Luz verde para el Tratado de Madrid
Por once votos contra dos, el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano ha recomendado al pleno de la C¨¢mara alta la ratificaci¨®n del tratado de Amistad y Cooperaci¨®n con Espa?a.El Comit¨¦ senatorial ha hecho votos por la democratizaci¨®n de Espa?a, por la inclusi¨®n de nuestro pa¨ªs en las instituciones euro peas y en la OTAN, y por la desnuclearizaci¨®n de Espa?a, esto es, que Espa?a renuncie a, ser alg¨²n d¨ªa potencia nuclear. Un senador, Syntington, ha protestado, sin embargo, por el hecho de que m¨¢s all¨¢ de 1979 no habr¨¢ proyectiles nucleares norteamericanos en Espa?a. La cr¨®nica del corresponsal de EL PAIS en Washington, Adri¨¢n, Mac Liman, cuenta la historia completa de esta importante jornada.
, Los miembros del Comit¨¦ de relaciones Exteriores del Senado estadounidense, acordaron, despu¨¦s de un largo y muy controvertido debate, dar el, visto bueno a la ratificaci¨®n del tratado de Amistad y Cooperaci¨®n Hispano-norteamericano al pleno del Senado su ratificaci¨®n.En efecto, los observadores esperaban una reuni¨®n relampago que ten¨ªa, que haberse limitado a aprobar el contenido del tratado y de los protocolos adicionales, pero las dificultades surgieron a ¨²ltima hora, cunado el senador dem¨®crata Dick Clark present¨® una de juntamente con sus colegas. Tom Eagleton y Claiborne Pell, en la que se recomienda, por una parte, la pronta ratificaci¨®n, del documento firmado en Madrid y se exige por otra parte, a los miembros el, Senado que presten su al r¨¢pido establecimiento de instituciones democr¨¢ticas en Espa?a.
Bases caras
El senador republicano, Javits intervino como moderador y sugiri¨® al grupo dem¨®cr¨¢ta la inclusi¨®n de varias correcciones de estilo. Cuando se cre¨ªa que tanto los dem¨®cratas como los republicanos logrado una s¨²luci¨®n de compromiso, el senador Stuart Symington, que se hab¨ªa pronunciado ya en varias,ocasiones en contra del tratado, empez¨®,a criticar vivamente al negociador del tratado, Mc Kloskey y a sus colegas del Departamento de Estado, por lo que ¨¦l llama las condiciones desfavorables para los Estados Unidos, incluidas en los textos adicionales. Lo que molesta a Symingt¨®n es que los EE. UU. tendr¨¢n que renunciar apartir de 1979 al almacenamiento de artefactos nucleares en suelo espa?ol, que los aviones militares
USA no podr¨¢n aterrizar en Espa?a con armas at¨®micas y que, en definitiva, se paga, demasiado por unas bases de donde nos vana echar.
El senador de Missouri es partidari¨® de la presencia incondicional de las tropas estadouindenses en suelo espa?ol. Otros senadores comparten este punto de vista, y se declaran dispuestos a presentarse ante el pleno del Senado para combatir el fondo o la forma del documento negociado por Mc Kloskey.
Pero el diplom¨¢tico norteamericano record¨® a los integrantes del Comit¨¦ que la opini¨®n p¨²blica espa?ola no deseaba la presencia de arinas nucleares en su territorio, despu¨¦s del impacto producido por el accidente de Palomares. Por otra parte, el negociador del nuevo tratado se?al¨® que la nueva generaci¨®n de sumergibles Trident no utilizar¨¢n las bases navales europeas, ya que estar¨¢n dotados con cohetes intercontinentales y podr¨¢n permanecer incluso en las aguas territoriales de los Estados Unidos.
Finalmente, los senadores Javits ,y Humplirey recomendaron la adopci¨®n inmediata del documento presentado por Dick Clark. El presidente lleg¨®, sin embargo, a la triste conclusi¨®n de que no ha b¨ªa quorum y que hab¨ªa que salir a los pasillos para completar el n¨²mero de votantes. A las 12,15, despu¨¦s de la tercera votaci¨®n, el Comit¨¦ acord¨®, con once votos a favor y s¨®lo dos en contra, dar luz verde a la ratificaci¨®n del tratado. En principio, el pleno del Senado deber¨ªa pronunciarse sobre el tema en el curso de la semana pr¨®xima.
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