?Qu¨¦ quiero ser cuando sea grande?
Muchos siguen pensando que las mujeres ind¨ªgenas nacimos para quedarnos en la chagra. Pero tenemos las mismas capacidades de liderar y trabajar en territorio
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Hay algunas preguntas que no se hacen a menudo las ni?as ind¨ªgenas. Una de ellas es: ?qu¨¦ quiero ser cuando sea grande? En el departamento del Vaup¨¦s, en el sudeste colombiano, como en muchos territorios donde hay presencia de pueblos ind¨ªgenas, existe una cosmovisi¨®n muy diferente a la del resto del mundo. Aqu¨ª ya se tienen roles definidos, por los cuales funciona todo, sin embargo, no hab¨ªa visto que se pod¨ªa ¡°romper un poco ese esquema¡±. Por eso, cuando era peque?a no se me pasaba por la cabeza que hubiese otras posibilidades m¨¢s all¨¢ de ser una mujer que se dedica al cuidado de la chagra, su familia y atender el hogar.
Crec¨ª en una comunidad en medio de la selva donde todas las ma?anas nos reun¨ªamos con la familia a desayunar qui?apira y mingao [un caldo de pescado y una bebida a base de fari?a] y en las noches nos sent¨¢bamos a escuchar las historias que contaba el abuelo materno de cuando lleg¨® a la comunidad. En alg¨²n momento eso cambi¨®. Y pas¨¦ de esta rutina a ir a la capital, Mit¨², a vender productos que la familia produc¨ªa. Luego ya empezamos a quedarnos en la ciudad por periodos m¨¢s largos, porque deb¨ªamos ir al colegio.
Al principio era muy extra?o pasar de un lugar donde se puede correr por ah¨ª, ir a la chagra, ba?arse en el r¨ªo y comer frutas de ¨¢rboles que ten¨ªa uno en el patio, a tener cuidado para cruzar la calle y estar horas tratando de entender las clases de biolog¨ªa o matem¨¢ticas en una lengua diferente y rodeado de ni?os que sab¨ªan un poco m¨¢s del tema que una. Estando ah¨ª, nos empezaron a hablar de las m¨²ltiples opciones que hab¨ªa para el futuro y fue cuando me hice la gran pregunta: ¡°?Qu¨¦ quiero ser o hacer m¨¢s adelante?¡±
Algunas personas esperaban que fuera a la Universidad -hab¨ªamos logrado pasar algunas-, otros esperaban que volviera a mi comunidad y me dedicara a las actividades ya designadas, unos cuantos m¨¢s quer¨ªan que buscara trabajo¡ Y ah¨ª estaba yo, una chica con un par de maletas en la entrada del aeropuerto, con la posibilidad de ir a la gran ciudad en busca de una carrera profesional y mil dudas sobre c¨®mo ser¨ªa mi vida ah¨ª. Los d¨ªas de antes fueron duros. Pensaba qu¨¦ ser¨ªa de m¨ª, cu¨¢les eran los pros y los contras de ir, si ten¨ªa o no los recursos para hacerlo. Y decid¨ª que no. Decid¨ª quedarme y dedicarme a algo en lo que fuera buena y que me gustara, pero al mismo tiempo, quer¨ªa seguir siendo parte del territorio. Quise encontrar tambi¨¦n una manera de protegerlo. En el camino me encontr¨¦ con una realidad no muy agradable: a¨²n sigue siendo dif¨ªcil ser lideresa en territorios como este.
Cuando inici¨¦ en temas de turismo, trabaj¨¦ en algunas entidades gubernamentales, uno de los trabajos que apoyamos fue el de hablar con las comunidades y contextualizar el turismo de acuerdo a lo que nos hab¨ªan ense?ado en la academia y lograr un equilibrio entre lo que se necesita y lo que se busca o quieren en las comunidades en temas de turismo. Pero al principio fue un caos porque el hecho de que dentro del equipo de trabajo hubiesen mujeres j¨®venes y, adem¨¢s, solteras o era una distracci¨®n o era motivo para no tomarse en serio nuestra labor all¨ª.
En varias ocasiones, durante estos inicios escuch¨¦ de todo, desde ¡°se dedica a eso porque no tiene nada m¨¢s en qu¨¦ pensar porque no tiene chagra¡± hasta ¡°eso debe ser que le falta marido¡±. Tambi¨¦n nos pas¨® que varias personas se levantaran del lugar o casa donde nos encontr¨¢ramos y abandonaran la reuni¨®n mientras intervenimos nosotras, lo que me llev¨® a pensar que siguen pensando que las mujeres ind¨ªgenas nacimos para quedarnos dentro. Pero creo que, como algunas mujeres lideresas del territorio ya han demostrado, que tenemos las mismas capacidades de liderar, de organizar y trabajar en territorio. Como todos, tenemos que prepararnos y entender conceptos acad¨¦micos, pero que con el estudio y el esfuerzo adecuados pueden dar grandes frutos.
Tampoco es que est¨¦ muy de acuerdo con que por ser joven, no se tengan las capacidades. Al contrario, creo que los j¨®venes tenemos en nuestras manos la capacidad de entender el mundo que nos rodea y a la vez ver c¨®mo pueden afectar al territorio en el que crecimos y vivimos. Somos nosotros los que podemos encontrar las maneras de adaptar esos conocimientos adquiridos por el bien del mismo, sin dejar de lado las costumbres que a¨²n hay presentes. Como dijo alguien por ah¨ª: ¡°Que usemos nuestra inteligencia y sabidur¨ªa para nadar como pez en el agua entre dos culturas¡±.
*Emilse Triana es gu¨ªa de turismo en el departamento del Vaup¨¦s e ind¨ªgena del grupo ¨¦tnico Cubeo.
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