El ¨¢ngel azul, rosa y verde
En su intento de hacer una cr¨®nica general sobre la Rep¨²blica Federal de Alemania, Fassbinder vuelve ahora a los a?os cincuenta, adaptando a esa ¨¦poca la vieja historia de Lola, la cabaretera de quien se enamora un pulcro e ingenuo maestro de escuela que encuentra en ese amor su destrucci¨®n y su muerte. De una u otra manera, la historia de Lola ha sido repetida en el cine numerosas veces, bien para hablar de la fatalidad del amor, bien del ego¨ªsmo femenino, de la represi¨®n sexual o de una simple y triste historia de pasi¨®n a la que no se le encuentran mayores significados.Fassbinder, por el contrario, quiere encontrarle todos. Ha variado en algunos aspectos la historia original, convirtiendo, por ejemplo, al cl¨¢sico profesor en un minucioso y honrado delegado de urbanismo capaz de detener la especulaci¨®n de los constructores, tan frecuente en aquellos a?os. En su enfrentamiento con ellos, surge la irresistible Lola, utilizada h¨¢bilmente por los especuladores para destruir la integridad de su enemigo. En la lectura de esta par¨¢bola, Fassbinder ofrece una clara denuncia de la moralidad de quienes ahora, treinta a?os despu¨¦s, detentan el poder en su pa¨ªs. Las claves del resurgimiento econ¨®mico de los cincuenta son las que pueden explicar, seg¨²n el autor, la corrupci¨®n de la ¨¦poca actual.
Lola
Director: Rainer Werner Fassbinder. Gui¨®n: Peter Marthesheimer y Pea Frohlich. M¨²sica: Peter Raben. Fotograf¨ªa: Xaver Schwarzenberger. Int¨¦rpretes: Barbara Sukowa, Armin Mueller-Sthal, Mario Adorf y Matthias Fuchs. Drama. Alemana, 1981. Local de estreno: AIphaville 1.
Las intenciones b¨¢sicas de Fassbinder son, pues, obvias. Trata, sin embargo, de complicarlas haciendo coincidir en la narraci¨®n distintos estilos, desde el melodrama a la comedia, desde la fantas¨ªa inverosimil de la iluminaci¨®n y el colorido (en bofetadas de azules, rosas y verdes) a la necesaria y r¨ªgida cr¨®nica social: sus pretensiones se hacen as¨ª m¨¢s amplias, abriendo la pel¨ªcula a reflexiones distintas: la pol¨ªtica es, desde luego, la inmediata, pero la que puede derivarse del amor que viven los personajes principales conecta con citras pel¨ªculas suyas en la misma consideraci¨®n pesimista sobre la ausencia de libertad en el amor y la mezquindad del ser humano. El problema de Lola es que esas nuevas consideraciones no tienen un desarrollo dram¨¢tico suficiente, quedando s¨®lo apuntadas, desdibujadas.
Algunos personajes son v¨ªctimas de esa confusi¨®n. En primer lugar, el de Lola, tan contradictoria en sus reacciones, que queda limitado a un decorado de fondo; habr¨¢ colaborado tambi¨¦n a ello la ausencia de aut¨¦ntico atractivo de la actriz Barbara Sukowa, que, aunque realiza un vigoroso trabajo, no tiene esa m¨¢gica cualidad de otras estrellas para hacer m¨¢s veros¨ªmil la te¨®rica turbaci¨®n que causa.
Al margen de las inevitables discusiones que cualquier pel¨ªcula de Fassbinder provoca, Lola tiene, a mi juicio, una sencillez b¨¢sica que controla sus habituales excesos de puesta en escena, esa constante tentaci¨®n del autor por sorprendemos.
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