?C¨®mo cost¨® ser el m¨¢s grande!

Por alguna raz¨®n, quiz¨¢ para probarlo un poco m¨¢s, el Dios del f¨²tbol no quiso que Lionel la tuviera tan f¨¢cil. Cuando parec¨ªa que Argentina hab¨ªa controlado por completo el juego y Francia estaba liquidada, a poco m¨¢s de 10 minutos del silbato final, la ¡°maldici¨®n¡± de Leo lleg¨® al Lusail y entr¨® por la misma cabecera de los goles en la primera mitad. Pero solo lo hizo sufrir un poco, pues justamente Lionel, quien ya arrastraba los pies por el cansancio de siete partidos intensos en 30 d¨ªas, estuvo en el sitio exacto, en el momento oportuno, para mandar al fondo de las redes un rechace de Lloris al arranque del segundo tiempo extra.

Y no, no, a¨²n no era suficiente, hab¨ªa que meterle a¨²n m¨¢s carga al desenlace y de nuevo Mbapp¨¦ volver¨ªa a igualar el partido en la segunda mitad de los tiempos suplementarios. Qu¨¦ locura de final, la mejor que mis ojos han visto.

?Por qu¨¦ le pediste tanto a Leo, Dios? Seguramente porque hablar del m¨¢s grande, m¨¢s que Maradona, m¨¢s que el rey Pel¨¦, no deber¨ªa ser algo que otro que no fuera Messi pudiera conquistar, y qued¨® claro tras el ¨²ltimo partido de Qatar.

Ya les dije que, para m¨ª, Maradona seguir¨¢ siendo mejor, pero los n¨²meros dicen que Messi ya tiene su lugar.

Para muchos el f¨²tbol no fue muy justo con uno de sus mejores exponentes; otros decimos que gracias a esa inesperada y muy tard¨ªa reacci¨®n gala el f¨²tbol gan¨® mucho en credibilidad y el juego, tanto que hasta lo que el minuto 79 era muy aburrido se convirti¨® en una de las finales m¨¢s entretenidas que me haya tocado ver, desde aquella de 1978, la primera que recuerdo.

El culpable

Dibu Mart¨ªnez alcanz¨® a tocar tres de los cuatro env¨ªos de Kylian Mbapp¨¦ a su meta, pero no pudo evitar ninguna de las dos anotaciones del franc¨¦s, que justo con esos tantos se consagr¨® goleador de Qatar, empat¨® el partido y lo mand¨® a tiempos extra. Ya en la pr¨®rroga, lo volvi¨® a empatar y lo llev¨® hasta los penaltis.

Como dato extra a lo que ya pensamos del jovencito del PSG, con el primero de sus goles en Lusail se convirti¨® en el quinto futbolista capaz de anotar en dos Copas del Mundo (y apenas tiene 23 a?os), la de Rusia 18 y esta edici¨®n. Antes lo hicieron, Vav¨¢ (1958 y 62); Pel¨¦ (1958 y 70); Paul Breitner (1974 y 82) y Zinedine Zidane (1998 y 2006).

Otra marca que igual¨® fue la del ingl¨¦s Geoff Hurst, quien logr¨® un hat-trick en la Final de Inglaterra 1966.

Sin embargo, el final de Qatar recordar¨¢ al Dibu como el h¨¦roe en los penaltis del t¨ªtulo y le dir¨¢ a Kylian y a su larga cara de tristeza, ¡°lo siento, esta no fue tu Copa¡±.

Lo que cost¨® el escenario

Seg¨²n Forbes, el Mundial le cost¨® a Qatar casi 230.000 millones de d¨®lares. Ese dinero alcanz¨® para construir siete nuevos estadios de futbol, la red de enlace del Metro con estadios y Fan Fest, un aeropuerto, hospitales, hoteles y centros comerciales.

Solo para que tengas un par¨¢metro cercano, te dir¨ªa que Rusia no gast¨® m¨¢s de 12.000 millones de d¨®lares en realizar la edici¨®n de 2018. Poco le puede parecer a los millones de argentinos (y de otras nacionalidades) para ver a su amado Messi levantar, por fin, esa codiciada estatuilla de oro, que ahora lo redefine como el mejor futbolista de todos los tiempos.

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