No vayas, Rafa
En la dictadura saud¨ª aterriza un tenista que siempre hizo alarde de su aversi¨®n a los extremos, y ha terminado publicitando el peor de todos
Shalma El-Shebab lleg¨® en diciembre de 2020 a Arabia Saud¨ª a pasar las vacaciones procedente del Reino Unido, donde esta higienista dental, madre de dos hijos, estudiaba un doctorado en Leeds. Nada m¨¢s aterrizar, fue detenida: desde su cuenta de X hab¨ªa retuiteado a disidentes y activistas cr¨ªticos con el r¨¦gimen saud¨ª. Estuvo un a?o en la c¨¢rcel a la espera de juicio. Fue condenada en ese juicio a seis a?os de prisi¨®n. Hubo un segundo juicio sin abogado en el tribunal de apelaci¨®n: all¨ª fue condenada a 34 a?os de c¨¢rcel. Cuando salga, tiene prohibido salir del pa¨ªs durante otros 34 a?os. Se le conden¨® por ¡°desestabilizar la seguridad civil y nacional¡± en la red social; all¨ª, Shalma El-Shebab ten¨ªa 2.600 seguidores.
No, Rafa Nadal no puede ser el primer centinela puro de las libertades occidentales y estudiar caso por caso las deficiencias de cada pa¨ªs para negarse a tener vinculaci¨®n con ¨¦l. Pero Shalma El-Shebab no es una an¨¦cdota: es la constante. Son datos de Amnist¨ªa Internacional: las mujeres en Arabia Saud¨ª no pueden tener pareja ni casarse sin el permiso de un hombre (padre o tutor), tampoco pueden divorciarse sin el consentimiento de su marido (el marido s¨ª puede hacerlo, y una medida reciente le obliga a comunicarlo por mensaje de texto, pues pod¨ªa divorciarse sin avisar); no pueden estudiar seg¨²n qu¨¦ carreras sin permiso de un hombre (generalmente marido o padre), ni recibir seg¨²n qu¨¦ tratamientos m¨¦dicos, ni vivir solas sin ese permiso. Desde 2015 pueden votar e incluso crear una empresa sin autorizaci¨®n de un hombre; desde 2018 pueden conducir. Y las mujeres mayores de 21 a?os ya pueden viajar al extranjero sin permiso de su tutor. Eso s¨ª, que tengan cuidado con lo que tuitean desde el extranjero. En cuanto a la homosexualidad, serlo puede acarrear pena de muerte, por tanto quien lo es, debe esconderlo a riesgo de acabar torturado a latigazos en plaza p¨²blica, encarcelado o ejecutado por el Estado. Desde 2019, el feminismo, el ate¨ªsmo y la homosexualidad son oficialmente ¡°ideas extremistas¡±.
Rafa Nadal, hombre informado, sabe estas cosas. En 2017, un reportaje en el suplemento Icon de EL PA?S titul¨® ¡®?C¨®mo es posible que Nadal caiga bien a todos los espa?oles? 30 frases que podr¨ªan explicarlo¡¯. Las 30 frases no eran f¨¢ciles. Nadal hablaba del independentismo catal¨¢n, de una investigaci¨®n que Hacienda abri¨® en 2012 a unas sociedades suyas, del comportamiento de los pol¨ªticos en el Congreso, del conflicto que en su d¨ªa surgi¨® con Gala Le¨®n, capitana en 2015 del equipo de la Davis. Pero termina cayendo ¡ªgeneralmente¡ª bien. Siete a?os despu¨¦s, es ya una leyenda en vida, considerado uno de los grandes deportistas de la historia, y alguien que protege extraordinariamente aquello que no puede ganar con la raqueta ni con el dinero: el cari?o de los millones de fans, su extraordinaria reputaci¨®n como tenista ejemplar, de comportamiento intachable, solidario, generoso, atento; no son adjetivos gratuitos: pregunten a cualquier trabajador, tenista o no, del circuito.
?Qu¨¦ lleva a una figura como ¨¦l a anunciar un acuerdo con Arabia Saud¨ª? ?En qu¨¦ momento no cree que ¨¦l, o Rahm, o Cristiano, o Benzema, no son felices instrumentos con aspiraciones legitimadoras de la tercera dictadura del mundo que m¨¢s aplica la pena de muerte, uno de los pa¨ªses que m¨¢s asfixia la libertad de expresi¨®n, la libertad sexual, los derechos humanos? Si no es dinero (ins¨¦rtese emoji de obviedad), ?por qu¨¦ elige ese pa¨ªs y no otro, en el que haya tantos ni?os, seguramente menos recursos, y su rostro y su nombre no sirvan como propaganda de una dictadura ultrarreligiosa en la que es insoportable vivir si uno no se parece a Rafa Nadal?
El tenista espa?ol, inmerso probablemente en su ¨²ltimo a?o en el circuito, un asalto ¨¦pico, no necesitaba esto; no ¨¦l, precisamente, ya un s¨ªmbolo al que esta vinculaci¨®n le deja en la posici¨®n delicada de quien solo puede defenderse diciendo la verdad (es dinero, son negocios), y ni siquiera eso puede hacer. Justo el fin de semana en que Toni Kroos sali¨® abucheado de una competici¨®n vendida a la dictadura, Rubiales y Piqu¨¦ mediante, por no prestarse a la farsa que todo el mundo sabe que lo es y calla envolviendo billetes: que Arabia Saud¨ª tiene tanto dinero que puede comprar casi todo, tambi¨¦n lo que m¨¢s queremos. Un pa¨ªs (un r¨¦gimen) en el que ha aterrizado un tenista que siempre hizo alarde de su aversi¨®n a los extremos, y ha terminado publicitando el peor de todos.
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