Algo mas sobre "la pol¨ªtica espa?ola ante el holocausto jud¨ªo"
Embajador de Espa?a
El d¨ªa 5 de abril de 1943 el conde de Jordana anota en su diario: ?Contin¨²an los consejos de ministros. Se produce en el de hoy un incidente desagradable al volverse a tratar el tema de la devoluci¨®n de los extranjeros -jud¨ªos- que pasan la frontera. Queda el asunto pendiente hasta que Yo hable con el General¨ªsimo. Es cuesti¨®n muy delicada y que temo provoque mi dimisi¨®n, que est¨¢ siempre en pie, por ser enorme mi lucha, de la que estoy cansad¨ªsimo y s¨®lo soporto por patriotismo ... ?
A esta actitud se refiri¨®, a?os m¨¢s tarde, el embajador de Francia en Turqu¨ªa, Saint Hardouin, cuando en un acto oficial, dirigi¨¦ndose a quien escribe estos comentarios, manifest¨®, reclamando silencio, que miles de jud¨ªos hab¨ªan salvado la vida gracias a la firme actitud del conde de Jordana.
A la postura de Jordana se refiere el profesor Antonio Mar quina al afirmar, en sus recientes art¨ªculos sobre el holocausto jud¨ªo (v¨¦ase EL PA?S de 22, 23 y 24 de junio), que ?a partir de la nueva pol¨ªtica de Jordana, Espa?a hizo en el terreno de los refugiados lo que ninguno de los aliados estaba dispuesto a hacer: aceptar en su territorio a los miles de refugiados que fueron llegando?.
Nada minimiz¨® la labor del entonces ministro de Asuntos Exteriores, ni nada pudo con su tes¨®n en el af¨¢n por salvar la vida de aquellos perseguidos. En ocasiones su proceder, mediatizado por la estrategia del momento, dio lugar a err¨®neas interpretaciones incluso por aquellos que, como los embajadores de los pa¨ªses aliados, deb¨ªan estar m¨¢s adentrados en el tema. Al hacer menci¨®n el se?or Marquina a la carta conjunta que el d¨ªa 6 de diciembre dirigieron los embajadores de EEUU y Gran Breta?a al ministro Jordana, incurre en aquel mismo error de interpretaci¨®n.
Tengo en mi poder el texto de la conversaci¨®n (Colecci¨®n de Entrevistas con embajadores) que el d¨ªa 9 de diciembre mantuvo el conde de Jordana con el embajador de EEUU, Carlton Hayes, donde se aclara que no hubo una segunda expulsi¨®n de los jud¨ªos en Espa?a, ni se impuso medida alguna que implicara el prop¨®sito de desarticular a las familias jud¨ªas que llegaban a nuestro pa¨ªs procedentes de los territorios ocupados por Alemania.
Refiri¨¦ndose a la supuesta expulsi¨®n de los jud¨ªos a que alude el embajador de EEUU en su carta del d¨ªa 6 de diciembre, Jordana, en dicha conversaci¨®n del d¨ªa 9, le expresa lo siguiente: ?El se?or embajador no ha sido informado con arreglo a la realidad de los hechos, ya que ninguno de los dos casos que en la carta se consignan, responden en absoluto a la verdad. Entre otras cosas porque la legislaci¨®n espa?ola vigente exime del servicio militar a tal clase de nacionales, de tal manera que en ning¨²n momento se ha pensado en adoptar medida alguna que implique el prop¨®sito de desarticular las familias sefarditas ... ? ,
Posteriormente G¨®mez Jordana le dice al embajador que considerar los hechos tal como se exponen en la carta hace suponer ?... que la salida de los sefarditas del territorio espa?ol, en tr¨¢nsito para Argel, es en calidad de expulsados, haciendo aparecer al Gobierno y a las autoridades espa?olas como inhumanos, equipar¨¢ndolos a organismos semejantes de otro pa¨ªs que se distingue por sus procedimientos de implacable persecuci¨®n contra la raza hebrea. Y esto es tanto m¨¢s injusto porque lo que se pretende es todo lo contrario: liberar a estos desgraciados de las garras de sus perseguidores, que los quieren someter a inadmisibles procedimientos de crueldad ... ?
Al hablar sobre la fluidez que requiere el ¨¦xodo de los jud¨ªos procedentes de territorio alem¨¢n, Jordana insiste en que ?... lo que se intenta es ir sacando a esos hebreos, en tandas, del peligro en que se hallan, para irlos mandando a otros pa¨ªses donde se en cuentren a salvo de la incesante persecuci¨®n de que son objeto?. ?... la detenci¨®n o dilaci¨®n de su marcha supone retrasar la llegada de nuevas expediciones ya preparadas, ya que razones de orden interno determinan que el Gobierno espa?ol se vea obligado a evitar la aglomeraci¨®n de las mismas en nuestro territorio?.
Al t¨¦rmino de esta conversaci¨®n, Carlton Hayes mostr¨® su m¨¢s vivo agradecimiento por ? la informaci¨®n que tan sincera y oportunamente? le proporcion¨® el ministro, ya que en aquellos momentos los pa¨ªses aliados hab¨ªan previsto en el norte de Marruecos la organizaci¨®n de un nuevo campo de concentraci¨®n para los refugiados hebreos.
Con estas puntualizaciones, extra¨ªdas de tan importante texto, queda a¨²n m¨¢s clara la afirmaci¨®n del profesor Marquina al decir ?que Espa?a hizo, al permitir el tr¨¢nsito y la estancia durante muchos meses, de miles de refugiados, lo que ninguna naci¨®n aliada estaba dispuesta a realizar?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.