La Caja de Ahorros de Catalu?a protagoniza un inicio de oposici¨®n a la Confederaci¨®n de Cajas
La Caja de Ahorros de Catalu?a -antigua de la Diputaci¨®n de Barcelona- mantiene, desde hace varias semanas, una postura de abierta discrepancia frente a la Confederaci¨®n Espa?ola de Cajas de Ahorros (CECA), concretada hasta el momento en la negativa de la instituci¨®n catalana a otorgar un pr¨¦stamo de mil millones de pesetas al Banco de Cr¨¦dito Local y suscribir el contrato de aseguramiento de la parte de la emisi¨®n de deuda p¨²blica que le asign¨® la CECA, dentro del paquete de 15.000 millones de pesetas que correspondieron a las Cajas en el reparto efectuado por la Administraci¨®n
La primera decisi¨®n del Consejo de Administraci¨®n de la Caja de Ahorros de Catalu?a -sexta caja de ahorros, con 117.000 millones en dep¨®sitos- en contra de las instrucciones de la Confederaci¨®n (CECA) fue la de no otorgar el pr¨¦stamo de mil millones de pesetas al Banco de Cr¨¦dito Local (BCL), asignado dentro de la operaci¨®n de liquidaci¨®n de las deudas vencidas de los ayuntamientos, decidida por el Gobierno a mediados del presente a?o.
Deudas de los ayuntamientos
Esta operaci¨®n -todav¨ªa pendiente de culminaci¨®n- contempla la cancelaci¨®n de los pr¨¦stamos vencidos de los entes locales (ayuntamientos y diputaciones), por un importe cercano a los 60.000 millones de pesetas, mediante la habilitaci¨®n de nuevos cr¨¦ditos por parte del BCL. La correspondiente dotaci¨®n de fondos para la entidad del cr¨¦dito oficial se realiz¨® por v¨ªa presupuestaria y mediante el otorgamiento de cr¨¦ditos de entidades financieras al BCL. Uno de los convenios suscritos fue el firmado con la CECA, aplicando ¨¦sta posteriormente criterios de distribuci¨®n territorial para decidir la participaci¨®n de las respectivas cajas, en funci¨®n del volumen de necesidades financieras de los entes de sus respectivas provincias, con el l¨ªmite de un 1% del total de los dep¨®sitos de cada Caja para el correspondiente cr¨¦dito otorgado al BCL. Estas operaciones no son computables a efectos de coeficientes de inversi¨®n obligatoria y, de hecho, suponen, en muchos casos, una especie de aval del Banco de Cr¨¦dito Local a operaciones anteriores, ya que el endeudamiento de los ayuntamientos y diputaciones se centraba, sobre todo, en las cajas de ahorros de sus respectivos ¨¢mbitos de actuaci¨®n a nivel provincial.La negativa de la Caja de Ahorros de Catalu?a a otorgar el cr¨¦dito de casi mil millones de pesetas al BCL se fundament¨®, seg¨²n fuentes consultadas cerca de la propia instituci¨®n, en el car¨¢cter voluntario de la operaci¨®n y por la negativa a considerar computable el pr¨¦stamo. Este tipo de operaciones, se?alaron las mismas fuentes, contraviene el perpetuamente expresado anuncio de liberalizaci¨®n progresiva del sistema financiero, ya recortado reiteradamente mediante la ralentizaci¨®n en la reducci¨®n de los coeficientes.
El importe del cr¨¦dito negado por la Caja de Catalu?a es inferior al volumen de endeudamiento vencido de la Diputaci¨®n de Barcelona, con asiento en el consejo de administraci¨®n de la Caja, seg¨²n fuentes solventes. Esta circunstancia parece, seg¨²n todos los indicios, que motivar¨¢ el que sea precisamente la Diputaci¨®n la que quede fuera de la operaci¨®n del BCL. Caso de confirmarse, es muy probable que la Caja de Catalu?a otorgue directamente a la Diputaci¨®n de Barcelona el correspondiente cr¨¦dito para salvar su situaci¨®n. Esta ¨²ltima operaci¨®n s¨ª ser¨ªa computable, con lo que quedar¨ªa obviada una de las cuestiones esenciales planteadas con ocasi¨®n de la denegaci¨®n del cr¨¦dito al BCL.
Aseguramiento de deuda p¨²blica
Posteriormente, el Consejo de la Caja de Ahorros de Catalu?a decidi¨® no suscribir el contrato de aseguramiento de la parte proporcional correspondiente a la emisi¨®n de deuda p¨²blica de 50.000 millones de pesetas, repartida entre la banca privada (35.000 millones) y la CECA (15 000 millones).El sistema de reparto de la deuda p¨²blica consisti¨® en aplicar criterios de proporcionalidad entre las cajas -al igual que han hecho los bancos con los 35.000 millones que les han sido adjudicados-, en raz¨®n del volumen de sus recursos y el incremento de dep¨®sitos registrado durante el presente a?o. Varias fuentes consultadas han indicado que este sistema no fue previamente consultado a las cajas y caus¨® disgusto entre la mayor parte de las instituciones. Tras el reparto, bancos y cajas fueron llamados a suscribir un compromiso de aseguramiento de las cantidades correspondientes, mediante el cual garantizan la colocaci¨®n de la totalidad de su asignaci¨®n, bien entre sus clientes o en la propia cartera de t¨ªtulos. El compromiso incluye tambi¨¦n a la garant¨ªa de no negociar los t¨ªtulos de la deuda en el mercado antes de los seis meses siguientes al cierre del plazo de suscripci¨®n. El contrato fija una prima del 2% de colocaci¨®n para las entidades suscriptoras.
Coeficientes amarillos
La postura de la Caja de Catalu?a se concreta, seg¨²n fuentes pr¨®ximas a la entidad, en el rechazo al m¨¦todo instrumentado, mas que a la suscripci¨®n de una parte de la deuda p¨²blica emitida. Los responsables de la entidad discrepan esencialmente de la proliferaci¨®n de los llamados coeficientes amarillos y, sobre todo, del papel dictatorial de la CECA, que adopta sus decisiones en este tipo de temas sin consultar a las cajas que la integran. En el caso concreto de la deuda, los responsables de la Caja estiman que hubiera sido necesario tener en cuenta tambi¨¦n el grado de liquidez de cada una de las instituciones a la hora de repartir los 15.000 millones de deuda asignados. Pese a todo, en medios financieros de Barcelona se da como seguro que la Caja de Ahorros de Catalu?a adquirir¨¢ la totalidad de la deuda asignada, caso de que no se complete su colocaci¨®n entre el p¨²blico. En este caso, la instituci¨®n perder¨ªa la comisi¨®n del 2%, ya que s¨®lo se aplica en caso de suscribir el compromiso de aseguramiento.
Cr¨ªticas a la CECA
Aunque la postura de la Caja de Ahorros de Catalu?a no ha sido secundada por ninguna otra Caja espa?ola, medios pr¨®ximos a las entidades de ahorro aseguran que son cada d¨ªa m¨¢s abundantes las muestras de disconformidad respecto al papel y comportamiento de los principales responsables de la CECA. Esta oposici¨®n estar¨ªa especialmente centrada en las grandes, toda vez que su contribuci¨®n a los costosos gastos de estructura de la Confederaci¨®n es m¨¢s elevada y, en cambio, la distribuci¨®n de votos en su seno es a raz¨®n de uno por cada una de las 82 cajas que la integran.Diversas fuentes consultadas coinciden en se?alar que la CECA dista mucho de cumplir con eficacia las misiones que te¨®ricamente tiene encomendadas. La principal de ellas ser¨ªa la de constituir un ¨®rgano de representaci¨®n efectiva de los intereses de las cajas frente a la Administraci¨®n, pero un buen n¨²mero de cajas considera que es m¨¢s un instrumento de transmisi¨®n de las voluntades del Gobierno a las instituciones de ahorro.
Otra de las cr¨ªticas m¨¢s generalizadas se centra en la actividad inversora de la Confederaci¨®n. Es la composici¨®n de su cartera de valores -sistem¨¢ticamente oculta-, que obedecer¨ªa, en opini¨®n de varias fuentes consultadas, a intereses dif¨ªcilmente confesables y, en cualquier caso, muy distantes de los de las cajas que integran la CECA. El blanco m¨¢s frecuente de las cr¨ªticas que vierten hacia el papel de la Confederaci¨®n es el actual director general, Luis Coronel de Palma, quien regres¨® a su anterior puesto merced a la excedencia solicitada durante su permanencia sucesiva en los cargos de gobernador del Banco de Espa?a y embajador en M¨¦xico.
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