Promotores espa?oles intentan que Celia G¨¢mez vuelva a actuar en Madrid
Celia G¨¢mez, la argentina tan famosa en Espa?a como la espa?ola Gloria Guzm¨¢n en Argentina, va a volver, al parecer, a la tierra que fue escenario de sus mayores ¨¦xitos, como Yola, Las Leandras, Si Fausto fuera Faustina, El aguila de fuego y tantas otras inolvidables revistas.
Parece que los hermanos Reyz¨¢bal le han propuesto actuar en una sala madrile?a de renombre. Tambi¨¦n habr¨ªa recibido una oferta de Antonio D. Olano para protagonizar Antolog¨ªa de la revista, un espect¨¢culo que se montar¨¢ con vistas a animar Madrid ante la esperada oleada de visitantes extranjeros con motivo del pr¨®ximo Campeonato Mundial de F¨²tbol. Se ha comentado en Buenos Aires que Olano piensa que Celia haga de animadora del espect¨¢culo. Pero se cree tambi¨¦n que Celia quiere cantar y bailar. El local podr¨ªa ser un teatro o bien un cine antiguo convertido en teatro. La artista no afirma ni niega nada, se limita a encogerse de hombros y a sonre¨ªr enigm¨¢ticamente.Un d¨ªa abandon¨® Madrid, el Madrid que la vio triunfar y donde se cas¨®, en una boda que fue muy sonada en su momento y en la que Mill¨¢n Astray y sus legionarios tuvieron que dispersar a la multitud, que amenazaba sofocar a la vedette en su entusiasmo. Celia G¨¢mez se reintegr¨® a la tierra que la vio nacer, un tanto resentida por lo que ella consideraba olvido e incluso desprecio por determinados sectores del mundo del espect¨¢culo.
"Un d¨ªa volver¨¦ y triunfar¨¦ como en mis mejores tiempos", dijo Celia en Buenos Aires. Ahora parece que la profec¨ªa est¨¢ a punto de convertirse en realidad. La inolvidable int¨¦rprete de Yola se conserva muy bien, pero han pasado muchos a?os, y mucha agua bajo los puentes. Madrid ya no es aquel Madrid, ni la actual Celia es ya aquella Celia, por m¨¢s que parece hab¨¦rselas arreglado para detener el paso del tiempo, barrendero de ilusiones y de tantas otras cosas, la juventud entre ellas.
No ser¨ªa grato para los antiguos admiradores de la en su d¨ªa popular reina de la revista reencontrarse con una Celia similar a la Raquel Meller que en las postrimer¨ªas de los a?os cuarenta cantaba con un hilo de voz La violetera o Melod¨ªas del Danubio poco antes de irse de puntillas, con un leve suspiro final, en el ¨²ltimo mutis.
Tal vez sea mejor conservar los recuerdos, los bellos recuerdos, anclarse en un pasado que ya comienza a ser remoto, dejar intacta la vieja y admirada imagen. O quiz¨¢ cobre un nuevo sentido, una nueva dimensi¨®n el estribillo de la vieja tonada "siento renacer en m¨ª tu amor al saber que volver¨¢s".
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