Raymond Barre reitera la intenci¨®n francesa de retrasar la ampliaci¨®n de la CEE
El primer ministro franc¨¦s, Raymond Barre reiter¨® ayer en la Rep¨²blica Federal de Alemania, la posici¨®n de su presidente, Giscard d'Estaing, de retrasar la ampliaci¨®n comunitaria. En una intervenci¨®n ante hombres de la industria y el comercio alemanes, Barre expres¨® la idea de una Europa a varias velocidades. Por el contrario, el presidente italiano, Sandro Pertini, tambi¨¦n reiteraba ayer ante el presidente norteamericano, Carter, que visita Roma, su decidido apoyo al ingreso espa?ol en la Comunidad.
En el transcurso de un congreso organizado por la C¨¢mara de Comercio e Industria en Treveris, Barre pronunci¨® una conferencia sobre el tema Porvenir de nuestra Comunidad, y se pregunt¨® en ella si ?no se podr¨ªan concebir varias organizaciones funcionariales como ya lo hemos hecho con el Sistema Monetario Europeo?.En medios comunitarios de Bruselas se estima que el primer ministro franc¨¦s ha sostenido impl¨ªcitamente la idea expresada en la cumbre europea de Venecia por el canciller alem¨¢n Helmut Schmidt, seg¨²n el cual ser¨ªa necesario llegar a una base com¨²n no solamente de las contribuciones presupuestarias, sino tambi¨¦n de los beneficios obtenidos por varios pa¨ªses miembros.
Seg¨²n dijo Barre ante los industriales alemanes, no ha lugar a una negociaci¨®n seria con los pa¨ªses aspirantes a la integraci¨®n en tanto no se clarifiquen los problemas internos m¨¢s fundamentales. El primer ministro franc¨¦s dijo, literalmente: ?Espa?a y Portugal deben ocupar alg¨²n d¨ªa en la Comunidad el puesto que la historia les tiene asignado en la construcci¨®n de Europa. Este puesto es, en la opini¨®n de Francia, un lugar central?. Tras una alusi¨®n al Tratado de Roma, en virtud, del cual Francia desea la incorporaci¨®n de los dos pa¨ªses aspirantes, Barre a?adi¨®: ?Sin embargo, el sano juicio nos obliga a reconocer que no es posible negociar seriamente con Espa?a y Portugal en tanto no tengamos claro sobre qu¨¦ hemos de negociar realmente?.
El primer ministro franc¨¦s propugn¨® tambi¨¦n la aplicaci¨®n de una nueva pol¨ªtica agraria, ?para salvaci¨®n de las Comunidades Europeas?, y calific¨® como ?piedra angular? la cooperaci¨®n francoalemana dentro de las Comunidades. ?La Comunidad se encuentra en un momento de cambio?, dijo Barre, ?y justamente la RFA y Francia, que apadrinaron la Comunidad Europea, deben-afrontar conjuntamente la fase del cambio para evitar su disoluci¨®n?.
En cuanto a la idea francesa de una nueva agricultura, Barre consider¨® que ¨¦sta debe `ser rentable. ?La agricultura comunitaria tal y como se conceb¨ªa hace veinte a?os ha quedado plenamente anticuada. El problema permanente de los excedentes en determinados sectores es una prueba de que la producci¨®n agraria no ha logrado acomodarse sistem¨¢ticamente al desarrollo de la demanda?.
Raymond Barre reitera en la RFA la postura giscardiana de retrasar la ampliaci¨®n de la Comunidad Econ¨®mica Europea
En este contexto, Barre cree que no puede separarse el futuro de la Comunidad que resulte de la ampliaci¨®n a doce pa¨ªses -?que ser¨¢ necesariamente diferente a la actual?- de las perspectivas con que se enfrente la econom¨ªa mundial.El primer ministro cit¨® cuatro objetivos clave para el desarrollo comunitario: libertad de transacciones para los bienes de producci¨®n, estabilidad monetaria internacional, estrategia energ¨¦tica com¨²n y ayuda a los pa¨ªses subdesarrollados.
Por su parte, el presidente de la C¨¢mara de Comercio e Industria, Otto Wolf von Amerongen, una personalidad cuyas opiniones suelen tener un gran peso en los medios oficiales, calific¨® la ampIiaci¨®n comunitaria como ?el reto m¨¢s en¨¦rgico al que se ha enfrentado la Comunidad desde su fundaci¨®n?. Un reto al que los nueve pa¨ªses miembros deben enfrentarse ?no s¨®lo por intereses econ¨®micos sino tambi¨¦n, y sobre todo, por intereses pol¨ªticos?. Wolf von Amerongen advirti¨® tambi¨¦n contra el peligro de la claudicaci¨®n de Europa ante est¨¦ reto: ?Un desmontaje de lo ya conseguido significar¨ªa una seria p¨¦rdida para todos. Por ello, debemos continuar en el camino hacia la integraci¨®n del Mercado Europeo, aunque ¨¦ste sea dificultoso y aparezca lleno de espinas?.
El presidente de la c¨¢mara se?al¨® tambi¨¦n, en relaci¨®n con los problemas presupuestario!; que padece la Comunidad, que ?un desarrollo con ¨¦xito requiere previamente una armonizaci¨®n de los objetivos econ¨®mico-pol¨ªticos y de las prioridades, as¨ª como un? acuerdo conjunto sobre la elecci¨®n de los instrumentos m¨¢s adecuados. Porque, si las grandes l¨ªneas econ¨®mico-pol¨ªticas no concuerdan, cada sector individual resulta demasiado d¨¦bi. Nila reuni¨®n monetaria, ni la pol¨ªtica agrari ni el sistema monetario europeo podr¨ªan desarrollar esta trascendental tarea?.
El problema de la ampliaci¨®n comunitaria ocupa, por otra parte, un lugar destacado estos d¨ªas en la atenci¨®n ?le los medios de informaci¨®n. As¨ª el semanario econ¨®mico Wirtschaftswoche comenta en su n¨²mero de ayer que ?antes de las elecciones en la Rep¨²blica Federal y en Francia no se mover¨¢ nada en Europa; los candidatos al ingreso producen, sobre todo, aquello en lo que sobreabunda la Comunidad: productos agr¨ªcolas, que deber¨¢n se financiados con fondos de las cajas comunitarias?. Los funcionarios de Bruselas cuentan ya con que la sobrecarga financiera que se espera dejar¨¢ a la Comunidad sin posib¨ªlidad de pago. Los Gobiernos europeos tendr¨ªan que aportar m¨¢s del 1 % de su impuesto sobre el valor a?adido (IVA), que es lo mismo que vienen haciendo.
De ah¨ª que el canciller Schmidt, por una parte, dice que no quiere esto ?en ning¨²n caso?, pero tambi¨¦n considera que no se deber¨ªa detener por m¨¢s tiempo el ingreso de los tres pa¨ªses mediterr¨¢neos. Por ello, no cabe otra soluci¨®n que una reforma agraria.
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