Margaret Thatcher, Breznev, Reagang, Mitterrand y Calvo Sotelo promueven A?o Compostelano
Ronald Reagan, Margaret Thatcher, Fran?ois Mitterrand, Le¨®nidas Breznev y Leopoldo Calvo-Sotelo promueven el A?o Santo Compostelano como figurantes en principio involuntarios, de un cartel que quiere ser la particular aportaci¨®n del editor lucense Enrique Alvarellos a la conmemoraci¨®n jubilar.Alvarellos, un jovial cincuent¨®n , que pertenece, entre otras ex¨®ticas corporaciones, a la Academia de Artes y Ciencias de Roma y a la Soberana Orden Militar de San Jorge -con rango de caballero de gracia magistral-, decidi¨® hace algunas semanas remediar por su cuenta los retrasos e insuficiencias de la promoci¨®n del A?o Santo, apenas iniciada por las autoridades tur¨ªsticas.
A partir de su doble condici¨®n de editor e impresor, que compagina con las de novelista, poeta, m¨²sico, director de una coral y empresario privado de la ense?anza, Enrique Alvarellos ide¨® una alegor¨ªa festiva del poder para el primer cartel del A?o Jubilar de 1982. "Se me ocurri¨®", explica, "que lo m¨¢s llamativo ser¨ªa petrificar a los magnates mundiales en el P¨®rtico de la Gloria de la catedral de Santiago, y, en consecuencia, hice el encargo a mi dibujante habitual, Jos¨¦ Luis Parga".
Malestar en algunos sectores eclesi¨¢sticos
Alvarellos se dej¨® llevar, sin embargo, por un resto de prudencia al dirigir la sustituci¨®n de los ap¨®stoles que figuran en el p¨®rtico original del maestro Mateo por los de los cinco estadistas, de su cartel. El presidente espa?ol, por ejemplo, acompa?aba inicialmente con algo m¨¢s que el pergamino en el que se lee Hispanis Mundialorum 82 FIFA su habitual gesto de circunspecci¨®n. "Cuando decid¨ª representar a Calvo Sotelo como futbolista", dice Alvarellos, "m¨ª primera intenci¨®n era que el bal¨®n sobre el qu¨¦ apoya el pie fuese la cabeza de Adolfo Su¨¢rez. Luego lo pens¨¦ mejor y me pareci¨® demasiado".Pese a ¨¦sta y otras prevenciones, el planteamiento general del cartel parece haber causado cierto malestar en muy determinados sectores eclesi¨¢sticos. Alvarellos, que se declara cat¨®lico practicante, no cree que haya motivos para el esc¨¢ndalo. "Por el contrar¨ªo, el obispo de Lugo, buen amigo m¨ªo se ri¨® mucho al ver los carteles que le regal¨¦. Le parecieron estupendamente, y de ninguna manera una irreverencia".
"La santa intenci¨®n de los autores"
El editor, convencido de que su cartel superar¨¢ en eficacia promotora a los mucho m¨¢s convencionales reclamos gr¨¢ficos de la Junta de Galicia y la Secretar¨ªa de Estado para el Turismo, espera ahora respuesta a las cartas -con poster incluido- que envi¨® al presidente Calvo Sotelo y a los embajadores de Estados Unidos, el Reino Unido, Uni¨®n Sovi¨¦tica y Francia en Madrid."Supongo", concluye Alvarellos, "que tendr¨¢n al menos la delicadeza de contestarme si interpretan bien, como yo les ped¨ªa, la santa intenci¨®n de los autores".
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