La correcci¨®n de la desigualdad hidr¨®grafica como objetivo
La pol¨ªtica de trasvases de agua acometida por la Administraci¨®n del Estado en los a?os setenta evidencia, dadas las implicaciones interregionales que conlleva, la consideraci¨®n de la correcci¨®n del desequilibrio hidrogr¨¢fico como objetivo fundamental de nuestra pol¨ªtica hidr¨¢ulica, justificado en raz¨®n de que ?la distribuci¨®n geogr¨¢fica desfavorable y el desequilibrio hidrodemogr¨¢fico lleva a pensar en el aprovechamiento conjunto de los recursos hidr¨¢ulicos de varias, cuencas, con objeto de no coartar la evoluci¨®n natural de las cuencas escasas? (Memoria del ?Estudio econ¨®mico del. tra- svase Tajo-Segura?, MOP, 1970).Ahora bien, por lo que se refiere a la primera de las proposiciones tomadas como base de argumentaci¨®n: la irregular distribuci¨®n geogr¨¢fica de las precipitaciones, causa natural de la existencia de un desequilibrio hidrogr¨¢fico,. no obstante constar su evidencia ?objetiva? -v¨¦ase cuadro n¨²mero uno-, cabe hacer algunas puntua, lizaciones previstas . para su correcci¨®n. En primer lugar, a excepci¨®n hecha de la Espa?a h¨²meda (cuencas del Norte), ninguna de las restantes regiones espa?olas merecen el calificativo de abundante en t¨¦rminos absolutos, aun cuando, en t¨¦rminos relativos, puedan destacarse por su mayor escasez .las cuencas del Segura, Guadiana y J¨²car. En segundo lugar, las medidas previstas para la correcci¨®n de esos desequilibrios naturales ?mediante el trasvase Tajo-Segura con sus dos fases (1.000 Hm.3/a?o) y el aprovechamiento de los sobrantes reguladores del Ebro en su tramo final a trav¨¦s de los esquemas, Ebro-Pirineo Oriental y Ebro-J¨²car-Segura (unos 3.000 Hm. 3 /a?o)? -?Los balances hidr¨¢ulicos de car¨¢cter nacional?. MOP, 1971-, no habrian sido corregidos, en el sentido igualatorio que cabr¨ªa esperar, sino que se habr¨ªan provocado unos nuevos desequilibrios-v¨¦ase cuadro n¨²mero dos- de signo contrario y provocados por causas no naturales.
Y por lo que se refiere a la segunda de las proposiciones consideradas como hip¨®tesis de partida: el desequilibrio bidrodemogr¨¢fico. aducido como la otra raz¨®n justificativa de esta pol¨ªtica, deben hacerse algunas precisiones conceptuales:
- En primer fugar la utilizaci¨®n exclusiva del ¨ªndice: dotaci¨®n de recursos naturales de agua per c¨¢pita enmascara la cuesti¨®n del desequilibrio denominado hidrodemogr¨¢fico, ¨²nicamente v¨¢lido si se expresara mediante la utilizaci¨®n de par¨¢metros- indicativos del grado de equipamiento de las poblaciones respectivas en cuanto se refiere a infraestructura hidr¨¢ufic¨¢, que expresan no solamente una determinada asignaci¨®n de recursos naturales, sino tambi¨¦n de recursos econ¨®micos sin los cuales aqu¨¦lla resultar¨ªa puramente te¨®rica: porcentaje de inversiones p¨²blicas y grado de aprovechamiento de los recursos propios -superficiales y subterr¨¢neos- para usos interiores a la cuenca, porcentaje de n¨²cleos sin abastecimiento o sin estaci¨®n potabilizadora, porcentaje de n¨²cleos sin red de distribuci¨®n y de viviendas sin agua corriente, porcentaje de hect¨¢reas regadas por. habitante y estructuras de la propiedad. etc¨¦tera. Y en este sentido, las diferencias existentes entre las poblaciones de las cuencas afectadas; por el plan de trasvase prev¨ªsto expresar¨ªan claros desequilibrios de: signo contrario -caso de las cuencas del Ebro y- Pirineo Oriental o, a lo m¨¢s, ausencia de ellos -caso (le las cuencas del Tajo y Segura, aunque aqu¨ª, por carencias comunes-
-En segundo lugar, es obvio el car¨¢cter ?subjetivo? de la proposici¨®n enunciada, expresivo de una concepci¨®n ?desarrollista ?, cuando califica de ?natural? una evoluci¨®n interregional basada en la concentraci¨®n del capital, mano de obra, recursos naturales e inversiones p¨²blicas importados, precisamente de aquellas ¨¢reas menos desarrolladas calificadas, no obstante, de ?abundantes? en recursos de agua. Bastar¨ªa comparar los ¨ªndices de emigraci¨®n, producci¨®n neta, ingresos y renta familiar de las regiones implicadas en la pol¨ªtica de trasvases -comp¨¢rese Toledo y C¨¢ceres con Murcia y, m¨¢s a¨²n, las provincias catalanas, del valle del Ebro directamente afectadas- para comprobar que La propuesta correcci¨®n del desequilibrio hidrodemogr¨¢fico no es otra cosa que la l¨®gica continuaci¨®n de una pol¨ªtica concebida conforme a las m¨¢s estrictas leyes del ?desarrollo desigual?. cuya extrapolaci¨®n en el tiempo se considera axtom¨¢tica.
En definitiva, el objetivo final de esta pol¨ªtica -inspirada en la idea de modernizaci¨®n introducida a trav¨¦s de las teor¨ªas funcionalistas de la sociolog¨ªa norteamericanano parece otro que el de la intervenci¨®n del Estado en orden a la.regulaci¨®n de un mercado, en este caso: el de un recurso natural tan esencial como el agua, concebida la planificaci¨®n social m¨¢s como un ?estudio de mercado a escala nacional? -L¨®pez Rod¨®: Pol¨ªtica y desarrollio, Ediciones Aguilar, 1970- que como un instrumento pol¨ªtico para la promoci¨®n del cambio social.
As¨ª el car¨¢cter ?cientifista? y ?apol¨ªtico? con que fue concebida nuestra pol¨ªtica hidr¨¢ulica en sus inicios a fines del siglo XIX, tiene su correlaci¨®n en el car¨¢ctef ?tecnocr¨¢tico? y ?desarroll¨ªsta? con que ha sido planteada en nuestros d¨ªas. Pero, sin embargo, en esta aparente traslaci¨®n hist¨®rica, se ha producido una evidente distorsi¨®n en cuanto respecta al esp¨ªritu que la inspiraba en sus or¨ªgenes, pese a todo, de intencionalidad indudablemente social. El objetivo igualatorioque subyac¨ªa en el planteamiento inicial -aun cuando se concibiera como una tarea a realizar ?de arriba abajo?, sin intervencion popular; de otra parte tal como se ha realizado durante los ¨²ltimos cuarenta a?os-, puede transformarse de proseguir esta pol¨ªtica de trasvases sin una adecuada reconsideraci¨®n, por raz¨®n de la dial¨¦ctica desarrollo-subdesarrollo -comprendidos como estructuas parciales, pero interdependientes que componen un sistema¨²nico-, en un factor potencial de desequilibrios regionales.
Y no le olvide que, cuando nos referimos a desequilibrios entre regiones, no particularizamos la expresi¨®n exclusivamente en aquellas directamente afectadas, bien por ?ceder? o ?recibir? sus aguas, sino en todas las que integranel Estado espa?ol.
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