Los grandes realizadores de cine italianos trabajan para la RAI
El cine italiano est¨¢ en crisis. Lo demuestran dos hechos significativos. El primero, que en los cuatro ¨²ltimos a?os la recaudaci¨®n en taquilla en el cine ha bajado de 12.000 millones de pesetas a 7.000 millones, que se producen cien pel¨ªculas menos al a?o y que la mayor¨ªa de las proyecciones en los cines italianos son ya americanas y no nacionales.El segundo hecho que demuestra la crisis es que los monstruos sagrados del cine italiano, desde Antonioni a Carmelo Bene y Fellini han decidido trabajar pr¨¢cticamente s¨®lo para la televisi¨®n. Franco Brusati ha producido para la RAI Olvidar Venecia, candidato al Oscar. Fellini ya ha rodado Prueba de orquesta. Antonioni est¨¢ terminando El misterio de Oberwald. Est¨¢ entusiasmado con el m¨¦todo electr¨®nico: ?Me ha ofrecido?, afirma, ?posibilidades de color estupendo, de descomponer a mi gusto. Creo que ya no volver¨¦ al cine tradicional.? Giuliano Montaldo acaba de regresar de China para el montaje de su Marco Polo. Carmelo Bene est¨¢ concluyendo el montaje de Otello y Ricardo III. Este actor-director es el m¨¢s cr¨ªtico contra el cine tradicional. Llega a afirmar que ha muerto, con Eisenstein, en 1930. Desde entonces se ha convertido, dice Bene, en algo ?deseducativo, anticultural?. Y ha dado un ejemplo de lo que puede hacer la televisi¨®n: el proceso de Cattanzaro, ?un espect¨¢culo de alt¨ªsimo periodismo, de tensi¨®n, directo, que llega a casa, que toca y comunica con cada espectador?, pero a?ade que las ventajas de la televisi¨®n sobre el cine no significan glorificar una televisi¨®n de Estado.
L¨®gicamente, los m¨¢s alarmados y ofendidos son los productores y algunos pol¨ªticos. El mismo ministro de Espect¨¢culos, el fanfaniano Bernardo d'Arezzo, ha afirmado que ?la televisi¨®n est¨¢ matando al cine?. Pero en la RAI son m¨¢s prudentes. Prefieren decir que es necesario que ambas artes ?colaboren sin hacerse la guerra?, pero a?aden que el hecho de que los mayores directores de cine cl¨¢sico prefieran hoy trabajar para la televisi¨®n demuestra si acaso la gran crisis del gran mundo del cine. Y uno de los elementos que lo ponen de relieve es que ?la televisi¨®n ha demostrado que se pueden hacer grandes pel¨ªculas con poqu¨ªsimo dinero?.
Mientras tanto, en Mil¨¢n las fuerzas pol¨ªticas de la regi¨®n han tomado una decisi¨®n que, bajo un aspecto social, en realidad es un modo para llevar a las salas cinematogr¨¢ficas a una categor¨ªa de personas que ya no las pisaba por los altos precios de los billetes. Se trata de los ancianos. Todos los que han cumplido sesenta a?os han recibido una tarjeta que les autoriza a ir a todos los cines pagando s¨®lo la mitad del precio del billete.
Algo parecido se desea hacer con los j¨®venes. Sin quitar valor social a la iniciativa, el hecho demuestra por lo menos, afirman los observadores, que la salud del cine italiano se va a gravando cada d¨ªa m¨¢s.
Y el ¨²ltimo golpe se lo han dado las televisiones privadas, que transmiten pel¨ªculas en el 80% del espacio de emisiones. La mayor parte de las veces se trata de pel¨ªculas viejas y de poco valor, pero la gente prefiere verlas en casa, gratis, que ir a gastar dinero a los cines.
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