Una investigadora israel¨ª asegura haber descubierto en C¨®rdoba una antigua universidad sefard¨ª
Lucena, villa cordobesa de 30.000 habitantes, ha saltado a la actualidad a ra¨ªz del presunto descubrimiento, por la escritora israel¨ª Ariela Deem, de una universidad sefard¨ª del siglo XI, oculta bajo un establo. Los expertos espa?oles en la materia a¨²n no se han pronunciado al respecto, por considerar las pruebas insuficientes. Pero el asunto puede que abra las investigaciones en torno a una localidad que fue centro de estudios talm¨²dicos, de fama internacional hace nueve siglos.S¨®lo veinticinco habitantes de Lucena, en C¨®rdoba, conocen el secreto de la universidad de los sefard¨ªes, del siglo XI, actualmente oculta debajo de un establo de la que anta?o, amurallada, fue la ciudad de los jud¨ªos. As¨ª lo revel¨® a Efe la escritora y poeta israel¨ª Ariela Deem, empe?ada desde hace cuatro a?os en interesar a alguien en rescatar esa reliquia del medievo ib¨¦rico, cuando Andaluc¨ªa estaba bajo gobierno musulm¨¢n.
En esa academia religiosa (jeshiva), cuyo rector fue el rabino Isaac Alfasi, estudiaron Abraham Ibn Ezra y el mayor de los poetas hebreos de Sefarad (Espa?a), le huda Halevy, inform¨® la escritora. Pero un descendiente de Abraham de Lucena, Harm¨®n Henr¨ªquez Goldstone, desde Nueva York, ha prometido ayudarla en su campa?a.
El descubrimiento de la universidad sefard¨ª se produjo en las Navidades de 1976, por casualidad, y gracias a Manuel Ortiz Gim¨¦nez, de quien la escritora guarda el mejor recuerdo.
Ariela Deem dijo que, al llegar a Lucena con su esposo, la palabra milagrosa fue judeos. Cuando la escuch¨®, el contratista de obras se?or Ortiz Gim¨¦nez les condujo a la casa del p¨¢rroco Francisco L¨®pez Mesa.
En la parroquia de Santiago, el padre Mesa L¨®pez les despert¨® la curiosidad por los misterios de Lucena. En la capilla les mostr¨® restos de una antigua sinagoga, all¨ª donde, mirando a Jerusal¨¦n, estuvieron los rollos de la ley, un ba?o ritual hebrero (mikve) y una pila de cr¨¢neos y esqueletos de jud¨ªos de Lucena en el s¨®tano.
Al salir de la capilla les aguardaba nuevamente don Manuel, quien les condujo a su casa, donde la escritora israel¨ª contempl¨® ?un ¨¢rbol fascinante, la mitad con limones y la otra con naranjas?, y luego de departir con ¨¦l y su familia, les condujo hacia el lugar del gran secreto, la universidad sefard¨ª.
?En la casa de un vecino de Lucena, debajo de un establo donde com¨ªan unos borricos y las -aves de corral, don Manuel retir¨® una piedra, y al trasponer un boquete nos encontramos con una sala vac¨ªa y limpia, de unos siete metros cuadrados, la yeshiva de Alfasi y lehuda Halevy?, inform¨® Ariela Deem.
Reacciones en C¨®rdoba
A prop¨®sito del presunto hallazgo de una universidad sefard¨ª en Lucena (C¨®rdoba), Juan Bernier, poeta y consejero de la Delegaci¨®n de Cultura de C¨®rdoba, opina que la verdadera sinagoga de Lucena era la comunidad hebrea encarnada en el poder pol¨ªtico y econ¨®mico de los notables, seg¨²n informa Sebasti¨¢n Cuevas; en igual sentido se pronunciaba ayer el historiador del arte y director de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Art¨ªsticos de C¨®rdoba, Dionislo Ortiz Ju¨¢rez, que califica estas noticias como ?luminarias que cruzan el verano, entre las que hay mucho de camelo y, en este caso, una especie de ectoplasma del ensue?o y la a?oranza de un pueblo?.Los jud¨ªos, al abandonar Espa?a en 1492, flevaron, con las viejas llaves de sus portones andaluces y toledanos, la semilla de un esplendor del que Lucena fue un foco importante. En la ¨¦poca de los taifas y, presumibiemente, ya en ¨¦poca Omeya, Lucena era una especie de metr¨®poli del juda¨ªsmo espa?ol y uno de los m¨¢s activos centros del comercio jud¨ªo a trav¨¦s del Mediterr¨¢neo oriental, por el puerto de Almer¨ªa.
En la di¨¢spora sefard¨ª, por las juder¨ªas de Sal¨®nica y Jaiffa, y hoy en Jerusal¨¦n, junto a las viejas canciones en castellano arcaico y las llaves que guardaban en su hierro forjado el secreto de las viejas casas andaluzas abandonadas, esperando siempre el regreso y la reconquista, Lucena fue creciendo en la memoria, documentada su importancia por Idrisi, ge¨®grafo del siglo XI.
Era la ¨¦poca en que los jud¨ªos espa?oles traduc¨ªan la Bot¨¢nica, de Diosc¨®rides, y cuando su nombre logr¨® fama como antiguo centro de estudios talm¨²dicos.
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