El voto de la hect¨¢rea
El voto universal, libre, igual, directo y secreto como sistema de elecci¨®n de los representantes pol¨ªticos, es una conquista que no le ha salido gratis a la humanidad. Detr¨¢s hay siglos de largas luchas. Del voto censitario a la Constituci¨®n espa?ola de 1978, los m¨¢s pesimistas habr¨¢n de reconocerlo, se ha avanzado un largo trecho. Sin embargo, tras cualquier discusi¨®n en torno a un sistema electoral, aparentemente t¨¦cnico e incluso anodino, late la misma largu¨ªsima batalla que se inici¨® con los Estados Generales hace dos siglos.Con ocasi¨®n ahora de los distintos estatutos de autonom¨ªa, este asunto es ocasi¨®n de encallamiento o piedra de toque dond¨¦tropiezan todos los conciertos. Resumiendo, dos son las posiciones, la de quienes sostienen que lo del voto igual se refiere a las hect¨¢reas y la de quienes interpretan que se refiere a las personas. Detr¨¢s de los primeros est¨¢ la derecha, eterna y cansadora; tras los segundos, la desnuda raz¨®n. A trav¨¦s de un sistema tan simple como es el asignar un n¨²mero m¨ªnimo de diputados por provincia (tres) y de un n¨²mero m¨¢ximo de diputados para toda Espa?a (350) se consigue con el sistema actual que el voto de un habitante de Soria tenga tres veces m¨¢s valor que el voto de un ciudadano de Sant Boi de Llobregat o de Getafe.
Con el actual sistema electoral en segundo grado, verdaderamente martinvillesco, que se utiliz¨®, en abril de 1979, para elegir los diputados provinciales se lleg¨® a resultados tan aberrantes como el de C¨®rdoba, donde la izquierda (PSOE + PCE) alcanz¨® 176.600 votos populares frente a 106.300 de UCD Sin embargo, UCI) tiene catorce diputados provinciales, y con ellos la presidencia, frente a tan s¨®lo trece de la izquierda, es decir, el voto a UCD le vali¨® en C¨®rdoba 1,8 veces m¨¢s en representaci¨®n (casi el doble) que cada voto entregado a la izquierda. En la provincia de Madrid, la izquierda (PSOE+ PCE) alcanz¨® 1.147.000 votos populares frente a 741.000 de UCD Sin embargo, pese a tener casi el doble de votos, la izquierda tiene tan s¨®lo tres diputados provinciales m¨¢s (veintisiete del PSOE + PCE, frente a veinticuatro de UCD): un voto a UCD vali¨® 1,4 veces m¨¢s en representaci¨®n que un voto a la izquierda.
La cuesti¨®n, por mucho que se le quiera vestir de t¨¦cnica, es bastante simple: un sistema electoral justo, es decir, igual, exigir¨ªa que el cociente n¨²mero de elegidos/n¨²mero de votantes fuese el mismo, para cualquier partido, coalici¨®n electoral o territorio. Conseguirlo tambi¨¦n es simple aunque choque con sagradas tradicionesy con sagradas formasy maneras. Desde un punto de vista general, el voto igual se consigue con dos mecanismos elementales:
1. Haciendo una sola circunscripci¨®n en cada elecci¨®n.
2. Aplicando la proporcionalidad (la regla D'Hont, por ejemplo, es aproximadamente proporcional). Existen evidentemente otros mecanismos para conseguir el voto igual con varias circunscripciones, pero, en todo caso, el que se acaba de describir es el m¨¢s sencillo, y aunque no es directamente aplicable al Congreso de la naci¨®n (art¨ªculo 68.2 de la Constituci¨®n), nada impide que pueda aplicarse a cualquier otro nivel electoral. Las batallas que vienen librando UCD y otras formaciones de derechas en las diversas autonom¨ªas para imponer ?el voto de la hect¨¢rea? deben ser resistidas por un principio primariamente democr¨¢tico, la igualdad real de los ciudadanos a la hora de votar. Aparte este principio elemental, y pese a todas las tradiciones que puedan aducirse, el reducir al m¨¢ximo el n¨²mero de circunscripciones desterritorializa la representaci¨®n, lo cual, en una democracia nueva, es, a no dudarlo, un camino por el que debiera haberse avanzado con rigor. El corporativismo es un enemigo del sistema democr¨¢tico, el territorialismo lo es tambi¨¦n, en una democracia naciente.
No existe ninguna raz¨®n, aparte la de buscar el voto desigual de la hect¨¢rea, que aconseje multiplicar artificialmente el n¨²mero- de circunscripciones o que, como se ha pretendido en algunos estatutos de autonom¨ªa (como es el caso del vasco) las circunscripciones menos pobladas tengan igual n¨²mero de representantes que aqu¨¦llas que lo est¨¢n m¨¢s. En el caso de la autonom¨ªa uniprovincial de Madrid, si es que antes no lo soluciona una ley general, habr¨¢ de alcanzarse que la representaci¨®n que consiga el votante de Titulcia sea id¨¦ntica a aqu¨¦lla que corresponda al ciudadano de Vallecas.
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