Firmado el acuerdo de intercambio de acciones entre Renault y Volvo
La firma automovilista francesa Renault y la sueca Volvo anunciaron ayer, en Ginebra (Suiza), la conclusi¨®n de un acuerdo de cooperaci¨®n en los sectores industrial y t¨¦cnico y en el de los autom¨®viles. Cada una de las sociedades adquiere el 10% del capital de su asociada. Este nuevo ?maridaje?, que no incluye el sector de los veh¨ªculos industriales, se inscribe en el marco de las grandes maniobras mundiales del autom¨®vil cara al horizonte 85, considerado como un ?techo? cr¨ªtico a partir del cual la competencia ser¨¢ feroz con los ?monstruos? americanos y japoneses.
Seg¨²n el acuerdo antedicho, que no ha sorprendido a nadie porque se conoc¨ªan las negociaciones que las dos firmas manten¨ªan desde hace alg¨²n tiempo, la sociedad francesa adquiere el 10% del capital de Volvo, primer constructor sueco, que, a su vez, compra el mismo tanto por ciento de las acciones de la Renault. Estas participaciones, posteriormente, podr¨¢n ampliarse hasta el 15% o el 20%.La cooperaci¨®n establecida afecta a los dominios industrial y t¨¦cnico y a los coches particulares. No se ha mencionado ni negociado, parece ser, el sector de los pesos pesados, el ¨²nico en el que la marca sueca aventaja a la francesa.
La cooperaci¨®n entre ambas firmas, seg¨²n declararon sus responsables, debiera manifestarse particularmente en tres aspectos: desarrollo de nuevas t¨¦cnicas, inversiones y fabricaci¨®n en com¨²n y aportaciones de elementos espec¨ªficos de cada uno de los dos constructores. Salvo por lo que se refiere al sector tecnol¨®gico, las dos casas estaban unidas ya por contratos que, en menor cuant¨ªa, establec¨ªan una cooperaci¨®n: Renault fabricaba motores para Volvo.
En el plano t¨¦cnico e industrial, Volvo ser¨¢ la m¨¢s favorecida, ya que la firma francesa supera a la sueca. Sin embargo, los franceses podr¨¢n establecer su producci¨®n esencial a m¨¢s largo plazo y, con ello, bajar los costes, con el fin de encarar en mejores condiciones la competencia. El acuerdo de cooperaci¨®n no abarca la comercializaci¨®n, seguramente porque Renault, apenas implantada en los pa¨ªses n¨®rdicos (alrededor del 3,5%), representar¨ªa un enemigo peligroso para Volvo. A largo plazo, sin embargo, el gigante franc¨¦s no se comer¨¢ al ?gigante-enano? sueco.
Este acuerdo entra de lleno en la pol¨ªtica de la industria automovil¨ªstica mundial. Los m¨¢s optimistas del gremio afirman que, a finales del siglo XX s¨®lo quedar¨¢n en el planeta una decena de constructores.
Y frente a los ?grandes? americanos y japoneses, las m¨²ltiples ?mini-firmas? europeas practican in crecendo la concentraci¨®n. Volvo (278.000 coches y 25.000 camiones anuales, con 61.000 empleados), es decir, uno de los peque?os europeos, con el acuerdo concluido ahora entre en esa especie de juego contra la muerte al que est¨¢n abocados todos los constructores automovil¨ªsticos. Renault, aproximadamente ocho veces m¨¢s poderoso que Volvo, a lo largo del a?o que finaliza, ya concluy¨® dos acuerdos de la misma especie: uno, con American Motors (la firma francesa adquiri¨® el 22,5%), y otro, con el constructor de pesos pesados Mack, tambi¨¦n americano.
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