En recuerdo de Josep Pallach
Secretario general del PSC (Reagrupament)Hace un a?o, inesperadamente, mor¨ªa el socialista catal¨¢n Josep Pallach. Justamente al t¨¦rmino mismo del tercer congreso del Partit Socialista de Catalunya (Reagrupament), del que acababa de ser elegido secretario general. Se truncaba, a la edad de 55 a?os, una vida intensa marcada por dos hitos irrenunciables: Catalu?a y el socialismo. Desde la edad de quince a?os -tiempos de guerra civil- hab¨ªa conocido sucesivamente el enfrentamiento armado, el exilio, la c¨¢rcel. Sin desirallecimientos y, lo que es m¨¢s importante, sin rencores ni revanchismos. Viniendo de una larga clandestinidad hab¨ªa superado r¨¢pidamente todo resabio de aquella dura condici¨®n para adentrarse, con¨¦rierg¨ªa, por los caminos -que iban haci¨¦ndose progresivamente claros- de la libertad ganada palmo a palmo. La muerte le Reg¨® incorporado ya a la actividad pol¨ªtica, pero las puertas de ese a?o 1977 que iba a estar marcado por unas elecciones generales y por el restablecimiento, en r¨¦gimen provisional, de la Generalitat de Catalu?a, presidida por Josep Tarxadellas, de qu¨ªen se hab¨ªa hecho valedor indiscutible.
Al a?o de su muerte, una nota sobre Josep Pallach no puede hm?tarse a ser mero recordatorio. La din¨¢mica de su acci¨®n pol¨ªtica fue demasiado clara para no poder recoger en ella algunas de las fineas maestras que perfilan su vigencia m¨¢s all¨¢ de la desaparici¨®n f¨ªsica de su protagonista.
Lanzado a la vida pol¨ªtica desde una posici¨®n de marxismo radical, fue elaborando, paso a paso, sin cambios oportunistas, por la l¨®gica de una profundizaci¨®n personal y colectiva, y por la captaci¨®n finamente asumida de las realidades circundantes -condiciones objetivas, si se quiere- la concepci¨®n de un socialismo de amplio horizonte -el socialismo del proyecto, ha dicho alguien con gran acierto-, en el que todo dogmatismo, todo mecanicismo hab¨ªa desaparecido.
Al socialismo por la Generalitat
Como su acci¨®n se desarrollaba en Catalu?a, el socialismo era para ¨¦l un instrumento pol¨ªtico al servicio de su tierra, sin chovinismo pero sin claudicaciones. No puede extra?ar, por tanto, que, ligadas las dos ideas matrices, la f¨®rmula del socialismo por la Generalitat sintetizara todo su pensamiento y absorbiera toda su enorme e inmensa capacidad pol¨ªtica.
Por eso, en 1974, con gentes y grupos irrenunciablemente socialistas, pero procedentes de diversos esquemas de pensamiento, particip¨® en la constituci¨®n del Reagrupament Socialista y Democratic de Catalunya que, tiempos despu¨¦s, y por iniciativa particularmente suya, pas¨® a ser Partit Socialista de Catalunya; a pesar de circunstancias diversas, su acci¨®n no fue particularista ni divisionaria. En aquel tercer congreso, que he evocado al empezar, una conclusi¨®n fundamental, glosada por ¨¦l en la clausura, marcaba la irrenunciable voluntad de unidad de los socialistas catalanes, de todos los socialistas de Catalu?a. La concepci¨®n del partido, que siempre se?al¨® que estaba a¨²n por hacer, que estaba todav¨ªa por llegar, le abr¨ªa inevitablemente hacia este horizonte amplio del gran partido donde tuvieran cabida todos los socialistas, donde quedaran acogidas todas las distintas aportaciones que conflu¨ªan en la idea matriz a trav¨¦s de los largos a?os de historia pol¨ªtica catalana. El socialismo, para ¨¦l, era inseparable de la democracia. Democracia en la sociedad y democracia en el partido.
Su ideario cobra potencialidad
Al contemplar, a un a?o vista, aquella din¨¢mica fundamental de la acci¨®n pol¨ªtica de Pallach, es f¨¢cil entrever c¨®mo sus ideas cobran mayor potencialidad todav¨ªa al ser puestas en parang¨®n con la evoluci¨®n no ya en Catalu?a, sino en Espa?a entera del grueso de las formaciones socialistas que hoy tienen carta de identidad pol¨ªtica con incidencia real y no puramente testimonial.
Hoy el proyecto de Pallach por la unidad de un socialismo catal¨¢n, necesario para que. no sea papel mojado la autonom¨ªa pol¨ªtica, entra en una etapa de hasta ahora insospechadas posibilidades, dada la confluencia fundamental de partidos importantes hasta ahora separados. Nunca, seguramente, como ahora, los socialistas, todos los socialistas, se han hallado en mejores condiciones para tratar de conjugar esfuerzos, de dar pasos eficaces para que la voluntad unitaria empiece a traducirse como se est¨¢ traduciendo ya en realidades. M¨¢s a¨²n, superando las fronteras de lo que la Constituci¨®n en proyecto denomina territorios aut¨®nomos, todo el socialismo es, pa?ol, y en particular el de mayor peso espec¨ªfico, muestra -y confiemos que de manera cada vez m¨¢s inequ¨ªvoca- su proyecto de vertebraci¨®n federal del Estado que, junto al respeto d¨¦cada nacionalldad, comporta una voluntad solidaria, ideales que valen asimismo para la articulaci¨®n a determinar de las relaciones entre las fuerzas socialistas implantadas en el pa¨ªs.
Por eso, evocar ahora a Pallach no es realizar simple tarea recordatoria de un pasado, aunque sea reciente, sino renovada vitalizaci¨®n de un ideario, servido honesta y decididamente hasta el final, y est¨ªmulo eficaz para el futuro que todos intentamos ir construyendo.
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