La escuela taurina tiene futuro
La presentaci¨®n de la escuela tau rina hace unos d¨ªas fue un gran ¨¦xito art¨ªstico y la prueba palpable de su importancia, cara a la reno vaci¨®n de la fiesta. De los seis alumnos que se presentaron como becerristas en Las Ventas, tres (Juan Carlos Arranz, Fernando Lechuga y Ricardo Marcos) de mostraron no s¨®lo tener bien aprendido el oficio, sino que, adem¨¢s, transmiten emoci¨®n, la emoci¨®n del arte y el sentimiento en la ejecuci¨®n de las diversas suertes.Los seis son distintos y poseen personalidad propia. Jos¨¦ Luis Ram¨®n, Fernando Galindo y Chavalillo del Barrio no alcanzaron las altas cotas de arte de sus compa?eros, pero hicieron cosas muy estimables. Por ejemplo, Chavalillo del Barrio es el que est¨¢ m¨¢s verde pero tiene un valor asombroso y conecta r¨¢pido con los tendidos. Jos¨¦ Luis Ram¨®n, un tanto nervioso, tuvo destellos de arte, y Galindo le anda a los becerros con mucho garbo y torer¨ªa.
La variedad de suertes, el desempolvar quites olvidados, una amplia gama de muletazos y recortes. En la Monumental se vio un primer apunte de lo mucho que puede dar de s¨ª la escuela taurina. La primera muestra no ha podido ser m¨¢s esperanzadora. Es una l¨¢stima. que por falta de ayuda y de medios econ¨®micos el proyecto se pueda perder. El que anduvieran remisos con la espada, aparte lo dif¨ªcil de la suerte, es debido a que los chicos no se han podido ejercitar, pues matar una vaca o un becerro supone un quebranto econ¨®mico para la escuela, dado el precario nivel a que en este orden se encuentra.
Se espera con gran inter¨¦s su pr¨®xima repetici¨®n, y que los empresarios, como sector m¨¢s poderoso, de la fiesta, apoyen a la escuela en toda su medida
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