Tu?¨®n de Lara: "En el proceso hist¨®rico la dictadura es una paralizaci¨®n"
EL PAIS: Dentro de la actual situaci¨®n de la regi¨®n, ?qu¨¦ supone, objetivamente, la celebraci¨®n de este congreso de historia andaluza?Tu?¨®n: Creo que, en primer lugar, intercambiar gran parte de lo que se ha hecho a nivel de investigaci¨®n. Ver en qu¨¦ nivel estamos trabajando, en qu¨¦ medida los trabajos de uno pueden ayudaro complementara los de otros y llegar a adoptar una visi¨®n de conjunto para emprender una historia de Andaluc¨ªa a nivel cient¨ªfico, serio, que, hasta ahora, en sentido global, no se hab¨ªa hecho.
EL PAIS: Los andaluces, en general, desconocen su propia historia. Este desconocimiento popular del propio deve?ir, ?Es un drama, puede llegar, incluso, a la consideraci¨®n de cat¨¢strofe?
Tu?¨®n: Yo no utilizar¨ªa las grandes palabras como cat¨¢strofe; pero drama, s¨ª. Ahora bien, yo no creo que sea solamente un problema de Andaluc¨ªa. En realidad, es necesario que los pueblos conozcan su historia, no para recrearse mir¨¢ndose en ella, ni para hacer de mujer de Lot, sino todo lo contrario: para que, armados de un conocimiento objetivo y cient¨ªfico de su historia, puedan mirar hacia adelante.
Regionalismo andaluz
EL PAIS: El profesor Lacomba ha afirmado, recientemente, que Andaluc¨ªa lleg¨® a tener un movimiento regionalista que, por distintas razones, no lleg¨® a cuajar. ?Cu¨¢l es su opini¨®n al respecto?Tu?¨®n: Bueno, yo no s¨¦ si lleg¨® a tenerlo. Lo que s¨ª me parece, es que lo tiene y esto es lo importante. Como toda cosa que existe, tiene sus proleg¨®menos, sus antecedentes, que es lo que se puede estudiar y valorar. Indudablemente, el regionalismo de hoy se basa en esos antecedentes, en unas razones hist¨®ricas, aun cuando no haya sido la nota dominante hace cincuenta a?os, pues no hay que olvidar que cada coyuntura presenta una nota dominante.
Niveles de comprensi¨®n hist¨®rica
EL PAIS: El conoreso se plantea desde un an¨¢lisis de los hechos hist¨®ricos, contemplados desde la actualidad para propiciar, as¨ª, una mayor comprensi¨®n. O lo que es lo mismo y como ya se ha se?alado: desde una perspectiva de historia total. Esta historia total, ?no conlleva en cierta medida la antihistoria. o la contrahistoria?Tu?¨®n: No, francamente, creo que no. Yo recuerdo que s¨ª, que el congreso ha hecho un planteamiento de esa naturaleza y yo estoy de acuerdo con ¨¦l, porque la historia total o la historia global quiere decir, seg¨²n entendemos nosotros y no creo equivocarme, que en vez de hacer como antes, estudiar la historia por ramas separadas, examina el objeto de la historia como un conjunto. Este conjunto es la sociedad, o mejor dicho, la formaci¨®n social-hist¨®rica que se da en cada momento, pero tomada globalmente, porque todos los sectores no son indiferentes unos de otros, sino que est¨¢n articulados. A veces, hay un nivel que es el dominante, a veces es otro, a veces hay un factor desencadenante, a veces es el de m¨¢s all¨¢, pero siempre est¨¢n en estrecha relaci¨®n.
Perspectiva
EL PAIS: Existe una creencia muy oeneralizada que sostiene que para analizar los hechos hist¨®ricos contempor¨¢neos es conveniente una cierta lejan¨ªa que posibilite una mayor serenidad en el an¨¢lisis. Usted, profesor. que tantos a?os se encontr¨® ausente del pa¨ªs, ?qu¨¦ opina?Tu?¨®n: Hablando coloquialmente, este es un viejo cuento de quien tiene inquietud ante un excesivo an¨¢lisis de los hechos. Aun con los riestos que supone, trabajar in situ es mejor. Yo le puedo hablar en sentido contrario, las dificultades que he tenido para manejar las fuentes necesarias. Y si yo he podido trabajar en este sentido, ha sido gracias a ese esp¨ªritu de colaboraci¨®n extraor dinarlo que yo he encontrado en colegas y estudiantes espanoles para ayudarme a la b¨²squeda de fuentes cuando yo todav¨ªa no ten¨ªa la posibilidad de venir a Espa?a.
La guerra civil
EL PAIS: La historia reciente de Espa?a presenta a¨²n muchos puntos, si no oscuros, si lo suficientemente no debatidos. El caso concreto de la guerra civil espa?ola ha sido tratado por muchos historiadores extranjeros. Usted tambi¨¦n lo hizo.?Qu¨¦ opini¨®n global le merece el trabajo de sus colegas extranjeros?
Tu?¨®n: Bueno, pasa una cosa. Extranjero o no, por todos los colegas -y no es que tenga esp¨ªritu de cuerpo- tengo un gran respeto por sus trabajos y esfuerzos. Y hay algunos historiadores extranjeros que han hecho trabajos extraordinarios. Ahora, quiero distinguir entre ellos a los hispanistas franceses, porque sus trabajos sobre la guerra no han sido nunca efectistas de ocasi¨®n o de circunstancias. Y todo ello porque se encuentran absolutamente vinculados a la historia de Espa?a: como, por ejemplo, los profesores franceses que est¨¢n aqu¨ª colaborando con nosotros. entonces, estos colegas, aun cuando no realicen un trabajo espec¨ªfico sobre la guerra, est¨¢n en mejores condiciones que otros, puesto que dominan mejor el conjunto global de nuestra historia. Claro, esto no va en contra de algunos casos extraordinarios, como es el caso de Hamilton, que est¨¢ aqu¨ª y, que ha sentado una piedra fundamental en la historia de Espa?a de la ¨¦poca cl¨¢sica. Quiero decir, por ¨²ltimo, que en ese aluvi¨®n de historiadores dedicados a la historia de la guerra civil, ha habido muchos, que aun siendo extraordinarios profesionales, se aprovecharon de que desde aqu¨ª no se podia decir nada, debido a la noche negra, al paramo intelectual que hemos tenido que atravesar y en el que nos coloc¨® la dictadura.
EL PAIS: Si se pudieran separar los peri¨®dos 1936-39 y 1939-75, cosa que probablemente no resulte sencillo, ?cu¨¢l de las etapas resultar¨ªa m¨¢s apasionante para un historiador?
Tu?¨®n: Bueno, la verdad es que nada es inmut able en la historia, que vivimos al hilo de cada coyuntura. No voy a responderle por mi mismo, sino por lo que veo entre los profesores y j¨®venes estudiantes. Yo dir¨ªa que lo que se pide a voz en grito -mejor es que no haya gritos -es el per¨ªodo posterior a 1939.
La dictadura
L PAIS: Profesor, ?qu¨¦ supone una dictadura en el proceso hist¨®rico de un pa¨ªs?Tu?¨®n: En nuestro caso concreto supone un intento de paralizaci¨®n de una cantidad, de un conjunto, de un haz de fuerzas que se desarrollan, de fuerzas ascendentes. Este intento de paralizaci¨®n, a veces, consigue su efecto a un 80 o 90 %, pero nunca a un 100 %, por fortuna. Sin embargo, siempre tiene que retroceder, y no necesariamente como por ah¨ª se apunta un tanto humor¨ªsticamente, con tomas de palacios de invierno, sino por la presi¨®n inmensa de una sociedad, por la toma de conciencia de unas capas de poblaci¨®n cada vez mayores y m¨¢s fuertes.
EL PAIS: Profesor Tu?¨®n, ¨²ltimamente se nos dice con frecuencia, y se nos dice desde el poder fundamentalmente, que el actual procesopol¨ªtico espa?ol no tiene precedentes en la historia. Ser¨ªa interesante conocer su opini¨®n sobre este punto.
Tu?¨®n: Es que, claro, los que hacen la pol¨ªtica de hoy exageran. Tal vez quieren decir que no tiene precedentes en la historia si rompiese en su totalidad con el continuismo. Pero creo que no ha llegado todav¨ªa eso. Ahora bien, en la adaptaci¨®n a los nuevos movimientos y a las nuevas exigencias, por parte de las clases dominantes, hay muchos ejemplos hist¨®ricos.
EL PAIS: ?C¨®mo ve el futuro de nuestro pa¨ªs?
Tu?¨®n: Yo soy historiador, no futur¨®logo. Y aunque es cierto que el conocimiento hist¨®rico constituye una apoyatura muy grande para el an¨¢lisis del presente y del futuro. creo que en cuanto se acaba el conocimiento hist¨®rico, uno se convierte, a la hora de opinar, en un modesto ciudadano. Ser¨ªa, pues, la opini¨®n de un ciudadano m¨¢s.
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