.
La selecci¨®n de todos
Su contundente postura pol¨ªtica ha llegado como un b¨¢lsamo para esa mitad de Brasil que vio con espanto c¨®mo la estrella de la selecci¨®n, Neymar, ped¨ªa el voto para Bolsonaro en las recientes elecciones. La entrada del jugador del PSG en campa?a culminaba la creciente politizaci¨®n de la selecci¨®n y de la camiseta amarilla, que en los ¨²ltimos a?os se ha convertido en uno de los s¨ªmbolos del bolsonarismo y la extrema derecha. Para muchos, este Mundial es la ocasi¨®n para recuperar la camiseta de la Canarinha como s¨ªmbolo nacional.
En las redes circula que vot¨® a Lula, pero ¨¦l nunca lo ha desvelado, aunque se pronuncia abiertamente sobre cuestiones pol¨ªtico-sociales. ¡°No hace falta tener una licenciatura para entender que mucha gente es acorralada o asesinada por el racismo todos los d¨ªas en Brasil¡±, declar¨® en 2020. Un tono m¨¢s propio de activistas de la izquierda brasile?a que recuerda al m¨ªtico S¨®crates, que encabez¨® en los ochenta un movimiento para pedir elecciones directas tras la dictadura. Walter Casagrande, col¨ªder de aquel movimiento, contrapon¨ªa en un art¨ªculo las cualidades de Richarlison y Neymar. ¡°Un ¨ªdolo no ostenta, se preocupa. Un ¨ªdolo no exhibe lo que tiene, lucha para quien lo necesita¡±.
Es consciente de que ¨¦l tuvo suerte. Alguna vez ha dicho que el f¨²tbol le salv¨® de convertirse en estad¨ªstica. En Brasil los negros y mestizos son m¨¢s pobres, ganan menos dinero, tienen peor salud y mueren antes. Sus dos perros se llaman Acerola y Laranjinha, como dos de los personajes de la pel¨ªcula Ciudad de Dios, un magn¨ªfico retrato de c¨®mo la vida de un grupo de adolescentes transcurre en una favela de R¨ªo de Janeiro siempre a medio camino entre los traficantes de drogas, la polic¨ªa, las novietas y las pachangas. Cada tanto regresa a Nova Ven¨¦cia a encontrarse con los amiguetes con los que creci¨®. Y ha fundado un club de f¨²tbol para que la chavaler¨ªa local tenga m¨¢s oportunidades de las que ¨¦l tuvo.
No ha olvidado ese rinc¨®n de su infancia, ni aquel en el que Ronaldo, 9 de Brasil antes que ¨¦l, le provoca tembleque. Hasta que ejecutaron juntos el baile de la paloma, y Richarlison le toc¨® y bes¨® las piernas, por si pod¨ªa llevarse algo del genio a los cuartos de final.
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