Rosario Caballero, la historia del puesto 17 en una oposici¨®n para cubrir 16 plazas
Rosario Caballero Dom¨ªnguez se licenci¨® en Qu¨ªmicas en febrero de 1977. Su novio lo har¨ªa pocos meses m¨¢s tarde. Sus vidas, unidas sentimentalmente, marchan tambi¨¦n paralelas por los caminos del subempleo, las oposiciones no ganadas y la incipiente desesperaci¨®n. No son casos singulares ni entran en la secci¨®n de noticias curiosas de los peri¨®dicos. S¨®lo comparten una situaci¨®n dram¨¢tica.El ¨²ltimo intento de Rosario Caballero por hacerse con la bicoca de un subempleo estable fueron las oposiciones a auxiliar administrativo en una caja de ahorros. ? Me inscrib¨ª porque estaba ya desesperada, pero luego no me present¨¦ porque llegu¨¦ tarde a los cursos de contabilidad y escribir a m¨¢quina que dan las academias?. Casi 1.300 personas pensaron lo mismo. Entre ellas muchos universitarios.
Fui una estudiante normal, ni buena ni mala. La verdad es que no ten¨ªa ninguna idea de lo que iba a estudiar cuando empec¨¦, porque no te dan orientaciones al acabar el bachillerato, y no hay derecho a eso. Despu¨¦s de cinco a?os de estudios sales a la calle y te encuentras tirado. Luego me gust¨® la qu¨ªmica y, sobre todo, su ense?anza?.
En esta direcci¨®n ha encaminado sus mayores esfuerzos por trabajar. Dos veces ha opositado a las plazas de institutos de bachillerato y una a las de formaci¨®n profesional. En esta ¨²ltima pas¨® bien los ex¨¢menes del primer ejercicio, pero fracas¨® en el oral: s¨®lo hab¨ªa diecis¨¦is plazas en esta zona y ella qued¨® en el puesto diecisiete. Casi doscientos compa?eros quedaron a¨²n peor.
Tambi¨¦n lo intent¨® en la industria, ?hasta que me desmoralic¨¦?. Las dificultades en este campo proced¨ªan de la crisis, pero tambi¨¦n de que las empresas exigen experiencia y, tal vez, del hecho de ser mujer. Tampoco valen los llamados contratos de pr¨¢cticas, porque los empresarios piden que el contrato est¨¦ dado de alta en la Seguridad Social. ?Y come, no somos ni estudiantes ni trabajadores, ni tenemos el seguro escolar ni un seguro de empresa...?.
Clases particulares
En estos cuatro a?os, la ocupaci¨®n fundamental de Rosario Caballero, aparte de preparar oposiciones y gestionar trabajos que no han salido, es dar clases particulares de qu¨ªmica, pero tambi¨¦n de f¨ªsica, de matem¨¢ticas y hasta de lengua (?a veces me las tengo que preparar a conciencia, porque no recuerdo la gram¨¢tica?). Clases a 300-350 pesetas si son de EGB, y a cuatrocientas las de bachillerato. Ahora da dos horas diarias. Mientras, ha seguido ocho o nueve cursillos que dan puntos para ocupar plazas de interina o hacer sustituciones en institutos y centros de formaci¨®n profesional. ?Cada semana me paso por la delegaci¨®n, y ya estoy en puertas de sustituir a alguien?.
Mientras, a esperar nuevas oposiciones, lamentar la falta de organizaci¨®n de los licenciados en paro y desesperar algo m¨¢s, pero no del todo, cada d¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.