Excarcelar sin amnist¨ªa
La excarcelaci¨®n sin amnist¨ªa que parece proponerse el Gobierno est¨¢ creando confusi¨®n y desconcierto en los presos pol¨ªticos vascos y una profunda inquietud entre los otros presos pol¨ªticos. Las dificultades t¨¦cnico-jur¨ªdicas que conlleva la excarcelaci¨®n de presos preventivos (la mayor¨ªa de los pol¨ªticos) con su probable extra?amiento a cambio est¨¢n en el origen de esa situaci¨®n, detectada por familiares y abogados defensores. A ello se a?aden las dificultades que se est¨¢n encontrando en otros pa¨ªses, que casi se niegan, o poco menos a recibir en su territorio a refugiados pol¨ªticos en condiciones de extra?amiento.En lo que respecta a los otros presos pol¨ªticos su inquietud se funda en el hecho de que la posible excarcelaci¨®n de los vascos les dejar¨ªa desenganchados de la lucha por la amnist¨ªa. que ha reca¨ªdo en su mayor parte sobre los hombres de? pueblo vasco. Sin presos vascos en la c¨¢rcel los otros presos tienen la certeza de qu¨¦ ser¨ªan abandonados a su suerte. No les convence las razones que les exponen sus defensores de que el Gobierno, por equidad y por prudencia pol¨ªtica, no puede excarcelar a unos presos pol¨ªticos mientras deja a otros en la c¨¢rcel. Mientras tanto las peticiones de indulto, o como alternativa, de extra?amiento, firmadas por presos pol¨ªticos no vascos se acumulan en Presidencia del Gobierno.
A¨²n suponiendo que la interpretaci¨®n correcta de la declaraci¨®n del Gobierno del pasado d¨ªa 20 sea la que de que se excarcelar¨¢, al menos, a los presos pol¨ªticos vascos. La puesta en pr¨¢ctica de esta medida sin amnist¨ªa o sin un decreto-ley de indulto que establezca el procedimiento es poco menos que imposible en lo que respecta a los presos preventivos. Se barajan muchas f¨®rmulas, desde la libertad provisional con promesa firme de extra?amiento a otro pa¨ªs hasta el sobreseimiento judicial de la causa pero todas tropiezan con alguna dificultad procesal.
Desde luego, la libertad provisional concedida recientemente a un dirigente de extrema derecha. al que se imputan hechos a los que corresponde la pena de reclusi¨®n menor (doce a?os y un d¨ªa a veinte a?os), puede ser un precedente a tener en cuenta en el caso de que se escoja la v¨ªa de la libertad provisional para excarcelar a los presos pol¨ªticos. Esta soluci¨®n podr¨ªa resultar m¨¢s f¨¢cil si el afectado se compromete a salir fuera de Espa?a y a comparecer en su d¨ªa a juicio en caso de ser citado. Mientras tanto una situaci¨®n pol¨ªtica tan cambiante como la espa?ola podr¨ªa dar lugar a que las actuaciones judiciales se archivasen.
Todas estas dificultades t¨¦cnico-jur¨ªdicas. la confusi¨®n. el desconcierto y la inquietud que reinan en estos momentos entre los presos pol¨ªticos. son la l¨®gica consecuencia de la falta de amnist¨ªa. Se ha visto ya claramente que la clase dirigente generada por el franquismo es incapaz de digerir esta medida de reconciliaci¨®n. Su generosidad y su prudencia pol¨ªtica no dan para m¨¢s. Felizmente. el cambio de situaci¨®n en el que se encuentra Espa?a augura un nuevo equilibrio de fuerzas pol¨ªticas, que har¨¢ posible. por fin, la concesi¨®n de la amnist¨ªa como l¨ªnea divisoria entre una ¨¦poca con demasiados trazos crueles para muchos espa?oles y otra m¨¢s tolerante. sin dictadores ni leyes especiales destinadas a reprimir las l¨ªcitas actividades pol¨ªticas de los ciudadanos.
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