Nuevo plan quinquenal sovi¨¦tico para relanzar el sector agroalimentario
Ante la demanda creciente de la poblaci¨®n sovi¨¦tica para mejorar la calidad de su alimentaci¨®n, los responsables de la planificaci¨®n de la econom¨ªa ultiman sus estudios en la preparaci¨®n del plan quinquenal 1981-85, uno de cuyos principales problemas es el de aumentar la producci¨®n de carne y sus derivados, as¨ª como de frutas y legumbres. Para conseguirlo ser¨¢ necesario alcanzar las previsiones fijadas en un aumento de veinte millones de toneladas de carne, meta que debe lograrse a finales del quinquenio citado.
Un conocido refr¨¢n ruso tiene a¨²n vigencia: ?De col y grano nos alimentamos?. En efecto, la familia sovi¨¦tica, que ha alcanzado las exigencias de las normas fisiol¨®gicas de 3.500 calor¨ªas diarias, empieza a rechazar el exceso de los cl¨¢sicos ?excesos de carbono?, cuya raci¨®n alimenticia promedia contiene pocas prote¨ªnas de origen animal y escasas vitaminas, y aspira a lograr una alimentaci¨®n equilibrada.La lucha que mantiene el Estado en este sector de la econom¨ªa es, por ahora, una batalla perdida. El consumo de productos de primera necesidad est¨¢ reflejado estad¨ªsticamente y calculado en kilos por habitante al a?o. A cada sovi¨¦tico le corresponden 140 kilos de pan, 57 kilos de carne y 322 litros de leche. La ciencia m¨¦dica de la URSS recomienda rebajar la cifra de consumo de pan en treinta kilos y aumentar hasta 82 los kilos de carne y hasta 405 los litros de leche.
Los ¨ªndices necesarios para alimentar al pueblo no se pueden satisfacer f¨¢cilmente ante la acumulaci¨®n de una serie de factores. Mientras la poblaci¨®n de la URSS aumenta cada a?o en dos millones de personas, el alza de salarios en toda las categor¨ªas de la poblaci¨®n y la estabilidad de los precios en los art¨ªculos de primera necesidad empujan a una mayor demanda y a exigir productos de m¨¢s alta calidad.
Motivaciones clim¨¢ticas al margen, lo cierto es que los dirigentes sovi¨¦ticos han decidido dirigir el quinquenio 1981-85 espec¨ªficamente al fomento socioecon¨®mico del pa¨ªs y exigen, textualmente: ?aumentar la producci¨®n de los productos alimenticios b¨¢sicos aunque la tarea no ser¨¢ f¨¢cil?. Recientemente el semanario sat¨ªrico Kokodril (El Cocodrilo) dedicaba su primera p¨¢gina a seis vi?etas mudas en las que se segu¨ªan los pasos que daba una remolacha desde que era recogida de la tierra hasta que llegaba al plato familiar. Su tama?o, que inicialmente era tan grande como la caja del cami¨®n que la transportaba, llegaba al plato convertida en poco m¨¢s que un huevo.
Una parte importante de los problemas de las cosechas en la URSS, que crecen anualmente, tienen su imagen real en la p¨¦rdida reflejada por el dibujante del Kokodril con la remolacha. Falta modernizar el complejo industrial agrario del pa¨ªs, perfeccionar la t¨¦cnica con cosechadoras modernas, ampliar la red de transporte, mejorar el sistema de silos y organizar una distribuci¨®n correcta y r¨¢pida, logros que impedir¨¢n las numerosas p¨¦rdidas que sufren los productos de primera necesidad.
La soluci¨®n, hasta ahora, s¨®lo la han conseguido las parcelas particulares. Si realmente deseamos encontrar buena carne y sabrosa fruta, debemos acudir a los mercados koljosianos, donde se venden directamente los productos, y cuyos beneficios son para el vendedor. Lo cierto es que estos mercados no est¨¢n al alcance del ciudadano sovi¨¦tico medio: mientras, en las tiendas del Estado un kilo de carne le cuesta dos rublos (240 pesetas), en el mercado particular deber¨¢ pagar ocho rublos (960 pesetas). Diferencias similares de precios las mantienen todos los productos.
Actualmente la Uni¨®n Sovi¨¦tica importa cerca de 200.000 toneladas de carne y productos c¨¢rnicos y 800.000 toneladas de frutas. Esta situaci¨®n ha sido considerada como l¨ªmite; en recientes declaraciones, el vicepresidente del Gosplan de la URSS, N. P. Gusev, se?alaba que se avecinan cambios en la estructura de las inversiones y en muchas esferas de la pol¨ªtica t¨¦cnica. ?Es preciso reorganizar?, subray¨®, ?hasta cierto grado la planificaci¨®n y los m¨¦todos de administraci¨®n, el sistema de ¨ªndices y el est¨ªmulo material. A finales del quinquenio 1981-85, la producci¨®n de carne en el pa¨ªs debe aumentar hasta 19.500.000 toneladas y su consumo per capita se aproximar¨¢ considerablemente a las normas dictadas por los cient¨ªficos.? No es f¨¢cil la tarea que se proponen, ante un sector que ha padecido el abandono y ante una cosecha de cereales para 1979 que quedar¨¢ por debajo de las previsiones iniciales. Ahora se necesita un considerable esfuerzo para crear modernas empresas de carne y productos l¨¢cteos, de cr¨ªa de ganado de raza y producci¨®n de piensos, para completar las ya existentes, lo cual supone dedicar importantes inversiones en el desarrollo de esta tecnolog¨ªa industrial, en detrimento de las industrias que hasta ahora han primado, por obvias consideraciones estrat¨¦gicas.
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