Los conciertos inaugurales del auditorio Manuel de Falla
La publicaci¨®n en EL PAIS de un trabajo sobre el nuevo Centro Manuel de Falla (17 de julio de 1977) nos exime de muchas palabras a la hora de comentar su inauguraci¨®n con dos conciertos dedicados a la m¨²sica sinf¨®nica y de c¨¢mara del gaditano habitante de la Antequeruela Alta. Hay que resaltar la importancia del acontecimiento, pues gracias al impulso de tres ayuntamientos sucesivos, la entregada dedicaci¨®n del arquitecto Garc¨ªa de Paredes y el asesor ac¨²stico Lothar Cremer, estamos no s¨®lo ante algo inhabitual entre nosotros, sino frente a uno de los grandes auditorios de la Europa contempor¨¢nea. No es triunfalismo, sino informaci¨®n: a la hora de citar una docena de salas existentes en el mundo hay que contar con la del Centro Manuel de Falla.Yo dir¨ªa que el pensamiento de Paredes para el nuevo auditorio arranca de la exposici¨®n Falla celebrada en los Jer¨®nimos Aquel refectorio sencillo y blanco, aquel techo de madera, aquel piso enlosado han funcionado como funcionaba el ?folklore? o la tradici¨®n para Manuel de Falla. Esto en lo est¨¦tico; en lo social, el Centro ha sido pensado con vistas a una m¨¢xima utilidad. Granada tiene ahora el reto de su explotaci¨®n, y al decir Granada digo toda su sociedad. El Centro Manuel de Falla puede y debe ser ocasi¨®n para un mayor impulso cultural de Granada, pues si es cierto que la funci¨®n crea el ¨®rgano, no lo es menos que ¨®rgano y funci¨®n se complementan y excitan entre s¨ª.
Las sesiones inaugurales tuvieron la significativa presencia de un amplio grupo de arquitectos venidos de toda Espa?a y la colaboraci¨®n de Manuel Rivera, Eusebio Sempere, Pablo Palazuelo y Cruz Novillo. Los grana dinos, en general, han aplaudido un Centre, que deben sentir suyo y cuidar como los berlineses la Filarm¨®nica o los londinenses el Queen Elizabeth. Pero el Centro Falla es todav¨ªa m¨¢s: albergar¨¢ m¨²sica en todos sus g¨¦neros, pero tambien teatro, exposiciones, cursos, reuniones y congresos. Bajo la advocaci¨®n de Manuel de Falla, en homenaje, como ¨¦l hubiera querido -no de monumentos, placas ni plazas, sino de utilidad social-, Granada prolonga la presencia del compositor en la ciudad. Hasta su acento y su tem ple estaban presentes en Maribel de Falla, gentil ariete movedor de voluntades.
Nocturnos, por Rafael Orozco
La Orquesta Nacional, con su nuevo titular, Ros Marb¨¢, hizo sonar La vida breve, El sombrero de tres picos, Homenaje a Debussy y Noches en los jardines de Espa?a. Toc¨® los nocturnos, por vez primera en Espa?a, Rafael Orozco con uaa medida comprensi¨®n de la partitura, con un af¨¢n desentra?ador que coincid¨ªa plenamente con el de Antonio Ros Voces granadinas -las del Coro de la Universidad, dirigidas por Ricardo Rodr¨ªguez- cantaron la primera m¨²sica que ha sonado en el auditorio: Invocaci¨®n a la Sant¨ªsima Trinidad, espl¨¦ndido compases victorianos de don Manuel.
Vino Rafael Puyana para el concierto que, bajo la direcci¨®n del mismo Ros Marb¨¢, encontr¨® una de las versiones m¨¢s felices que hayamos escuchado. Montserrat Alavedra y Zanetti, en las canciones espa?olas y francesas; Corostola, al violoncello, en obras juveniles de Falla, y, en fin, el gaditano Jacinto Matute. Este singular pianista transita por el interior de la m¨²sica de Falla de manera prodigiosa. Su Fantas¨ªa b¨¦tica result¨® inolvidable porque a trav¨¦s de la aparente sequedad, de la Andaluc¨ªa problem¨¢tica -una Andaluc¨ªa casi unamuniana- que se alberga en sus pentagramas, fue capaz de dar con la gracia de la naturalidad y la ¨²ltima raz¨®n del cante jondo.
La belleza del Centro Falla, su adecuaci¨®n en el paisaje, se une a la consecuci¨®n de una ac¨²stica admirable por utilizar un adjetivo favorito de don Manuel. (Es curioso: jam¨¢s empleaba el tan espa?ol envidiable.) Habr¨¢ que hablar y escribir detenidamente de una obra que s¨®lo quisi¨¦ramos ver multiplicada por las ciudades espa?olas. Ninguna lo tiene comparable. Estos empe?os que quedan y abren posibilidades son los que realmente importan. Mucho m¨¢s que la r¨¢faga brillante de una actividad pasajera, por muy brillante que sea. Mayores detalles sobre la arquitectura y la ac¨²stica del Centro Manuel de Falla ser¨¢n tratados en una entrevista con el profesor Lhotar Cremer, que aparecer¨¢ pr¨®ximamente en nuestro suplemento de Arte y Pensamiento.
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