Las nuevas tarifas postales mantendr¨¢n el d¨¦ficit de Correos
La Direcci¨®n General de Correos espera que la subida de algunas tarifas postales aprobada el viernes por el Gobierno le depare un aumento de ingresos pr¨®ximo a los 4.000 millones de pesetas. As¨ª, podr¨¢ mantener en cifras absolutas, o incluso reducir algo, el d¨¦ficit de explotaci¨®n, una vez contada como ingreso la subvenci¨®n por servicio. La diferencia entre gastos e ingresos fue de 4.500 millones de pesetas en 1981, a?o en que se logr¨® modificar su tendencia al alza.Tras recibir el informe favorable de la Junta Superior de Precios y la Comisi¨®n Delegada del Gobierno para Asuntos Econ¨®micos, se esperaba que la subida entrara en vigor el primero de abril. La fecha permanece en blanco, dentro de la correspondiente disposici¨®n, y algunas esferas de Correos quieren anticiparla, debido a que cada mes de retraso detrae los ingresos en casi 500 millones de pesetas al mes. Los anteriores reajustes fueron aprobados en agosto de 1979 y 1980 y en febrero de 1981.
Adem¨¢s del ya conocido incremento de 12 a 14 pesetas en los sellos para cartas interurbanas (en febrero de 1981 pasaron de 10 a 12 pesetas), se iniciar¨¢ la reordenaci¨®n del sector de impresos, con subida de 3 a 5 pesetas para los de difusi¨®n cultural. Las cartas extranjeras registrar¨¢n incrementos del 10 al 14,3% (de 30 a 33 pesetas en sellos para el Continente). Los servicios de telecomunicaci¨®n alcanzar¨¢n en promedio el 14% (la incidencia ser¨¢ para t¨¦lex un punto superior). Por ¨²ltimo, destaca en el nuevo cuadro de tarifas la elevaci¨®n de 35 a 40 pesetas en la cuota fija de los telegramas, cuyo precio por palabra se mantiene en 3 pesetas.
Nuevas rutas
Tampoco suben, entre otras, las tarifas para cartas y postales urbanas, ni los impresos sin direcci¨®n, ni env¨ªos de segundo curso con peso superior a 500 gramos, ni el giro nacional, cuya expedici¨®n y recepci¨®n ser¨¢ simplificada. Este ¨²ltimo caso lo justifica el Gobierno en la necesidad de favorecer a las clases con menores rentas. En la misma l¨ªnea, ser¨¢ creado un servicio de radiot¨¦lex y telegramas simplificados.
La estabilidad de las urbanas trata de explicarse en que desaparecer¨¢n los gastos de transporte y ser¨¢n reducidos los de manipulaci¨®n. Sin embargo, no es ajena a esta decisi¨®n, seg¨²n otras interpretaciones, el intento de frenar la creciente ganancia de cuotas de mercado por parte de las empresas privadas que ofrecen mayor eficacia y menor coste, sobre para los env¨ªos de grandes empresas.
Seg¨²n las estimaciones de la Direcci¨®n General de Correos, los aproximadamente 4.000 millones de pesetas que supondr¨¢n las variaciones de tarifas pueden situar el d¨¦ficit del servicio algo por encima de los 4.300 millones de pesetas previstos en un principio, debido a la demora de su entrada en vigor. Pero se conf¨ªa en obtener una cifra inferior incluso en t¨¦rminos absolutos a los 4.600 millones de d¨¦ficit de explotaci¨®n en 1981. Los gastos del presente a?o han sido presupuestados en 62.600 millones de pesetas, mientras la estimaci¨®n de ingresos se ha quedado en 58.300 millones. En 1981, unos fueron 56.900 millones (es decir, 5.700 millones de pesetas menos) y los ingresos 52.300 (tambi¨¦n en cifras redondas, 6.000 millones de pesetas menos).
Con las oscilaciones en la demanda y los 500 millones de pesetas dejados de ingresar por el citado retraso, los responsables de Correos consideran dif¨ªcil que puedan cumplirse tales presupuestos. Sin embargo, despu¨¦s de haber frenado el d¨¦ficit, logro atribuido al aumento de productividad y a la pol¨ªtica seguida en los tres ¨²ltimos a?os de ajustar las tarifas a los costes reales, esperan avanzar en sus tres objetivos fundamentales: absorber el incremento de los costes de explotaci¨®n (Correos tiene casi 60.000 trabajadores retribuidos como funcionarios), reducir el d¨¦ficit y corregir tendencias perniciosas en la demanda.
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