Un musical que reivindica la belleza de lo negro
Ayer se estren¨® en Madrid una pel¨ªcula realizada en 1971, pero con la carga de intemporalidad de la m¨²sica que contiene: el soul, alma colectiva de la negritud, que, seg¨²n los artistas que intervienen en la pel¨ªcula, s¨®lo se percibe en Africa, donde est¨¢n las ra¨ªces. ?No preguntes lo que es soul, t¨ªo. ?Si¨¦ntelo!?, exclamaba Wilson Pickett.Soul to soul (De alma a alma) se rod¨® ¨ªntegramente en Ghana, coincidiendo con la celebraci¨®n del catorce aniversario de la independencia de este pa¨ªs, el primero de Africa que consigui¨® la libertad en la ¨¦poca moderna. All¨ª se trasladaron Wilson Picket, Ike y Tina Turner, Roberta Flack, Santana, Staple Singers y otros artistas americanos, todos ellos m¨¢ximos representantes del soul y sus corrientes, y al frente del grupo, el director de cine y televisi¨®n -Mannix era una de sus series- Denis Sanders, que acababa de probar el estilo documental, el a?o anterior, con la figura de Elvis Presley.
Durante su estancia en Ghana, el equipo visit¨® lugares clave de la historia de la esclavitud negra, y la impresi¨®n fue general: ?Nos hab¨ªan enga?ado. En Estados Unidos no tienen ni idea de lo que es Africa; se piensa en salvajes bailando danzas primitivas y en chozas de la selva?, dec¨ªa Roberta Flack, viendo en Africa, como sus compa?eros, una especie de Meca negra.
Primitivismo
El espect¨¢culo musical sobre el que gira la pel¨ªcula, tuvo lugar en un inmenso teatro al aire libre de Accra, capital de Ghana, y unas 100.000 personas formaron la audiencia, escuchando toda la noche -seg¨²n Michael Davenport, encargado de las contrataciones- con tranquila dignidad, mostrando sus emociones s¨®lo por la sonrisa de sus caras?. Pero la cosa estuvo a punto de no celebrarse, pues un tif¨®n cay¨® sobre la ciudad la noche antes.Soul to soul fue calificado en su d¨ªa por la Prensa americana como una especie de woodstock negro, en el que la c¨¢mara pudo captar la excitaci¨®n de las actuaciones en directo y el contraste cultural. entre los artistas -curiosamente vestidos y peinados a lo afro- y las gentes de la calle de Ghana. La sorpresa fue mutua: sofisticaci¨®n y primitivismo negro.
En el festival de Ghana se dieron cita las distintas corrientes del soul: la fuerza electrizante de Pickett, la vecindad con el rock de Ike y Tina Turner, el jazz de McCann y Harris; el gospell profano de los Staples, las voces del gueto de East Harlem y el tono calmo deRoberta Flack. Pero la espontaneidad de los hermanos africanos rebas¨® en ciertos momentos la experiencia musical de los artistas visitantes. Uno de ellos, el joven m¨¦dico brujo Amoa Azangio, adem¨¢s de actuar, fue nombrado incluso m¨¦dico oficial del equipo y cur¨® a uno de los t¨¦cnicos.
Los artistas, que encontraron en el festival de Ghana un buen pretexto para volver a las ra¨ªces de su m¨²sica, pudieron confirmar que su estilo no era nuevo: ?Ellos tienen lo aut¨¦ntico. El sonido del dolor y la experiencia, el grito que est¨¢ siempre por debajo, hasta en las canciones m¨¢s alegres?. Carlos Santana, el enviado de la m¨²sica blanca, tambi¨¦n capt¨® la vibraci¨®n colectiva: ?Es lo que te mantiene en marcha cuando nada ni nadie quiere hacerlo?.
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