Hacia una nueva escuela p¨²blica
De la junta de gobierno del Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid
El nuevo Gobierno y en concreto su ministro de Educaci¨®n, don l?¨ªgo Cavero, va a encontrarse con problemas dif¨ªciles en el campo de la ense?anza. En ¨¦ste, como en otros, la herencia del franquismo es un pesado fardo.
Pero a diferencia de lo que hasta ahora ven¨ªa sucediendo, no va a ser s¨®lo el Gobierno, no va a ser su ministro de Educaci¨®n quien se encargue exclusivamente de abordar estas cuestiones. Las Cortes, diputados y senadores, las centrales sindicales, las organizaciones profesionales, asociaciones de padres.... todos tienen algo que decir. Este es un buen momento para iniciar el gran debate sobre la ense?anza que viene proponi¨¦ndose insistentemente desde el Colegio de Licenciados y diversas organizaciones profesionales y grupos pol¨ªticos. El ministro no debe desaprovechar la ocasi¨®n y UCD tiene aqu¨ª un buen motivo para mostrar su talante democr¨¢tico acabando con los malos h¨¢bitos a que los ministros de Educaci¨®n del franquismo nos ten¨ªan acostumbrados.
Ese debate, que ya est¨¢ parcialmente iniciado, tiene un. punto de referencia obvio: la alternativa para la ense?anza. A lo largo de la campa?a electoral, raro ha sido el partido que no ha tocado el tema de la ense?anza, y en todos los casos, bien para criticarla, bien para apoyarla, la alternativa ha sido el marco de referencia. En este marco, un tema se ha convertido en el eje de la discusi¨®n: la naturaleza del aparato escolar, su eventual financiaci¨®n estatal en el seno de la actual dualidad escuela estatal/escuela privada y de cara a la propuesta de la alternativa: una nueva escuela p¨²blica, gratuita y obligatoria, con pluralismo ideol¨®gico y democr¨¢ticamente gestionada, con especial preocupaci¨®n por la lengua y la cultura de las nacionalidades -que han de intervenir de forma decisiva en su gesti¨®n y planificaci¨®n- y dispuesta a dar un salto cualitativo en m¨¦todos, procedimientos pedag¨®gicos y contenidos culturales.Tres posiciones
Tres han sido las posiciones con diversos matices, se han puesto de relieve en la campana electoral: la de AP, partidaria de mantener la actual dualidad escuela privada/escuela estatal, y la financiaci¨®n estatal de la primera. La del PSOE, PCE y PSP, que proponen una transici¨®n hacia la escuela p¨²blica. La del PTE, ORT y LCR, que solicitan una escuela p¨²blica y estatal, ya.
La gran inc¨®gnita en este terreno es precisamente la de UCD. Configurada como coalici¨®n de partidos, sus criterios sobre estas cuestiones no han sido coincidentes. El grupo de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, por ejemplo, se inclina por el car¨¢cter p¨²blico de la ense?anza, mientras que Blas Camacho, en nombre del PP, aceptaba la llamada libertad de ense?anza -en realidad libertad de empresa financiada con fondos p¨²blicos- en t¨¦rminos muy similares a los de AP. I?igo Cavero no parece encontrarse entre los m¨¢s progresistas a este respecto. Otros sectores de UCD han preferido no pronunciarse sobre el asunto.
Sin embargo, todos van a tener que pronunciarse, pues lo que parece claro es que la situaci¨®n actual es insostenible. Las subvenciones -m¨¢s de 30.000 millones para el pr¨®ximo a?o- no han evitado el cierre de centros ni han logrado la gratuidad. Esta enorme cantidad de dinero p¨²blico -que se gasta sin control alguno- ha servido para mantener una ense?anza de muy baja calidad, proteger la difusi¨®n de ideolog¨ªas privadas, apoyar la figura del empresario de ense?anza -que puede despedir por motivos ideol¨®gicos o laborales-, alentar el desarrollo de negocios colaterales (que en muchas ocasiones constituyen el verdadero negocio de la ense?anza)- material escolar, comedores, transportes, viajes... Es mucho dinero p¨²blico sin control para mantener una estructura obsoleta.
A la vista del resultado electoral, la propuesta de una escuela p¨²blica, que tantos a?os hemos defendido, es mayoritaria, y ello a pesar de que entre los senadores se encuentra el sumo defensor del actual sistema: el reverendo padre Angel Mart¨ªnez Fuertes, de UCD, que anteriormente, se hab¨ªa definido como joseantoniano, capaz de unir a su condici¨®n de religioso el servicio a Espa?a_y a su Caudillo. En ¨¦l coinciden Iglesia, pol¨ªtica y empresariado.
Claro que tambi¨¦n en las Cortes, en el Congreso, entre otros muchos diputados se sentar¨¢ uno d e los m¨¢s en¨¦rgicos defensores de la escuela p¨²blica, Luis G¨®mez Llorente, durante tres a?os compa?ero en la junta de gobierno del Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid.
Los votos ya han decidido, ahora tienen que traducirse en una legalidad que reestructure completamente el sistema actual, que opte por atender a las necesidades sociales en materia de educaci¨®n por encima de cualquier privilegio, por mucha tradici¨®n que tenga o por respetable que pueda parecer.
PrioridadesY en la atenci¨®n a estas necesidades sociales hay un orden de prioridades:-Es obligaci¨®n de los organismos p¨²blicos garantizar un puesto escolar gratuito y de calidad en aquellos lugares que son necesarios, cubriendo las necesidades de puestos y solucionando el problema del cerca del mill¨®n de ni?os mal escolarizados.
- Es preciso impedir el cierre de centros por motivos especulativos o cambio de negocio. Resulta necesario arbitrar f¨®rmulas, para que todos los centros que no pueden sobrevivir pasen a depender de los organismos p¨²blicos, al menos hasta que se creen los puestos escolares y de trabajo que ellos suponen. Como quiera que ¨¦ste es el destino, a corto y Medio plazo, de la actual escuela privada, es razonable empezar a pensar ya en un proceso de transici¨®n.
- Los fondos p¨²blicos no deben financiar situaciones de privilegio. La libertad de ense?anza empieza en el mismo centro con el pluralismo ideol¨®gico. Los centros p¨²blicamente financiados deben atenerse a unas condiciones objetivas entre las que destaca la gesti¨®n democr¨¢tica como garant¨ªa de la libertad de ense?anza.
- Resulta imprescindible acabar con el caos actual de los cuerpos docentes, para lo que es necesario abordar seriamente el tema del acceso y la estabilidad del profesorado, terminando tanto con el burocratismo como con la, precariedad laboral de muchos miles de ense?antes.
S¨®lo si somos capaces de llevar a cabo durante este a?o un gran debate sobre la ense?anza, en el que vayamos a solucionar los problemas que el pa¨ªs tiene planteados y no a defender nuestros peque?os privilegios, s¨®lo entonces podremos dar una soluci¨®n no autoritaria a ¨¦stos, y otros muchos, problemas urgentes.
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