Manolo Chopera concursar¨¢ a la plaza madrile?a

Manolo Chopera, uno de los empresarios de mayor prestigio en todo el mundo taurino, ha decidido presentarse al concurso de Las Ventas. Hasta ayer, la creencia generalizada era que Chopera renunciaba a explotar este coso -como ya hizo en la subasta de 1978-, especulaci¨®n que abonaba la aparente indiferencia del empresario sobre el tema.?En efecto, he permanecido en silencio?, manifest¨® Chopera a EL PAIS, ?pues mientras hubiera un empresario en Las Ventas me parec¨ªa poco ¨¦tico hacer cualquier tipo de gestiones o declaraciones al respecto. Por otra parte?, a?adi¨®, ?era fundamental saber en qu¨¦ condiciones sal¨ªa el concurso. La realidad es que la Diputaci¨®n ha hecho un pliego de condiciones en general muy bueno. Por primera vez, la propiedad de una plaza no centra sus apetencias exclusivamente en el dinero, sino que busca una aut¨¦ntica mejora para los aficionados a trav¨¦s de la promoci¨®n del espect¨¢culo. En estas circunstancias, para un empresario nato, como es mi caso constituye un verdadero aliciente llevar la plaza de Madrid, pues hay campo para desarrollar al m¨¢ximo la actividad empresarial y volcar en ella toda la imaginaci¨®n?.

Manolo Chopera no apoderar¨¢ a ning¨²n torero en 1981, excepto Angel Teruel, con quien tiene contrato hasta final de temporada, para centrar su atenci¨®n en las plazas que administra. ?Y m¨¢s a¨²n?, dice, ?si ganamos el concurso de Las Ventas, que es un coso dif¨ªcil, con una afici¨®n muy entendida, a la que se debe servir al m¨¢ximo. Esta es, en efecto, la primera plaza del mundo, y hay que estar al nivel de su categor¨ªa, sobre todo en lo que se refiere a la presentaci¨®n de los toros, que se debe cuidar al m¨¢ximo?.

Con referencia a las ofertas de mejora que pvev¨¦ el pliego, Chopera manifiesta que estudia varias ideas que sean realizables, ?porque prometer es f¨¢cil, pero cumplir ya cuesta m¨¢s, y aqu¨ª es donde veo?, se?ala, ?que la Diputaci¨®n tiene una fuerte papeleta, pues s¨®lo debe adjudicarla plaza a quien venga con el firme prop¨®sito de realizar su gesti¨®n con seriedad absoluta y habr¨¢ de eliminar a los que ofrezcan demasiadas cosas, que, a la hora de la verdad, no est¨¢n en condiciones de cumplir?.