La pol¨ªcia italiana asesta un duro golpe a las Brigadas Rojas
![Juan Arias](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F5a86bcd5-e5fc-49ab-b292-f3043b0fbfd4.png?auth=2d48be4f56908c68f3c88d7da3c4bd83b9078e68267346b6bac73e371847252d&width=100&height=100&smart=true)
Corrado Alunni, treinta a?os, n¨²mero uno de las Brigadas Rojas, fue capturado por la polic¨ªa de Mil¨¢n en la noche del mi¨¦rcoles en la planta baja de un edificio de la calle Negroli. Se trata de la primera operaci¨®n verdaderamente brillante realizada por las fuerzas del orden despu¨¦s del asesinato de Aldo Moro, el pasado 9 de abril.
Alunni hab¨ªa sido siempre considerado como el sucesor de Renato Curcio al frente de las Brigadas Rojas, pero con una agravante: era el fundador de la llamada ?l¨ªnea dura? de la organizaci¨®n, partidario de una ?guerra cruenta contra el Estado?. En los ¨²ltimos a?os, se hizo famoso por sus continuos cambios de fisonom¨ªa y de identidad, y ha sido considerado como el protagonista de las acciones terroristas m¨¢s sangrientas, entre ellas la muerte del presidente del Colegio de Abogados de Tur¨ªn, Fulvio Croce; la del subdirector del peri¨®dico La Stampa de Tur¨ªn, Carlo Casalegno, y ¨²ltimamente, de la matanza de la calle Fani, en la que murieron los cinco agentes de la escolta de Aldo Moro.Al parecer, desde hace d¨ªas la polic¨ªa y carabineros de Mil¨¢n preparaban la operaci¨®n de captura de Alunni. El jueves, a las nueve de la noche, se presentaron en su habitaci¨®n cien agentes, pero hubiesen bastado un par de ellos porque el ?brigadista?, que figuraba con el nombre falso de ?arquitecto Turicchia?, se entreg¨® sin oponer resistencia.
Ante el magistrado dijo sencillamente: ?Me considero un combatiente comunista.? En su habitaci¨®n la polic¨ªa encontr¨® un aut¨¦ntico arsenal de armas y documentos falsos y once millones de liras.
Alunni hab¨ªa sido, antes de entrar en la clandestinidad, un obrero de la Sit-Siemens. Fue precisamente un dirigente de esta empresa el primer secuestrado por las Brigadas Rojas. Alunni estuvo a punto de caer en manos de la polic¨ªa en Pav¨ªa, el 10 de enero de 1976, cuando fue capturado Fabrizio Pelli, pero logr¨® escapar con su compa?era.
El nuevo jefe de las Brigadas Rojas era conocido, por la polic¨ªa por su pistola: una Nagant 7,62, un rev¨®lver que presenta un peque?o defecto y cuyos cartuchos aparec¨ªan siempre en los m¨¢s graves atentados. Adem¨¢s de su fama de buen tirador, Alunni fue siempre considerado como uno de los mayores ?ide¨®logos? de la organizaci¨®n, probablemente el autor del manual del brigadista y de la teorizaci¨®n sobre la guerra contra el Estado, a trav¨¦s del homicidio pol¨ªtico.
La captura de Alunni es la ¨²nica nota positiva en la nueva batalla que se ha desencadenado en torno al caso Moro, en v¨ªsperas, precisamente, del debate en el Parlamento sobre el tema.
Cartas in¨¦ditas de Moro
Sin saber de d¨®nde proceden, el diario Corriere della Sera est¨¢ publicando una serie de cartas in¨¦ditas de Moro a diversas personalidades de la Democracia Cristiana, las cuales formaban parte del secreto sumarial. La que ha causado mayor impresi¨®n y tambi¨¦n mayor indignaci¨®n y preocupaci¨®n tanto a Berlinguer como a Zaccagnini, es la carta dirigida al consejero de Estado Tullio Ancora, gran amigo de Moro. En esta carta brev¨ªsima el l¨ªder democristiano dice a Ancora textualmente: ?De los comunistas, despu¨¦s de la larga marcha, recibo como premio la condena a muerte. No hago comentarios.? Le pide que haga lo posible para convencer a los comunistas para que abandonen su ?actitud dura? ante las negociaciones con los terroristas. El Partido Comunista, con un editorial en primera p¨¢gina, afirma en L'Unit¨¢ que la idea de un ?complot? aparece cada vez m¨¢s cierta y que la intenci¨®n de quienes asesinaron a Moro es muy clara: ?Mandar a los comunistas a la oposici¨®n y a los conservadores a la cabeza de la Democracia Cristiana.? Seg¨²n L'Unita no se ha tratado de una maniobra concebida por una ?banda de sanguinarios terroristas?, sino m¨¢s bien por un verdadero ?cerebro pol¨ªtico con dimensiones probablemente no s¨®lo nacionales?.
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