Gento: "El Mil¨¢n de la tercera Copa fue el mejor equipo que tuvimos enfrente"
Gento se acuerda con un enorme respeto del Mil¨¢n, contra el que jug¨® la tercera final, en Bruselas: ?Aquel era un equipazo, el mejor que hemos encontrado nunca enfrente, pienso yo. Y aquel d¨ªa jug¨® mejor que nosotros?. La final termin¨® en empate, despu¨¦s de ir dos veces por delante el Mil¨¢n, y hubo que ir a la pr¨®rroga, en la que Gento marc¨® el gol decisivo, cruzando por bajo un disparo dur¨ªsimo: ?Fue la final que m¨¢s contento me dej¨®, no por mi gol, sino por las dificultades que superamos?.
Insiste en que nunca hasta entonces, ni despu¨¦s tampoco, tuvo el Madrid enfrente a un equipo tan fuerte: ?All¨ª hab¨ªa hombres de tanta calidad y prestigio como los del Madrid. Estaban Schiaffino, Lledholm, Nordhal, Cucciaroni, ?qu¨¦ se yo!. Y aqu¨¦l d¨ªa jugaron bien, de verdad, todos ellos. Y cuando unos fen¨®menos tienen su tarde, es muy dif¨ªcil pararlos. Hasta entonces hab¨ªamos pasado ya momentos malos, como en Belgrado, en Viena, en Manchester... Pero eran, ?c¨®mo le dir¨ªa?, dificultades de otro orden. Nunca nos hab¨ªamos encontrado con un equipo como aqu¨¦l, que nos daba la impresi¨®n de ser mejor que nosotros?.La mejor final
Fue, ajuicio de muchos, la mejor final nunca disputada en la Copa de Europa: ?Sin duda lo fue. En cada avance hab¨ªa llegada a puerta, en uno u otro lado. Corrimos much¨ªsimo y hubo calidad, ingenio, lucha, todo lo que se pueda pedir. Se adelantaron ellos en el marcador, empat¨® Rial, se volvieron a adelantar y empat¨® Alfredo por segunda vez. Tuvimos que ir a la pr¨®rroga, y hay que confesar que ellos hab¨ªan jugado mejor. Alonso intervino m¨¢s que su portero, Soldan. ?Vaya partidazo hizo Juan! Era un portero serio, sin aspavientos, que iba a lo suyo, muy seguro?.
El peque?o descanso antes de la pr¨®rroga dio lugar a reflexionar: ?Todos estaban bastante cansados, menos yo. Yo Siempre tuve una. virtud: acababa los partidos tan fresco como los empezaba. Pod¨ªa jugar dos seguidos sin problemas. Los dem¨¢s estaban hechos polvo, y hab¨ªa caras de funeral entre todos. Alfredo y Marquitos me dijeron: ?Paco, t¨² est¨¢s fresco, eres el ¨²nico que puede arreglar esto?, y yo me sent¨ª preocupado porque me echaran encima esa responsabilidad y pens¨¦ para m¨ª que ¨¦ramos once a resolver aquello, y no yo s¨¢lo?.
Empez¨® la pr¨®rroga: ?Ah¨ª surgi¨® nuestro sentido de la responsabilidad. Poco a poco hab¨ªamos hecho de la Copa de Europa una cosa nuestra. Al principio no pensamos en la importancia que iba a tener, y recuerdo que yo pensaba, justo antes de empezar la pr¨®rroga, en la guasa que nos tra¨ªamos tres a?os antes con el primer partido, contra el Servette, al que llam¨¢bamos los relojeros. Pero con el tiempo, la Copa de Europa se hab¨ªa convertido ya en algo grande, y nosotros, donde fu¨¦ramos, ¨¦ramos recibidos como h¨¦roes por haberla ganado dos veces, y todo el mundo estaba preparado para ganarnos, porque con eso se cubr¨ªa de gloria cualquiera?.
Baj¨® la calidad: ?Jugamos los dos equipos con un poco m¨¢s de cuidado, m¨¢s atr¨¢s, arriesgando menos, y hubo menos llegadas a puerta. Era ya el segundo tiempo de la pr¨®rroga cuando lleg¨® el gol. Fue un ataque insistente, que les encerr¨® a ellos en el ¨¢rea. Yo estaba por la izquierda, por mi zona, cuando me lleg¨® un bal¨®n suelto, que ven¨ªa rebotado, y le met¨ª el pie con toda el alma. El tiro, cruzado y raso, pas¨® entre unas cuantas piernas y se meti¨® por la cepa del palo; es como si lo estuviera viendo ahora. Ya no quedaba mucho tiempo, y defendimos ese gol con relativa tranquilidad?.
No invencibles
Asegura que, contra lo que muchos creen, el Madrid nunca lleg¨® a sentirse invencible, ni en los momentos de mayor gloria: ?Es que nuestra virtud fue justamente ¨¦sa, la de no sentirnos invencibles, sino vulnerables, y la de tener horror a la derrota. En cada partido ¨ªbamos obsesionados con la idea de que pod¨ªamos perder, y no lo resist¨ªamos, y por eso luch¨¢bamos al m¨¢ximo. Pero no era una lucha defensiva, sino una lucha de creaci¨®n, de ataque. All¨ª todos invent¨¢bamos algo cuando ¨ªbamos hacia adelante. Creo que con el tiempo lleg¨® a convertirse en una obsesi¨®n la victoria continua. Los viernes nos entren¨¢bamos jugando al baloncesto. Bueno, pues nos mat¨¢bamos entre nosotros en los partidillos que jug¨¢bamos, por no perder. Y cuando jug¨¢bamos al tute en las concentraciones tambi¨¦n hab¨ªa rabia por no perder?.
Aquello fue algo que impuso Di St¨¦fano, a juicio de Gento. Se le acaban los elogios cuando habla de ¨¦l: ?Ese hombre es un genio, un monstruo. Yo tengo una idea rija: sin ¨¦l no hubi¨¦ramos ganado nada de lo que ganamos. Si en vez de venir al Madrid se va al Barcelona, son ellos los que ganan cinco copas. Eso era bestial. ?Qu¨¦ forma de ver el f¨²tbol, de manejar el bal¨®n, de animar al compa?ero! A su lado no te pod¨ªas parar, ni te desanimaba nada. En los momentos malos pensabas, "¨¦l est¨¢ ah¨ª", y te renac¨ªa la confianza. Quiz¨¢ por eso recuerdo como un momento angustioso cuando me dijo eso de "Paco, esto o lo ganas t¨² o no lo gana nadie", porque era justo lo contrario de lo que yo esperaba, yo esperaba, como siempre, que lo ganara ¨¦l, que inventara lo que fuera para que pudi¨¦ramos ganar a aquel equipazo ?.
Insiste en que la historia del Madrid hubiera sido otra sin Di St¨¦fano: ?Piense que hasta que ¨¦l lleg¨® el Madrid no hab¨ªa ganado una Liga despu¨¦s de la guerra, y desde entonces lo gan¨¢bamos todo. Yo me he retirado con doce ligas y seis copas de Europa. Claro, que para llegar a eso hab¨ªa que obsesionarse por ganar, y yo ahora echo la vista atr¨¢s y llego a la conclusi¨®n de que no me he divertido jugando al f¨²tbol, porque siempre sal¨ª al campo con la obsesi¨®n de la victoria?.
No ir¨¢ a Par¨ªs
Gento no estar¨¢ en Par¨ªs, aunque est¨¢ desocupado. Empez¨® la temporada corho entrenador del Granada, pero le cesaron: ?Iban, las cosas mal. Ahora van peor. Es una vieja historia, la vieja historia de siempre?. Nova a Par¨ªs porque se siente c¨®modo: ?Me da algo de pereza. Me quedar¨¦ en casa, para ver el partido por la televisi¨®n. Meter¨¦ champ¨¢n en la nevera y lo celebrar¨¦ de coraz¨®n, porque sigo siendo madridista a muerte, pero me da pereza ir?. El Madrid no le ha invitado y quiz¨¢ haya hecho mal, porque han sido dieciocho a?os corriendo la banda. Quiz¨¢ hubiera sido bonito e interesante llevar a varios de los que, hace veinticinco a?os, ganaron en Par¨ªs la primera final: ?Yo nunca hablo con los chicos nuevos. Voy a los entrenamientos a veces, pero no hablo con ellos. Ya no queda ninguno de mi tiempo. Bueno, s¨ª, Miguel Angel, con el que llegu¨¦ a coincidir?.
Tiene dos hijos. El mayor no seguir¨¢ sus pasos: ?C¨®mo ser¨¢ que cuando se porta mal le llevo al f¨²tbol castigado. Al peque?o s¨ª le gusta?. Anoche fue con el peque?o a ver al Rayo: ?Yo veo todo lo que puedo. ?Si el domingo estuve en el Pegaso-Conquense! ? . Apuesta por el Madrid en la final: ?Quiz¨¢ no haya mucha calidad, pero hay casta. Eso se pudo comprobar en el partido de Mil¨¢n. Aunque el Inter no es el de hace tiempo, aquel ambiente era dif¨ªcil, y los chicos se portaron como jabatos?.
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