Game Over, CR7; nos queda Leo
Duele saber que la noche de tres goles de Cristiano Ronaldo ante Espa?a en Rusia eran parte de su ¨²ltima Copa siendo uno de los mejores deportistas
Minuto 90. El tiempo se agotaba y Portugal estaba por quedarse fuera en la Copa de las sorpresas. Vino un pase a profundidad para Cristiano, quien entraba a toda velocidad al ¨¢rea. CR7 la recib¨ªa y al mismo tiempo se la acomodaba. ?Cu¨¢ntas veces lo vimos resolver as¨ª momentos a¨²n m¨¢s bravos que ese? Pero esta vez, pate¨® suave a la posici¨®n del arquero marroqu¨ª Yassine Bounou, o Bono, como le gusta que le llamen.
Y as¨ª, como cuando la vieja consola te recordaba que hab¨ªa que ponerse a hacer los deberes, apareci¨® en la pantalla de la leyenda portuguesa el famoso ¡°Game Over¡±.
?D¨ªganme que no pensaron que Cristiano resolver¨ªa el juego, cuando por fin Fernando Santos, t¨¦cnico de Portugal, se anim¨® a meterlo al terreno de juego a los 51 minutos de tiempo corrido? L¨¢stima, esos tremendos marroqu¨ªes apenas lo dejaron tocar el Al Rihla.
Ahora, no lo digo porque me lleve la tristeza de ver salir ba?ado en l¨¢grimas al Bicho, igual que el viernes a Neymar.
Esos Leones del Atlas jugaron incre¨ªblemente bien la mitad del futbol y con eso les ha bastado para estar entre los cuatro semifinalistas del torneo. Y eso fue bueno para Portugal, pues si supieran agredir como defienden, hubieran masacrado a los lusitanos. ?Qu¨¦ forma de fallar de cara a la porter¨ªa!
Ya s¨¦. Se vale y es menos complicado si Diogo Costa (portero portugu¨¦s) te echa la manita, como lo hizo en el gol de Walid Cheddira.
Ya hablaremos m¨¢s de los sorprendentes africanos, primeros en la historia de las Copas del Mundo en meterse a semifinales. Por ahora, d¨¦jenme que estoy llorando la partida de Cristiano.
S¨¦ que tiene mucho de lo que dicen; seguramente es un pesado y con el ego m¨¢s grande que esa enorme torre que montaron sobre R¨ªo Churubusco, pero tambi¨¦n es un extraordinario profesional, con orden extra de disciplina, competitividad y garra. No es mentira lo que se cuenta sobre tantas veces que lleg¨® a su habitaci¨®n del hotel en turno, despu¨¦s de un juego bravo de Champions o uno de rutina en la Liga que gusten y pidi¨® que le llenaran la tina con hielo, para sumergirse y corregir cualquier peque?o desgarre muscular.
Alguna vez, Nery Castillo fue invitado por la marca deportiva que lo patrocinaba a una cena a la que tambi¨¦n lleg¨® el Bicho; cuenta el habilidoso exseleccionado mexicano que, cuando le preguntaron qu¨¦ quer¨ªa cenar, se dej¨® ir y pidi¨® un entrecot con papas a la francesa y, para pod¨¦rsela pasar, una cerveza.
Digo, nada que lo hiciera sentir mal, pues para un atleta de alto rendimiento tampoco es que hubiera pedido tres gorditas de chicharr¨®n y un six de chelas. Bueno, pues Cristiano eligi¨® un pescado a la plancha, solo con un poco de aceite de oliva y sal. Ah, tambi¨¦n una botella de agua sin gas.
No culpo al profe Santos por castigarlo y dejarlo en la banca tras sus berrinches; hab¨ªa que hacerlo. Y tampoco uno se puede enga?ar: sus mejores momentos como futbolista ya pasaron.
Solo duele saber que el tiempo no perdona, que ese juego de despedida que recuerdo de Pel¨¦ con el Cosmos de Nueva York, el 1 de octubre de 1977, fue en serio, y ya no lo vimos m¨¢s jugar profesionalmente al futbol; que esos regates de Maradona en el Azteca quedan solamente en nuestra memoria y en algunos videos, y que esa noche de tres goles del Cristiano Ronaldo ante Espa?a, en Rusia, eran parte de su ¨²ltima Copa siendo uno de los mejores deportistas de todos los tiempos.
El viernes fue Neymar, aunque el astro brasile?o a¨²n tiene cr¨¦dito por delante para volverlo a intentar en el Mundial United.
El s¨¢bado le toc¨® a Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro. A¨²n nos queda Leo.
Gracias, Bicho.
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