La disoluci¨®n del Parlamento acent¨²a el retraso de la reforma econ¨®mica
La disoluci¨®n de las Cortes y las restricciones legislativas que consecuentemente se imponen por el funcionamiento exclusivo de las respectivas Diputaciones Permanent¨¦s del Congreso y Senado, van a tener amplia repercusi¨®n en la vida econ¨®mica del pa¨ªs, previsiblemente durante todo el primer semestre del a?o 1979, hasta tanto no se constituyan las nuevas C¨¢maras, resultantes de las elecciones generales del pr¨®ximo mes de marzo.Los proyectos que se encuentran actualmente pendientes del debate y consiguientes tr¨¢mites legislativos son numerosos en los planos econ¨®mico y laboral. El m¨¢s importante de ellos es el de los Presupuestos Generales del Estado, que en modo alguno puede ser debatido al margen del Pleno de las dos C¨¢maras, adem¨¢s, y entre otros, se encuentran atascados en estos momentos en el Congreso de los Diputados: el Plan Energ¨¦tico Nacional, Estatuto de la Empresa P¨²blica, proyecto de ley de Fincas Manifiestamente Mejorables, proyecto de ley de Arrendamientos R¨²sticos, proyecto de.ley de Cambios, todo el esquema de proyectos de ley que configuran la Imposici¨®n Indirecta (con especial menci¨®n del Impuesto del Valor A?adido, que debe entrar en vigor an tes del ingreso en la CEE), proyecto de ley de Acci¨®n Sindical (ya dic taminado y pendiente de aproba ci¨®n en el Pleno), proyecto de ley de Negociaci¨®n Colectiva (remitido esta semana) y una proposici¨®n de ley del Paro (presentada por el PSOE y admitida a tr¨¢mite).
Mecanismo de puesta en marcha del presupuesto
La consecuencia m¨¢s importante -al menos a corto plazo- de la disoluci¨®n del Parlamento es la imposibilidad de aprobar e incluso discutir los Presupuestos Generales del Estado para 1979 lo que, constitucionalmente, impide su puesta en marcha.
En este sentido, el Ministerio de Hacienda ha dedicado las ¨²ltimas semanas a estudiar las posibilidades t¨¦cnicas de acometer los dos aspectos esenciales de la pol¨ªtica presupuestaria: los programas de inversi¨®n de los distintos departamentos y las dotaciones necesarias para el pago, de las retribuciones a los funcionarios de la Administraci¨®n del Estado. En esta l¨ªnea, se ha ir¨ªltrumentado un cuadro de disposiciones, con rango de orden ministerial, decreto y decreto-ley, a partir de las cuales sea posible iniciar la aplicaci¨®n real de los criterios presupuestarios (v¨¦ase EL PAIS del 24 de diciembre).
El proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 1979 ha debido serreformado posteriormente, como consecuencia del cuadro de medidas econ¨®micas que acompa?aron al decreto-ley sobre limitaci¨®n salarial adoptado por el Gabinete la pasada semana. Esta ampliaci¨®n presupuestaria comprende sobre todo el incremento de un punto porcentual en el aumento de sueldos de los funcionarios, con objeto de acercar su evoluci¨®n a la parte inferior de la banda decretada para 1979, y a un reforzamiento de las inversiones p¨²blicas, especialmente durante los primeros seis meses de 1979.
En la tarde de ayer, el vicepresidente econ¨®mico, Fernando Abril, y el ministro de Hacienda, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, se reunieron por espacio de varias horas para analizar los programas de inversi¨®n de los distintos Ministerios y las posibilidades de instrumentaci¨®n legal durante el intervalo en que el Parlamento permancizca inactivo. A una parte de la reuni¨®n tambi¨¦n asisti¨® el titular de Obras P¨²blicas y Urbanismo, Joaqu¨ªn Garrigues, ya que uno de los Ministerios con mayor capacidad inversora es el que dirige.
El prop¨®sito esencial del vicepresidente econ¨®mico, se?or Abril, y del Gobierno, es el de evitar a toda costa el par¨®n de la econom¨ªa que pudiera derivarse del per¨ªodo electoral que se abre la pr¨®xima semana. El calendario electoral prev¨¦, al menos, un vac¨ªo de cuatro meses en la actividad parlamentar¨ªa, durante los cuales no es previsible en modo alguno un relanzamiento de la actividad inversora del sector privado, sino m¨¢s bien todo lo contrario. Por ello, el prop¨®sito del Gabinete es el de reforzar la inversi¨®n p¨²blica durante los seis primeros meses del a?o, para dejar la iniciativa en la segunda mitad de 1979 a los inversores privados, una vez que las nuevas C¨¢maras legislativas hayan quedado constituidas y reanuden su actividad. De esta intenci¨®n no pueden excluirse totalmente algunas intenciones claramente electoralistas, que fundamentalmente benefician a UCD.
Desde hace varios d¨ªas, los Ministerios de Econom¨ªa y Hacienda han solicitado a los distintos departamentos un programa concreto y detallado de las mayores posibilidades inversoras que pudiera desarrollar cada uno de los organismos de la Administraci¨®n. La instrumentaci¨®n legal de estos programas de inversiones, la mayor parte de ellos incluidos en el proyecto de presupuesto remitido por el Gobierno a las Cortes, se llevar¨ªa a cabo mediante la dotaci¨®n de cr¨¦ditos extraordinarios equivalentes a las previsiones presupuestarias que, por v¨ªa de decreto-ley, podr¨ªan ser aprobadas por la Diputaci¨®n Permanente de las Cortes.
En cuanto a las restantes partidas presupuestarias que sea necesario descongelar, el mecanismo elegido puede ser la pr¨®rroga de los actuales Presupuestos -por decreto aprobado en Consejo de Ministros-, que permita llevar a cabo las transferencias preceptivas.
Fundamentaci¨®n pol¨ªtica
Aunque el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado no vaya a ser discutido por las Cortes antes de mayo o junio de 1979, la tesis que sustentan los miembros del equipo econ¨®mico del Gabinete es la de que pol¨ªticamente est¨¢ plenamente fundamentada su puesta en marcha. Esta tesis parte del rechazo alcanzado en el Parlamento por las enmiendas a la totalidad presentadas en su d¨ªa al articulado del proyecto gubernamental y sostiene que buena parte de las sugerencias y enmiendas parciales planteadas en el seno de la ponencia parlamentaria han sido ya incorporadas al Presupuesto por las normas adicionales refflitidasjunto al decreto-ley de limitaciones salariales para 1979. Con este planteamiento, el Gobierno pretende l¨®gicamente salir con anticipaci¨®n al paso de los posibles reproches de aplicaci¨®n unilateral de su proyecto presupuestario que pudiera esgrimir la Oposici¨®n en la campa?a electoral.
No obstante, la inquietud entre algunos miembros del equipo econ¨®mico es patente, ante la evidencia de que 1979 se presenta con un amplio abanico de incertidumbres. Situar al inicio del inminente a?o cuatro meses de absoluta indefinici¨®n preocupa notablemente en medios econ¨®micos, especialmente por los aspectos fundamentales de la econom¨ªa espa?ola que no podr¨¢n ser abordados antes de la constituci¨®n de las nuevas C¨¢maras legislativas.
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