El v¨¦rtigo de Bercy consume otra vez a Alcaraz
El espa?ol cede frente a Humbert en los octavos (6-1, 3-6 y 7-5) y contin¨²a sin descifrar el terreno m¨¢s veloz del circuito, en el que solo logr¨® triunfar Ferrer
Otra vez, la vertiginosa realidad de Par¨ªs-Bercy. De nuevo, cae Carlos Alcaraz y se marcha contrariado el de El Palmar, abatido por la noche en los octavos, despu¨¦s del forcejeo: demasiado terreno cedido al principio y remontada incompleta al final. Al cara o cruz, pesa m¨¢s el arrebato definitivo de Ugo Humbert y decantada ya la victoria, 6-1, 3-6 y 7-5 (en 2h 16m), revolotean un a?o m¨¢s los fantasmas alrededor del espa?ol. Algo tiene la dichosa pista, que se le resiste una y otra vez. No es ning¨²n secreto, en realidad. Las m¨¦tricas establecen que no hay superficie m¨¢s r¨¢pida ¡ª45.5 seg¨²n precisa el Court Pace Index (CPI), dos puntos y medio superior a la de Cincinnati¡ª y sigue sin terminar de acomodar su juego ni dar con la f¨®rmula. En consecuencia, otro adi¨®s tempranero y se estira la mala racha: nunca ha progresado m¨¢s all¨¢ de los cuartos. Hay amenaza, adem¨¢s: si el alem¨¢n Alexander Zverev alcanzara la final del domingo, perder¨ªa el segundo puesto mundial.
Hay algo de parad¨®jico en la escena, en tanto que el tenista m¨¢s veloz del momento y que suele desenfundar m¨¢s r¨¢pido que ninguno no termina de ajustarse a un escenario traicionero y de reflejos, que no admite duda alguna y penaliza sobremanera cualquier despiste. La inercia no suele permitir los regresos. Tampoco esta vez. Dos veces hab¨ªa inclinado a Humbert en dos encuentros, ambos este a?o, pero se une la ca¨ªda a la de 2021 ante Ugo Gaston, a la de 2022 frente a Holger Rune y a la de hace un a?o contra Roman Safiullin. Sale escaldado Alcaraz otra vez, sabiendo que el partido ofrec¨ªa trampa y que pod¨ªa suceder. El techo franc¨¦s, mal aliado para ¨¦l. Le escuece al n¨²mero dos, con la vista ahora en el Masters de Tur¨ªn (del 10 al 17) y resignado: no logra descifrar un territorio que seguramente le ha generado m¨¢s dolores de cabeza que ning¨²n otro. La otra Par¨ªs, prohibida para ¨¦l. Aunque recu¨¦rdese: solo David Ferrer, meteor¨ªtico en 2012, consigui¨® hacerse con el trofeo.
En un abrir y cerrar de ojos, 26 minutos para ser exactos, a Alcaraz ya se le ha esfumado el primer parcial y sufre otra vez en Bercy, territorio de mal sue?o y pesadillas para ¨¦l. Sopla la grada francesa en su contra y Humbert, hijo del formato bajo techo, apunta, descerraja y se recrea dibujando ¨¢ngulos que van castigando de manera progresiva a su rival, atropellado por la pelota durante toda esa primera manga. Reconoc¨ªa dos d¨ªas antes el murciano estar a disgusto sobre una pista en la que la trayectoria de la pelota pierde cierta l¨®gica y trampea, vuela y ataca al cuerpo conforme bota, sin tregua ni piedad. Tenis a manotazos. Y ah¨ª, en ese terreno del v¨¦rtigo, el franc¨¦s se mueve como pez en el agua. A dentelladas, ya se ha comido la primera porci¨®n del partido y el espa?ol, 15 errores, lamenta, se queja, amaga con el raquetazo. ¡°?No!¡±.
Feo panorama, pues. Los dardos de Humbert van de arriba abajo y no encuentra Alcaraz la forma de contrarrestar en condiciones, por mucho que flexione, marque los apoyos y bombee. Nada le sale, todo se tuerce. Sangra el servicio. Ni un punto se ha llevado a la boca con los segundos saques hasta que, por fin, cedida ya esa primera parcela del resultado, da con un remedio en la ralentizaci¨®n. En vez de insistir en el cuerpo a cuerpo, evita la encerrona y resta velocidad a sus tiros, haci¨¦ndole pensar m¨¢s de la cuenta al franc¨¦s. Este niega y cierra la puerta, pero con ese punto de pausa su juego ha perdido nitidez y efervescencia, y comienzan las curvas. ¡°?El t¨ªo va a dudar, va a dudar, as¨ª que hay que estar ah¨ª!¡±, le transmite desde el banquillo Juan Carlos Ferrero, fino en la interpretaci¨®n, porque as¨ª sucede.
La insistencia de Alcaraz obtiene premio y una vez lograda la rotura, 4-2 en el segundo set, recupera definitivamente la fe. De repente, la pelota ya no es tan incontrolable ni tan hostil, y a cada trallazo del galo reacciona ¨¦l con caballos y m¨¢s caballos, carreras y m¨¢s carreras para llegar aqu¨ª y all¨¢, donde sea. No hay galgo como ¨¦l en el circuito y la grada que en su d¨ªa le abuche¨®, hoy le reconoce y aplaude las cabalgadas para incomprensi¨®n de Humbert, el jugador con mejor ranking (18) de su pa¨ªs, dos posiciones por encima de Arthur Fills (20): ?Pero con qui¨¦n demonios vais?, parece decirle el local a la muchedumbre, que entona el Free from desire y hace la ola conforme el duelo se equilibra y se intensifica, fuerzas parejas hacia la resoluci¨®n. Hacia cualquier lado puede caer ahora.
¡°Recordando d¨®nde sueles sacar en momentos jodidos, ?eh? ?Vamos! ?A por ello!¡±, vocifera Ferrero. Y se aplica entre la tensi¨®n su chico, aumentando la precisi¨®n y los porcentajes, ejerciendo una presi¨®n creciente sobre Humbert ante la que el franc¨¦s, encendido y decidido, reacciona con entereza, caminando sobre el alambre y arriesgando cuando deb¨ªa para seguir vivo, resistiendo y replicando. Aqu¨ª no se rinde ninguno. Esta es la canallesca noche de Bercy y todo viene y va, oscilante territorio, y entre la marejada y el fervor de los parroquianos prevalece el arre¨®n final del galo. Pierde un punto de lucidez el murciano y acaba pisando el cepo, con un rev¨¦s largo que inclina la balanza hacia su adversario y que remarca la dificultad de triunfar en un marco en el que todo va r¨¢pido, muy r¨¢pido, a toda pastilla. El salvaje Oeste del distrito XII de Par¨ªs.
¡°DEBER?A HABER VENIDO ANTES¡±
Alcaraz y Humbert se habían enfrentado en Wimbledon (julio) y la fase de grupos de la Copa Davis (septiembre). El francés le arañó un set en Londres, pero en Valencia, también bajo techo y en rápida, cedió en dos sets. Esta vez fue muy diferente y el vencedor festejaba la victoria más importante de su carrera, mientras que el vencido lamentaba no haber aterrizado antes en el torneo para mejorar la adaptación.
“He peleado hasta el último punto, pero él ha jugado a un nivel muy alto y no he podido estar a la altura. Ha sido un partido muy ajustado, así que te marchas dolido por las oportunidades perdidas y pensando que podía haber hecho un poco más”, afirmó Alcaraz, que incidió en el mérito de su rival y, a su vez, dijo no entender el porqué de una pista tan rápida.
“No sé por qué cambia tanto de un torneo a otro, o incluso en el mismo torneo de unos años a otros. No sé por qué lo han hecho”, indicó; “para mí es difícil jugar en estas condiciones. He intentado adaptarme, pero llegué sin demasiado tiempo y debería haberlo hecho antes para habituarme a esta velocidad”.
Humbert, de 26 años, se medirá este viernes con el australiano Jordan Thompson y el resto de los cuartos de final quedan así: Zverev-Tsitsipas, Rune-De Miñaur y Dimitrov-Khachanov.
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