El rugby brit¨¢nico, espect¨¢culo imposible en Espa?a
El rugby, deporte duro, pero noble y ejemplar, que languidece en Espa?a por una liga nacional s¨®lo regional, revive todos los a?os por estas fechas gracias a los partidos televisados del Torneo de las Cinco Naciones. Si el deporte espa?ol en general es ya de por s¨ª muy original, en este caso lo es a¨²n m¨¢s. Pocos espectadores hay que no queden admirados al contemplar en las pantallas un espect¨¢culo imposible de trasplantar aqu¨ª, porque no existe el ambiente ni tampoco los jugadores casi legendarios, cuya sola historia vuelve a reconfortar por su calidad y su fair play. Es el caso de Gareth Edwards, y del ?doctor? John Peter Rhys Williams, ¨²ltimo as gal¨¦s.
Ma?ana, s¨¢bado, se disputar¨¢ la segunda jornada del Torneo de las Cinco Naciones. RTVE ofrecer¨¢ por la segunda cadena el Irlanda-Francia, desde el viejo Lansdowne Road, tan tradicional que por ¨¦l pasa a¨²n, debajo de la tribuna principal, la v¨ªa del tren. En Murrayfield, cerca de Edimburgo, Escocia recibir¨¢ a Gales. Los escoceses perdieron con Francia en Par¨ªs, el pasado 17 de enero, por 16-9 -y un ensayo anulado injustamente-, mientras los galeses venc¨ªan muy apuradamente, en el Arms Park, de Cardiff, a Inglaterra -que descansar¨¢ esta vez- por 21-19.Precisamente ese d¨ªa volvi¨® a ser el zaguero de Gales, puesto fundamental en el rugby, John Peter Rhys Williams, cirujano traumat¨®logo en su vida privada y ¨²ltimo representante de la ?vieja guardia? que domin¨® el rugby internacional en la d¨¦cada de los a?os setenta. Desde 1969 a 1979 visti¨® en 52 ocasiones la camiseta roja nacional. Una vez retirados grandes compa?eros, como Gareth Edwards, Phil Bennett o Gerald Davis, pens¨®, al terminar la temporada 1978-1979, que era el momento de dejar el rugby. Sin embargo, a¨²n pod¨ªa decir algo en los campos, y tras un a?o de retirada decidi¨® volver. Se entren¨® con fuerza y aunque Gales, perdi¨® contra los incre¨ªbles All Blacks neozelandeses, que dieron una memorable lecci¨®n de potencia y clase el pasado 1 de noviembre, el n¨²mero 15 volvi¨® a estar en su espalda. Con su partido internacional n¨²mero 53, adem¨¢s, igual¨® el r¨¦cord de selecciones, en posesi¨®n de Edwards. Contra Inglaterra ya lo ha superado. Para volver al puesto en el Torneo de las Cinco Naciones lo ?asegur¨®? antes con una magn¨ªfica actuaci¨®n en el memorable partido del Centenario de la Uni¨®n de Rugby de Gales (WRU). Form¨® entonces, el 29 de noviembre, en el combinado Inglaterra-Gales, que venci¨® por 37-33 al Escocia-Irlanda. Precisamente, la WRU ?oblig¨®? a John Peter Rhys Willianis a ceder todos los derechos de un libro sobre su vida a una fundaci¨®n m¨¦dica, so pena de considerarle profesional. El rugby, pues, segu¨ªa firme, aunque por libre de cualquier olimpismo, en mantener su esp¨ªritu amateur.
John Peter Rhys Williams naci¨® el 2 de marzo de 1949, por lo que le falta poco m¨¢s de un mes para cumplir los 32 a?os. Hab¨ªa estudiado en Londres, donde hizo la carrera de Medicina -en la Millfield School y el St. Mary's Hospital-, y all¨ª jug¨® al rugby en el equipo de los galeses de la capital, el London Welsh, al que pertenecieron y siguen perteneciendo muchas de las m¨¢s ilustres figuras del rugby gal¨¦s. Tal vez por la l¨®gica ?deformaci¨®n de su actividad?, el rugby, se inclin¨® por la especialidad de traumatolog¨ªa. Al final de la presente temporada, cuando tiene previsto decir adi¨®s de forma definitiva al deporte, marchar¨¢ a Estados Unidos para especializarse m¨¢s en cirug¨ªa. A lo largo de su carrera deportiva no ha sido raro ver a Williams acercarse a atender a un compa?ero ca¨ªdo, tras uno de los muchos golpes que la dureza propia del rugby conlleva. Naturalmente, no importaba que fuera un contrario. En esos momentos el rugby adquir¨ªa m¨¢s que nunca el apelativo de ?deporte para brutos jugado por caballeros?. No cabe la menor duda de que si en el transcurso del juego no prevaleciese la nobleza -ya impera inicialmente la preparaci¨®n incre¨ªble, unida a la fortaleza fisica, que permite a todos los jugadores levantarse tras formarse cualquier mole humana en una jugada- las lesiones podr¨ªan ser grav¨ªsimas.
"Edwards el grande"
Cuando John Peter Rhys Williams se vaya definitivamente del rugby gal¨¦s, gran dominador en los ¨²ltimos a?os al m¨¢ximo nivel -pero que ya la temporada pasada perdi¨® el Torneo de las Cinco Naciones ante Inglaterra-, se habr¨¢ ido el ¨²ltimo as de un rep¨®quer compuesto, adem¨¢s, por los tres jugadores citados anteriormente y por Barry Johri, el primer gran medio de apertura, superior a Phil Bennett. Gerald Davies, por su parte, fue uno de los mejores tres cuartos ala de todos los tiempos. De los cinco, sin embargo, porque form¨® pareja con John y Bennett-, porque sirvi¨® a ambos su famoso pase, largo y veloz como nadie, y porque permiti¨® tener a Gales el mejor eje mundial del rugby, cabe destacar a Gareth Edwards, considerado casi un¨¢nimemente como el mejor medio mel¨¦e de la historia.Ejemplo del rugby inteligente, pero llevado a cabo en su rudeza general merced a una fuerza f¨ªsica fuera de lo com¨²n, Edwards ha sido ejemplo privilegiado de otra de las perfecciones humanas expresadas en este deporte: la uni¨®n de la fuerza y la habilidad. Pudo ser profesional del f¨²tbol -le tent¨® el Manchester City-, o del rugby a XIII, pero prefiri¨® servir en esp¨ªritu a su Gales. Nunca neg¨® que el profesionalismo amenaza al rugby, como las brutalidades -m¨¢s a¨²n si hubiera dinero por medio-, y precisamente por estas ¨²ltimas decidi¨® dejar el deporte a los 32 a?os, despu¨¦s de once en la selecci¨®n. Antes ya le hab¨ªa sido concedido el premio internacional del fair play -juego limpio- por su correcci¨®n exquisita durante toda su carrera deportiva en los terrenos de juego.
Gareth Edwards, profesor de gimnasia en sus comienzos como jugador de rugby, hijo de una familia numerosa y pobre de Swansea, encontr¨® despu¨¦s un empleo en Neath como representante general de una sociedad que fabrica contenedores y carrocer¨ªas para camiones y transportes. Sobre ¨¦l tambi¨¦n se ha escrito un libro: Edwards the great (Edwards el grande). Un t¨ªtulo apropiado.
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