El agricultor norteamericano, contra la pol¨ªtica cerealista del presidente Carter

El simposio fue organizado por Drexel Burnham Lambert, sociedad an¨®nima dedicada al mercado de futuros (es la empresa del sector que ha experimentado el crecimiento m¨¢s grande del mundo en cuanto a volumen de negocios), y la Asociaci¨®n Americana de la Soja. En representaci¨®n de la Administraci¨®n espa?ola asistieron el director general de Pol¨ªtica Arancelaria e Importaci¨®n del Ministerio de Comercio, Jos¨¦ Ram¨®n Bustelo, y el director general del Servicio Nacional de Productos Agrarios (Senpa), Claudio Gandarias.Inmediatamente despu¨¦s de iniciado el acto, las intervenciones giraron ya en torno a los grandes excedentes cerealistas norteamericanos, tras la gran cosecha del a?o pasado, el embargo de los env¨ªos a la URSS (medida pol¨ªtica del presidente Carter, adoptada tras la intervenci¨®n sovi¨¦tica en Afganist¨¢n), y ante la gran cosecha que vaticinan para este a?o todos los pron¨®sticos.

Malestar entre los agricultores

Existe malestar entre el agricultor medio americano, que, si ya sufr¨ªa las consecuencias de la crisis energ¨¦tica, contempla ahora c¨®mo la coyuntura pol¨ªtica le merma a¨²n m¨¢s su debilitada capacidad adquisitiva.

El embargo no ha sido el factor m¨¢s decisivo en la ca¨ªda de los precios, sino los grandes stocks existentes?, declar¨® a EL PA?S el director regional de la Asociaci¨®n Americana de la Soja para la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica y el Tercer Mundo, Edward Qui?ones. ?El agricultor est¨¢ viviendo actualmente un mal momento, que se presenta peor para el futuro. Nosotros?, asegur¨®, ?hemos vivido muy bien en los ¨²ltimos a?os gracias a un mercado libre, y vamos a resistirnos contra todos los intentos del Gobierno de nuestro pa¨ªs para intervenir en el mercado. Hay partidos que pretenden el intervencionismo estatal, pero nosotros estamos totalmente en contra?.

-Entonces, se?or Qui?ones, ?qu¨¦ estar¨ªa dispuesto a hacer el agricultor americano si los precios bajan en exceso?

-Continuamente se habla de la escasez de alimentos en el mundo. Yo creo que nuestros agricultores est¨¢n dispuestos a aguantar un a?o, y pueden hacerlo a ver lo que pasa. Se almacenar¨¢n los cereales y, si este comportamiento a la baja de los precios se mantiene, habr¨¢ que buscar una salida. Pero, por el momento, el agricultor norteamericano aguantar¨¢.

La Administraci¨®n Carter dispuso el pasado 7 de enero, por primera vez en tiempo de paz, el cierre de las lonjas nacionales de cereales ?para evitar un posible caos?, ante la airada reacci¨®n de los agricultores contra el embargo de diecisiete millones de toneladas de cereales a la URSS. La eficacia de este embargo, incluso para algunos funcionarios norteamericanos, est¨¢ siendo escasa. Parece cada vez m¨¢s claro que los sovi¨¦ticos van a conseguir la casi totalidad del grano embargado a trav¨¦s de terceros pa¨ªses. La propia Administraci¨®n norteamericana admite que los costes directos para compensar a los agricultores y comerciantes de granos ascienden a una cantidad situada entre los dos y los tres millones de d¨®lares. Y si se tiene, en cuenta que una buena cosecha sovi¨¦tica para este a?o har¨ªa carecer de sentido la continuidad del embargo, puede decirse que la decisi¨®n norteamericana le est¨¢ costando m¨¢s a Estados Unidos de lo que pagar¨¢ por ella la URSS. Esto tambi¨¦n enfada al se?or Qui?ones: ?Como asociaci¨®n que representa los intereses de 400.000 agricultores de Estados Unidos, hemos aceptado mal, muy mal, este embargo. Siguiendo nuestra filosof¨ªa de mercado libre pensamos que esta medida es un error, puesto que un embargo de alimentaci¨®n no puede cambiar el rumbo de toda una pol¨ªtica militar, estrat¨¦gica o econ¨®mica hacia la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Y, aunque como norteamericanos nos sentimos m¨¢s patriotas que nadie, no vemos que esta decisi¨®n haya sido acertada; creo que el tiempo nos dar¨¢ la raz¨®n?.

Hace poco menos de un mes, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos hizo p¨²blicas sus ¨²ltimas previsiones relativas a las principales cosechas mundiales durante la campa?a 1979-1980. La producci¨®n mundial de granos se espera que alcance los 1.526 millones de toneladas, cifra ligeramente superior a las previsiones de febrero, debido principalmente a las mejores perspectivas en Brasil y Africa del Sur, aunque esta cantidad indica una baja del 3,5 % respecto de la cosecha r¨¦cord de l978-1979. Se mantiene, sin embargo, la previsi¨®n de 419 millones de toneladas para la producci¨®n mundial de trigo, que tambi¨¦n representa una baja del 6% respecto a la del a?o precedente.

Aunque la cosecha argentina se ha deteriorado de una manera considerable, han subido ligeramente las previsiones sobre producci¨®n mundial de cereales-pienso, que se sit¨²a en 732 millones de toneladas gracias a la mejora de la cosecha en Africa del Sur.

La producci¨®n mundial de semillas oleaginosas en 1979-1980 se estima en 180 millones de toneladas. Las mejoras observadas en semilla de girasol se compensan con las reducciones en soja para aceite.

Todas estas fluctuaciones de la coyuntura agraria internacional interesan especialmente a Espa?a, pa¨ªs deficitario de estos productos b¨¢sicos y, por tanto, eminentemente importador. Es necesario recordar en este sentido que Espa?a import¨® el a?o pasado 1.969.100 toneladas de haba de soja, por valor de casi 39.000 millones de pesetas (un 1,4% m¨¢s que en 1978) ¨® 4.106.000 toneladas de ma¨ªz para piensos, cuyo importe ascendi¨® a 36.000 millones de pesetas, adem¨¢s de torta y harina de soja, sorgo y otros cereales para piensos.

En Espa?a, seg¨²n el director general del Senpa, se?or Gandarias, la producci¨®n de trigo puede rondar, la pr¨®xima cosecha, los cinco millones de toneladas (un 20% m¨¢s que el a?o pasado), y la de cebada, los siete millones y medio (1,3% m¨¢s que en la campa?a anterior). ?Como los precios no pueden bajar porque son de garant¨ªa y los fija el Gobierno, este aumento en las producciones espa?olas supone, dice el se?or Gandarias, que habr¨¢n de disminuir las importaciones, fundamentalmente las de ma¨ªz y sorgo ?.

El milagro diet¨¦tico

Sin embargo, esta, factura que paga Espa?a por las importaciones de cereales (especialmente los destinados a la ganader¨ªa) y que son un factor de desequilibrio de su balanza agraria, ha sido necesaria para llegar al ?milagro diet¨¦tico" producido en los ¨²ltimos a?os. Se encarg¨® de dejarlo muy claro Edward Qui?ones.

Dijo, entre otras cosas, el se?or Qui?ones, que el ama de casa espa?ola compra huevos, carne de pollo y chuletas de cerdo al precio m¨¢s barato de toda Europa. (Como ejemplos destac¨® a Suiza, Dinamarca o Francia, donde se paga el doble que en Espa?a por una docena de huevos.)

En la carne de pollo, las diferencias son m¨¢s grandes. ?Es cierto que Gran Breta?a o Alemania lo pagan un 30% m¨¢s barato?, dijo, ?pero Suecia o Francia lo pagan tres veces m¨¢s caro?.

Durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, Espa?a ha aumentado su consumo per capita anual de carne en la increible cifra de cuarenta kilos, s¨®lo superada por dos pa¨ªses del mundo: Israel y Polonia. En 1979, el espa?ol consumi¨® 68 kilos de carne (poco menos que la media de la CEE), 330 huevos (de las medias m¨¢s altas del mundo), y unos 33 kilos de pescado, lo que sit¨²a a la dieta espa?ola como una de las m¨¢s ricas en prote¨ªnas del mundo.

Seg¨²n el se?or Qui?ones, este milagro s¨®lo ha sido posible gracias a una mayor racionalizaci¨®n en el trabajo del agricultor espa?ol; al crecimiento de nuestra industria de piensos compuestos y a las importaciones sin impuesto de soja.