Ruedo Ib¨¦rico, al fin, en Espa?a
La historia viva, verdadera y profunda del genocidio cultural franquista -y las diversas formas de resistencia opuestas al mismo durante la interminable cuarentena de su dominaci¨®n- est¨¢ por hacer. Los numerosos estudios y trabajos colectivos sobre el tema escritos a la muerte del dictador no abarcan en la masa ingente de nombres, hechos y documentos aportados el aspecto hiriente, doloroso, traum¨¢tico, del problema: la mutilaci¨®n espiritual impuesta a tres generaciones de espa?oles, lo destruido o atrofiado en las conciencias, la extrema pobreza e invalidez de las respuestas de quienes se enfrentaron a su empresa a partir de esquemas fatalmente insuficientes y truncos, mediatizados ab initio por la precariedad y manique¨ªsmo de su propia situaci¨®n.La ruptura y vac¨ªo impuestos por los programadores de la desinformaci¨®n -los apagadores pol¨ªticos a que se refer¨ªa Larra- han afectado gravemente todos los ¨®rdenes de la vida cultural del pa¨ªs y es obvio que la seguir¨¢n afectando a¨²n durante mucho tiempo: las secuelas de tan larga enfermedad no pueden ser eliminadas de la noche a la ma?ana y quien m¨¢s, quien menos, todos guardamos las cicatrices de los golpes y heridas sufridos en nuestro fuero interior.
Nos guste o no, debemos admitir que la miseria y mimetismo que, hoy como ayer, configuran la vida intelectual espa?ola ser¨¢n muy dif¨ªciles de erradicar. Los fil¨®sofos, novelistas, cient¨ªficos, historiadores, no se improvisan, e imaginar, como Cadalso, que bastar¨ªa con suprimir la censura del Santo Oficio para asistir al florecimiento de un nuevo Siglo de Oro, es tomar los buenos deseos por realidades contantes. Mientras las ambig¨¹edades y contradicciones de la presente situaci¨®n pol¨ªtica permiten la resurgencia de episodios tan lamentables como el proceso y condena de Els Joglars, algunos de los ?apagadores? m¨¢s notorios de los buenos tiempos de la dictadura asumen hoy sin empacho ni rubor algunos la dura tarea de revitalizar nuestra an¨¦mica vida cultural bajo el flamante uniforme de la llamada Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico. Entre los cambios operados en el pa¨ªs durante los dos ¨²ltimos a?os, el primero y m¨¢s importante habr¨¢ sido pues el del cambio de chaqueta.
Aislamiento, desinformaci¨®n, manique¨ªsmo han marcado con su impronta la totalidad de la vida espa?ola entre el 39 y el 76 -y un posible tribunal encargado de establecer la lista de cr¨ªmenes llevados a cabo por el sistema franquista contra el pueblo espa?ol deber¨ªa condenar a aqu¨¦l no s¨®lo por lo que ha destruido, impedido y frustrado, sino tambi¨¦n por la obligada debilidad de las respuestas de quienes lo combatimos con sus armas, desde dentro de los l¨ªmites tan irrisorios como anacr¨®nicos de su exiguo campo dial¨¦ctico: actos de voluntad y aun de fe, en vez de an¨¢lisis objetivos; panfletos en vez de estudios; literatura de resistencia de valor circunstancial e inmediato en vez de una expresi¨®n literaria responsable, a la altura de la exigencia de los tiempos.
Historia y an¨¢lisis pol¨ªtico
Discontinuidad hist¨®rica, seg¨²n la acertada definici¨®n de Vicente Llor¨¦ns, que reproduce en 1978 situaciones vividas siglo y medio antes (habr¨ªa que evocar aqu¨ª la continuidad de la discontinuidad). Pues resulta imposible resumir mejor la actual situaci¨®n que con estas l¨ªneas de su bell¨ªsimo ensayo titulado Liberales y rom¨¢nticos: ?Ocurri¨® entonces en 1830 lo que hab¨ªa de ocurrir otras veces, no s¨®lo en el aspecto literario, en la Espa?a moderna. Un largo y penoso esfuerzo para ponerse a tono con el esp¨ªritu del tiempo, y cuando el objetivo parec¨ªa logrado, ya tal esp¨ªritu hab¨ªa tomado una nueva direcci¨®n. De ah¨ª la confusi¨®n, el tropel innovador y el persistente anacronismo de la cultura espa?ola, que vive en los tiempos modernos no s¨®lo en una posici¨®n de inseguridad, sino movi¨¦ndose constantemente a contratiempo.? Verdaderamente, para Espa?a no pasan d¨ªas.
En la ardua, laboriosa lucha contra el manique¨ªsmo, aislamiento y desinformaci¨®n en que hemos vivido los espa?oles de izquierda -no hablo de los otros, en raz¨®n de su aceptaci¨®n resignada o irozosa de lo que podr¨ªamos llamar ?analfabetismo voluntario?- el papel desempe?ado por Ruedo Ib¨¦rico ha sido capital. Desde la fecha de su fundaci¨®n a la reciente instauraci¨®n en el pa¨ªs de un r¨¦gimen m¨¢s o menos democr¨¢tico -yo pienso ?menos? que ?m¨¢s?-, Jos¨¦ Mart¨ªnez y su equipo de colaboradores se han esforzado en facilitar tanto a los espa?oles del interior como a los de la di¨¢spora aquello que m¨¢s desesperadamente necesitaban: por un lado, los materiales y documentos que les negaba el franquismo, a fin de poder juzgar la historia contempor¨¢nea del pa¨ªs, los or¨ªgenes y responsabilidades de la guerra civil, las razones del triunfo de Franco con un m¨ªnimo conocimiento de causa; por otro, la elaboraci¨®n de un an¨¢lisis pol¨ªtico no condicionado por el sometimiento a las conveniencias y consideraciones t¨¢cticas de ning¨²n grupo o partido.
Junto a la divulgaci¨®n de obras ya cl¨¢sicas de Brenan, Thomas, Jackson, KoItsov, Gibson, Hermet, Peirats, Southworth, Borkenau, etc¨¦tera, la publicaci¨®n de una serie de textos fundamentales marxistas o libertarios de Trotski, Bujarin, Kautsky, Andr¨¦sNin, etc¨¦tera, y, sobre todo, de estudios especializados sobre diversos aspectos concretos de la realidad franquista, como los llevados a cabo por Claud¨ªn, Ynfante, Rinc¨®n, Mart¨ªnez Alier y muchos otros en excelentes vol¨²menes donde se abarcaba la crisis universitaria y el problema de las nacionalidades, la dominaci¨®n econ¨®mica de las ?cien familias? y la situaci¨®n en las c¨¢rceles, la estrategia de los partidos y las contradicciones del desarrollo capitalista hispano. Se trataba con ello de crear algo que no hab¨ªa existido hasta entonces, a saber, un espacio plural de discusi¨®n en el que las distintas corrientes pol¨ªticas e ideol¨®gicas del antifranquismo pudieran confrontar libremente sus opiniones sin acusarse rec¨ªprocamente de toda clase de lacras y herej¨ªas o de hacer el juego del r¨¦gimen espa?ol.
Las divergencias en la direcci¨®n del PCE que deb¨ªan desembocar en la exclusi¨®n de Claud¨ªn y Sempr¨²n, favorecieron, por otra parte, la aparici¨®n de Cuadernos de Ruedo Ib¨¦rico, publicaci¨®n que, pese a su difusi¨®n limitada, es hoy un punto de referencia indispensable para el conocimiento y an¨¢lisis de la realidad hispana de los dos ¨²ltimos decenios. Si los Cuadernos de Ruedo Ib¨¦rico no supieron ofrecer la alternativa concreta a1a l¨ªnea pol¨ªtica del Partido Comunista que muchos esper¨¢bamos, se debi¨® exclusivamente al hecho de que los dirigentes excluidos no se propusieron nunca la tarea de elaborarla. Pero ello propici¨® a fin de cuentas este ejido de ideas sin el cual la formaci¨®n de un pensamiento democr¨¢tico resulta ... iposible.
Autores del interior y exiliados
En el terreno literario -cuya responsabilidad asum¨ª de hecho, sino de derecho desde el comienzo de la revista-, CRI divulg¨® textos de.autores del interior y exiliados, en especial aquellos que, por una raz¨®n u otra, resultaban conflictivos de cara a la censura franquista: Max Aub, Bergam¨ªn, Jos¨¦ Angel Valente, Angel Gonz¨¢lez, mis hermanos Luis y Jos¨¦ Agust¨ªn, Carlos-Peregr¨ªn Otero, Jaime Gil de Biedma, etc¨¦tera. All¨ª publiqu¨¦ la mayor¨ªa de los ensayos que componen mi libro El furg¨®n de cola y all¨ª apareci¨® mi extenso estudio sobre la obra inglesa de Blanco White antes de que, con rara sabidur¨ªa, don Ricardo de la Cierva dictaminara que su difusi¨®n en Espa?a no pon¨ªa en peligro los fundamentos del R¨¦gimen que le alimentaba y al que entonces serv¨ªa con escrupulosa fidelidad. Tenacidad con tenacidad se paga: la sa?a de la dictadura contra nuestra empresa nos persigui¨® hasta el final. En el oto?o de 1975, durante la interminable agon¨ªa del verdugo, los servicios especiales franquistas hicieron volar la librer¨ªa del Barrio Latino, por fortuna sin causar bajas.
La integraci¨®n de Ruedo Ib¨¦rico en la vida pol¨ªticocultural es as¨ª un acontecimiento de talla, del que todos debemos felicitarnos. Para millares y millares de espa?oles, su cat¨¢logo ha sido por espacio de veinte a?os la bocanada de ox¨ªgeno que permiti¨® asegurar el buen funcionamiento de sus. pulmones: el objetivo primordial de muchos viajes al extranjero y un hito importante en la formaci¨®n de su conciencia pol¨ªtica e incluso de los sentimientos y querencias de un proyecto de vida rigurosamente personal.
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