Los sectores pol¨ªticos e intelectuales elogian la figura de Jean Paul Sartre
Ma?ana ser¨¢ enterrado en el cementerio P¨¨re Lachaise, de Par¨ªs
La muerte de Jean Paul Sartre, el martes pasado, a las veintiuna horas, a¨²n contin¨²a suscitando pruebas de emoci¨®n y sentimiento en el mundo entero. El presidente de la Rep¨²blica francesa, Val¨¦ry Giscard d'Estaing, lo salud¨® como ?uno de los grandes luceros de la inteligencia de nuestros tiempos?. Paralelamente, tanto los que fueron sus detractores feroces cuando viv¨ªa, como sus lectores fervorosos o disc¨ªpulos, sit¨²an al escritor a la altura de los ?monstruos sagrados? de todos los tiempos. La juventud actual, por el contrario, se manifiesta desconocedora o despectiva respecto a la obra del autor de Las manos sucias y a la actividad pol¨ªtica del hombre. Sartre ser¨¢ enterrado ma?ana , viernes, en el cementerio parisiense de P¨¨re Lachaise.
El mes de marzo de 1978 la emisora francesa Radio Tele-Luxemburgo (RTL) entrevist¨® a Sartre. Durante la conversaci¨®n surgi¨® el nombre del presidente de la Rep¨²blica y el fil¨®sofo revel¨® que hab¨ªa mantenido un di¨¢logo por carta con Giscard d'Estaing, pero rog¨® que esa parte de la entrevista se mantuviese secreta hasta su muerte. Ayer, la desaparici¨®n de Sartre permiti¨® a RTL la difusi¨®n de las apreciaciones de Sartre sobre Giscard tras el intercambio de cartas ya evocado: ?Un d¨ªa?, cont¨® Sartre a RTL, ?Giscard me hizo un favor y yo se lo agradezco. Ahora bien, pol¨ªticamente no estoy de su lado, aunque ello tampoco es una raz¨®n para que no sienta una simpat¨ªa por ¨¦l?. Interrogado, acto seguido, sobre la naturaleza de esa simpat¨ªa, el fil¨®sofo respondi¨®: ?Se trata de una simpat¨ªa de hombre a hombre. Esto no implica que pol¨ªticamente est¨¦ de acuerdo con ¨¦l, pero a m¨ª no me gusta la pol¨ªtica?.Por su lado, ayer, Giscard d'Estaing, que se hab¨ªa interesado por su estado de salud desde que ingres¨® en el hospital, se pronunci¨® sobre el fil¨®sofo, ya cad¨¢ver, en t¨¦rminos que r¨¢pidamente se estimaron ?tan respetuosos como inteligentes?. Dijo: ?Jean Paul Sartre rechaz¨® todos los honores oficiales No conviene que el homenaje del presidente de la Rep¨²blica d¨¦ la impresi¨®n de contrariar ese deseo ¨ªntimo. Pero en tanto que joven lector de su obra, durante los a?os de la guerra y de la liberaci¨®n, siento su desaparici¨®n como la de uno de los grandes luceros de la inteligencia de nuestro tiempo?.
Como Giscard, la Francia oficial, la paraoficial, la pol¨ªtica, asociaciones, intelectuales, prohombres de todo g¨¦nero, una vez muerto, izan a Sartre a la altura ?del intelectual franc¨¦s de este siglo que m¨¢s, y m¨¢s profunda y duraderamente, ha influido en el mundo?. Uno de sus hijos, ?como se considera el equipo del diario marginal Liberation (fue uno de sus fundadores) no duda que Sartre ?es a su siglo lo que Voltaire y Victor Hugo fueron a los suyos, respectivamente ?. El diario independiente Le Monde considera que con el autor de Las palabras (su ¨²nico libro de memorias) ?se acaba un magisterio mundial?. Este diario, en un alarde que recuerda las fechas hist¨®ricas de la Francia contempor¨¢nea, le ofrece su homenaje a lo largo de una parte de la primera p¨¢gina, editorial incluido, y ocho p¨¢ginas m¨¢s, ¨ªntegras, sin publicidad alguna.
Una de las reacciones que pod¨ªan esperarse con m¨¢s ?curiosidad? era la de los comunistas, de los que Sartre fue ?compa?ero de viaje?, pero de los que llevaba separado muchos a?os y a los que combat¨ªa sin piedad, de igual manera que ellos le respond¨ªan con igual moneda: ?Su obra?, declar¨® ayer el responsable de los intelectuales comunistas, Guy Hermier, ?contribuy¨® mucho, en este siglo, a la cr¨ªtica de la sociedad burguesa en nombre de la aspiraci¨®n al socialismo?. El portavoz del PCF dice tambi¨¦n que ?muchas cosas nos separaban de ¨¦l en el plano pol¨ªtico y te¨®rico, pero eso no impide que saludemos en Sartre a una figura sobresaliente del pensamiento contempor¨¢neo?. El tambi¨¦n fil¨®sofo y militante comunista semidisidente Louis Althuser saluda igualmente al hombre que defendi¨® siempre a los oprimidos.
Ayer se contaban innumerables an¨¦cdotas a prop¨®sito de las reacciones provocadas por la noticia que inform¨® sobre la desaparici¨®n del fil¨®sofo. Incluso un comentarista pol¨ªtico del diario Le Matin confesaba: ?Perd¨®n, pero lo primero que debo decir es que tengo muchas ganas de llorar. Pero no, no hay que excusarse por Sartre, porque, en primer lugar, todos sabemos que, en el futuro, lo que quedar¨¢ de ¨¦l para nosotros ser¨¢ el ejemplo del combate incansable por la dignidad del hombre, por su libertad, por la justicia y por la paz?. Otras muchas personas lloraron realmente. ?Un hombre libre?, es el denominador com¨²n de los elogios de todos, desde los que fueron sus amigos, como el conocido intelectual Raymond Aron, hasta quienes lo eran a¨²n, como los j¨®venes izquierdistas-libertarios, o como la cantante Juliette Greco, la ?musa? de la legendaria ¨¦poca del existencialismo de Saint Germain des Pres.
Ante su cad¨¢ver predomina la alabanza hacia el ?valor? universal del escritor, que se traduce desde hace ya medio siglo en veintiocho lenguas y cuyos libros se venden por millones de ejemplares. Los t¨ªtulos de m¨¢s ¨¦xito fueron Las manos sucias (casi dos millones de ejemplares) y La n¨¢usea (mill¨®n y medio). Las dos Alemanias, Estados Unidos y Jap¨®n son los pa¨ªses en los que Sartre es m¨¢s le¨ªdo.
Pero de los que eran sus enemigos irreductibles en vida, tambi¨¦n le ha quedado alguno, ahora que ya ha iniciado su silencioso viaje eterno. El Partido de las Fuerzas Nuevas, equivalente en Francia del espa?ol Fuerza Nueva, declar¨® ayer: ?La muerte de Jean Paul Sartre no puede hacer olvidar que fue siempre un enemigo encarnizado de Francia, de Occidente y del mundo libre. Fue el apoyo constante del comunismo, del terrorismo. Por lo que toca al fil¨®sofo, el tiempo le dar¨¢ el puesto que le corresponde realmente?.
El punto y aparte en medio del sentimiento y del elogio generales lo representan los j¨®venes estudiantes. Ayer se hicieron varias encuestas en liceos de segunda ense?anza y otros centros similares. Y todos ellos coincid¨ªan: ?Sartre parece ser que ha jugado un papel en una ¨¦poca de la historia, pero est¨¢ completamente superado?.
El entierro del fil¨®sofo se efectuar¨¢ ma?ana, viernes, por la tarde, en el cementerio parisiense Pere Lachaise. A¨²n no se conocen los detalles sobre el acto, pero las autoridades respetar¨¢n el deseo del difunto y no habr¨¢ ceremonias oficiales. Todo se desarrollar¨¢ seg¨²n lo establezcan su compa?era de toda la vida, Simone de Beauvoir, y Arlette El Raim-Sartre, su hija adoptiva. Esta estudiante de filosof¨ªa un d¨ªa le solicit¨® un consejo a Sartre sobre una asignatura que hab¨ªa suspendido, y este contacto signific¨® el inicio de un afecto que la convirti¨® en su hija adoptiva en 1965, cuando contaba veintiocho a?os.
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