Alianza Popular teme una ruptura del partido por el voto a la Constituci¨®n
En medios directivos de Alianza Popular (AP) existe ser¨ªa preocupaci¨®n ante la postura final que el partido ha de tomar de cara al voto en el refer¨¦ndum constitucional. Estas fuentes no ocultan, incluso, la probabilidad creciente de una ruptura en la Federaci¨®n de AP si el problema del voto no logra encauzarse de forma satisfactoria dentro de las distintas corrientes que encabezan los l¨ªderes del partido.
En la votaci¨®n final del proyecto constitucional en el Congreso, los miembros del grupo parlamentario de AP mantuvieron una actitud divergente: mientas la mayor¨ªa se abstuvo -incluido el secretario general, Manuel Fraga-, Federico Silva, presidente de la Federaci¨®n de AP, vot¨® negativamente, junto con el representante de Euskadiko Ezkerra, Francisco Letamend¨ªa.Por su parte, Gregorio L¨®pez Bravo, que mantiene una postura de muy dif¨ªcil catalogaci¨®n dentro del grupo de AP, no asisti¨® a la sesi¨®n aduciendo ocupaciones personales. Gonzalo Fern¨¢ndez de la Mora, presidente de Uni¨®n Nacional Espa?ola (UNE), el otro partido federado a AP, junto con el del se?or Silva, no pudo asistir al Congreso por encontrarse convaleciente de graves lesiones que sufri¨® en Lisboa por un accidente de tr¨¢fico, pero el l¨ªder de UNE hizo saber p¨²blicamente que de haber podido acudir su voto hubiese sido negativo.
A.P manifest¨® entonces que habia que esperar las posibles reformas que hiciese el Senado. El argumento carec¨ªa de respaldo, toda vez que en la C¨¢mara alta, elegida por el procedimiento mayoritario que AP propugn¨® insistentemente antes de las elecciones del 15 de junio, consigui¨® situar un solo senador, Abel Matutes, que,poco pod¨ªa influir en los debates, dominados, como en el Congreso, por UCD y PSOE.
Concluido el dictamen en la comisi¨®n del Senado y a las puertas del Pleno, nada sustancial ha variado, al menos en los puntos, que ?nquietaban a AP, y con esta perspectiva el partido que capitanea el se?or Fraga est¨¢ abogado a tensiones que sus propios dirigentes consideran de entidad.
De una parte, la postura personal del se?or Fraga, seg¨²n dirigentes muy pr¨®ximos al l¨ªder aliancista, ser¨ªa dar el s¨ª al texto constitucional, aunque formulase algunos reparos. Lo m¨¢s real es que tendr¨¢ que evitar, a toda costa, que las posiciones de lasjuntas provinciales se decanten excesivamente a la derecha y propugnen el no sin matices, pero los mismos responsables del partido entienden que no podr¨¢ ejercer excesiva presi¨®n en estos puntos, aunque vuelque su indiscutida autoridad en el seno del partido, por miedo a que, pese a todo, un tan Lo por ciento de la base pudiera desplazarse abiertamente hacia Fuerza Nueva (FN) y los postulados blaspi?aristas.
Hacia el ?no?
Junto con todo lo anterior, el problema m¨¢s agudo se presenta ante la postura de los se?ores Silva y Fern¨¢ndez de la Mora. Todo hace suponer que mantendr¨¢n el no y que los dirigentes de sus grupos seguir¨¢n la misma l¨ªnea. Si esta posici¨®n no cambia -y nada hace pensar que pueda cambiar-, AP se encontrar¨ªa con que dos de sus grupos propugnan el no a la Constituci¨®n, emparejados a la extrema drecha y la extrema izquierda, y el partido de AP, propiamente dicho, abocado a recomendar la abstenci¨®n o dejar en libertad de conciencia a sus militantes. Si Fraga lograse el s¨ª con reparos, la contradicci¨®n con los partidos federados se har¨ªa a¨²n m¨¢s visible.
El se?or Fern¨¢ndez de la Mora ha declarado a EL PAIS que, ante la actual versi¨®n del texto constitucional, mantiene su voto negativo, sin asomo de dudas, pero niega la posibilidad de que pueda haber una ruptura dentro del partido. ?No la hubo en el momento de las votaciones en el Congreso y tengo el convencimiento de que ahora ocurrir¨¢ exactamente lo mismo que ocurri¨® entonces?. Piensa tambi¨¦n que el partido no puede dejar en libertad de conciencia a sus militantes: ?Eso no es tomar posici¨®n ante un texto capital y, en definitiva, equivale a la abstenci¨®n?.
Los c¨ªrculos consultados de AP piensan, sin embargo, que nada puede ser igual, puesto que en aquella ocasi¨®n se trataba de una postura ante una fase del tr¨¢mite constitucional, mientras que en el pr¨®ximo mes habr¨¢ que optar por una actitud definitiva que influir¨¢ notablemente en las posiciones y en las posibilidades posteriores del partido.
Respecto a la posici¨®n del senor Silva, y siempre seg¨²n la misma interpretaci¨®n procedente de AP, se cree que su habilidad pol¨ªtica le permitir¨¢ encontrar alguna f¨®rmula para mantener su postura personal, sin crear dificultades insalvables respecto a su permanencia en la federaci¨®n aliancista.
Por ¨²ltimo, se hace notar que la soluci¨®n definitiva que se adopte y las tensiones que puedan surgir influir¨¢n tambi¨¦n en la marcha de Nueva Mayor¨ªa, que en este momento aparece bloqueada y pendiente de muchas expectativas, pese a las declaraciones de alguno de sus promotores.
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