Se produjeron las primeras reacciones vendedoras
Tras la tempestad siempre suele venir la calma, O las alegr¨ªas injustificadas acostumbran a pagarse, son las dos citas al refranero que mejor cuadrar¨ªan para definir el comportamiento de unas reuniones burs¨¢tiles en las que se oper¨® muy poco y donde los valores el¨¦ctricos vieron interrumpida bruscamente la breve trayectoria positiva que iniciaron el pasado viernes.Los bancos fueron en esta ocasi¨®n quienes se encargaron de aportar los avances necesarios para que los ¨ªndices generales no reflejasen una situaci¨®n que en los corros aparec¨ªa como claramente negativa, aunque al cierre de las operaciones en el mercado comenzase a repuntar una discreta demanda muy selectiva.
Esta situaci¨®n era calificada por diversos especialistas como el inicio de una trayectoria pendular del mercado que estar¨ªa definida por la fuerte situaci¨®n de liquidez en la que se encuentran buena parte de los inversores con mayor peso espec¨ªfico en el mercado. As¨ª, estas previsiones apuntan como posible que se sucedan breves ciclos alcistas seguidos de per¨ªodos no mucho m¨¢s dilatados de orientaci¨®n negativa, entre los que los especialistas intentar¨ªan buscar diferencias positivas con que justificar su actuaci¨®n.
Por tanto, parece bastante l¨®gico que, dadas las subidas que hab¨ªan acumulado algunos valores el¨¦ctricos tras los recortes posteriores al pago de sus dividendos, se invierta la situaci¨®n, tan pronto como las diferencias positivas hacen apetecible su materializaci¨®n, y el dif¨ªcilmente evaluable tema de la rentabilidad comienza a entrar en competencia con los tipos a que se est¨¢n pagando otros activos financieros.
Volviendo sobre las sesiones de ayer, la caracter¨ªstica com¨²n fue la severa contenci¨®n que mostraron los compradores a lo largo de los corros, que fue observada con sorpresa y decepci¨®n por los compradores de jornadas anteriores, que al parecer hab¨ªan decidido materializar las plusval¨ªas acumuladas. La negociaci¨®n en los corros, por tanto, no pas¨® de discreta, y s¨®lo despu¨¦s. de hora se cruzaron operaciones con alguna intensidad.
El tema de los resultados del ejercicio 1981 que presentar¨¢n el Vizcaya y el Popular, y los regalos que har¨¢n a sus accionistas, contin¨²an siendo los temas centrales de comentario de casi todos los asistentes a las reuniones. Por supuesto, volvieron a o¨ªrse los rumores m¨¢s disparatados que imaginarse pueda sobre ampliaciones gratuitas en proporciones inveros¨ªmiles, incrementos astron¨®micos en los dividendos y toda una larga serie de desprop¨®sitos que m¨¢s parecen la carta a los Reyes Magos de los inversores que noticias con visos de verosimilitud.
En el cap¨ªtulo de las ampliaciones, los mejor informados contin¨²an insistiendo en que el Popular plantear¨¢ un desdoble al que atribuye n la proporci¨®n de una acci¨®n nueva por cada diez antiguas, mientras que tambi¨¦n se reafirman en que no es excesivamente probable que el Vizcaya acometa una operaci¨®n similar.
En cuanto a los dividendos, es seguro que se producir¨¢n incrementos importantes, y posiblemente a la cabeza de la retribuci¨®n a los accionistas contin¨²e figurando el Vizcaya dentro del grupo de los siete grandes. No obstante, en este cap¨ªtulo la ¨²ltima palabra la tendr¨¢ el Banco de Espana, quien ya hizo saber que considerar¨ªa tolerable una subida al 8% de los recursos propios en las derramas, frente al 6% que fijaba el decreto Larraz.
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