Cien a?os de transformaciones
Desde el descubrimiento en 1879 de los m¨¢s antiguos testimonios art¨ªsticos de la humanidad por parte de Marcelino Sanz de Sautuola, las cuevas de Altamira han estado sometidas permanentemente a modificaciones, algunas de importancia y de grave riesgo para las pinturas.Aquel a?o, el descubridor hizo instalar una puerta de madera en la entrada ampliada de las cuevas, que fueron iluminadas con velas. Al a?o siguiente, el Ayuntamiento de Santillana del Mar cambi¨® la puerta de madera por una de hierro y nivel¨® la entrada, que era muy pendiente.
A las transformaciones producidas ya en el exterior, donde incluso unos barrenos empleados en la explotaci¨®n de una cantera causaron desprendimientos en el acceso, se uni¨®, en 1902, la construcci¨®n de un muro de piedra, con puerta que separa la sala de pinturas del resto. Para ello se cont¨® con mil francos donados por el pr¨ªncipe Alberto I de M¨®naco.
Dos a?os despu¨¦s (1905) se cambi¨® la iluminaci¨®n con velas por la de acetileno. De 1910 a 1923, la junta de conservaci¨®n de la cueva, todav¨ªa municipal, apuntal¨® piedras y abri¨® caminos, y puso en marcha el proyecto del ingeniero Alberto Corral, que incluy¨® la ventilaci¨®n de la cueva, el relleno de fisuras con cemento y el vaciado de tierra, adem¨¢s de la construcci¨®n de un muro para sustentar el techo en el vest¨ªbulo.
En 1932 se sustituy¨® la luz de acetileno por la el¨¦ctrica, otro proyecto ambicioso, redactado por I?iguez-Bringas, llev¨® a cabo obras en el interior, rebaj¨® el sue?o de la cueva para comodidad de los visitantes, construy¨® unos muretes al fondo de la sala y descubri¨® que el hormig¨®n inyectado en las fisuras aumentaba la sobrecarga y no soldaba.
En 1957, el ingeniero Garc¨ªa Lorenzo redact¨® otro plan de salvaci¨®n: cosi¨® los estratos con cepos de hormig¨®n para evitar el deshojamiento, sustituy¨® el apeo provisional de madera por un muro de f¨¢brica, instal¨® una doble puerta de entrada a la cueva, sustituy¨® el alumbrado incandescente por tubos fluorescentes con filtros UV y restringi¨® el r¨¦gimen de visitas. Adem¨¢s recomend¨® seguir de cerca los estudios de Lascaux, donde la enfermedad del mal verde hab¨ªa merecido ya la atenci¨®n del Ministerio de Asuntos Culturales.
En 1960-1968 la ola de turistas, que aument¨® d¨ªa a d¨ªa, provoc¨® la construcci¨®n de tres grandes pabellones y un aparcamiento en el exterior de las cuevas.
En 1976, las voces de alarma sobre el deterioro de las pinturas fueron tantas y proced¨ªan de tan distintas fuentes que el Gobierno cre¨® una comisi¨®n t¨¦cnica. La comisi¨®n investigadora pidi¨®, el 8 de noviembre de 1977, el cierre de la cueva y apoyo econ¨®mico para llevar a cabo las investigaciones. Cinco meses despu¨¦s, una orden ministerial disolvi¨® esa comisi¨®n.
En 1979 se cre¨® otra nueva comisi¨®n de estudio para llevar a cabo los trabajos de investigaci¨®n. La formaban diversos departamentos de la Universidad de Santander. Los trabajos de investigaci¨®n no se iniciar¨ªan hasta un a?o despu¨¦s, ante el retraso de llegada de equipos sofisticados de trabajo a Santillana del Mar.
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