Armada manifiesta que se enter¨® del asalto al Congreso cuando despachaba con Gabeiras
La sesi¨®n de la tarde se reanud¨® con el interrogatorio del fiscal al general Armada. Este, en su primera respuesta, manifest¨® que se enter¨® del asalto de Tejero al Congreso cuando se encontraba despachando con el teniente general Jos¨¦ Gabeiras, concretamente a trav¨¦s del jefe de la OFicina de Prensa del Estado Mayor, teniente coronel Mariano Aguilar. La primera llamada que se recibi¨® en el despacho de Gabeiras fue, seg¨²n explic¨® el propio general Armada, de don Juan Carlos, quien le manifest¨® que se estaban invocando los nombres del Rey y de Armada en la Divisi¨®n Acorazada Brunete 1, contest¨¢ndole este ¨²ltimo que ¨¦l no hab¨ªa autorizado tal extremo.
Armada declar¨® que, en principio, ¨¦l n¨® se ofreci¨®, en esa llamada telef¨®nica, a acudir a la Zarzuela, porque estaba convencido de que el jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito le hubiera hecho alguna indicaci¨®n en el sentido de que iba a dejarle solo, lo que no sucedi¨®. La segunda llamada, en opini¨®n de Armada, fue de Milans del Bosch y la tercera del general Juste, que mandaba en aquellas fechas la Divisi¨®n Acorazada. Preguntado por el fiscal por qu¨¦ se ofreci¨® a acudir el 23 de febrero a la Zarzuela, Armada respondi¨® que por su incondicionalidad al Rey y porque recordaba en aquel momento que, cuando asesinaron al almirante Carrero Blanco, hizo un ofrecimiento similar al entonces Pr¨ªncipe de Espa?a. Este general precis¨® que en aquella fecha tal ofrecimiento fue aceptado, asumiendo la responsabilidad de organizar las visitas que tanto don Juan Carlos como do?a Sof¨ªa realizaron con motivo del suceso.Neg¨® que su ofrecimiento tuviera que ver con el compromiso de estar en La Zarzuela cuando se produjera el asalto, as? como que le hubiera pedido a Gabeiras dirigirse a su despacho de segundo jefe de Estado Mayor. "Yo no se lo ped¨ª", dijo, "porque cre¨ª que deb¨ªamos trabajar en equipo en tales momentos. Eso s¨ª, sobre las siete de la tarde acud¨ª a mi despacho a dejar unos papeles".
Sobre una afirmaci¨®n atribuida al entonces capit¨¢n general de Catalu?a, Pascual Galmes, de que hab¨ªa llamado a Armada a su despacho, ¨¦ste dijo que "debe ser una equivocaci¨®n, porque hablamos estando yo en el despacho del jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito. Adem¨¢s recuerdo que me dijo, y perd¨®neme la expresi¨®n, le?a al mono, Alfonso, le?a al mono. Hay que acabar con lo del Congreso como sea".
Siempre a preguntas del fiscal, Armada declar¨® que en la tarde del 23-F no recab¨® informaci¨®n militar de las Capitan¨ªas Generales, aunque en alguna de las conversaciones con sus titulares (no record¨® cu¨¢les), ¨¦stos le dijeron que hab¨ªa que poner fin al asalto, y algunos, incluso, le manifestaron que les hab¨ªa parecido bien lo propuesto por Milans (se refer¨ªa a la soluci¨®n Armada).
El general Armada explic¨® m¨¢s adelante que no comentaba con los generales que se encontraban en el despacho de Gabeiras -donde asegur¨® se encontrabalas conversaciones que iba manteniendo con los capitanes generales, sino que todos los que se hallaban en la estancia participaban en ellas. Cuando lleg¨® el general Gabeiras de la reuni¨®n de la JUJEM, ¨¦ste le dio las novedades de lo que estaba pasando y no se registr¨® ninguna incidencia ni discusi¨®n con ¨¦l, siempre seg¨²n el testimonio expresado.
Armada afirm¨® que fue Milans quien le propuso que se formara un Gobierno presidido por ¨¦l, respondi¨¦ndole que ten¨ªa que consultar con sus superiores. "Hubo que convencerme porque lo ve¨ªa muy complicado y una misi¨®n superior a mis fuerzas, pero la idea me pa rec¨ªa factible". "De la soluci¨®n Armada", a?adi¨®, "la ¨²nica referen cia que ten¨ªa era meramente perio d¨ªstica, y por algunos comentarios que hice a ra¨ªz de determinados art¨ªculos aparecidos en la prensa con el entonces ministro de Defensa, Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n, quien me habl¨® de ello en dos ocasiones, en noviembre de 1980 y en enero de 1981".
Pregunta clave sobre los hechos del 23-F
Ante la pregunta, ?no trat¨® usted la tarde del 23 de febrero de dar la impresi¨®n a los generales que se encontraban en el despacho de Gabeiras de que se resistieran a aceptar la propuesta de Milans del Bosch?, Armada respondi¨® negativamente, aunque precis¨®: "Yo s¨®lo trat¨¦ de hacer lo mejor para Espa?a. Cuando habl¨¦ con Sabino Fern¨¢ndez Campos le di tres alternativas: primera, no ir al Congreso. Segunda, ir en nombre del Rey. Y tercera, ir a t¨ªtulo personal. Sabino Fern¨¢ndez Campos me dijo que dejar de ir podr¨ªa suponer una gran responsabilidad, ya que era imprevisible lo que pod¨ªa ocurrir en el Congreso y que, por otra parte, al Rey no deb¨ªa de implic¨¢rsele, por lo cual deb¨ªa acudir a t¨ªtulo personal.
El procesado dijo a continuaci¨®n que Aramburu Topete, director general de la Guardia Civil, le pidi¨® que fuera al Congreso, ya que los ocupantes s¨®lo quer¨ªan hablar con ¨¦l, aunque puntualiz¨® que posteriormente supo, por las declaraciones sumariales, que el general Prieto hab¨ªa dicho, despu¨¦s de hablar con Tejero, que el ¨²nico interlocutor v¨¢lido era Armada.
Explic¨® que lo que pretend¨ªa era liberar a las personas que se encontraban en el Congreso, ya fuera mediante un Gobierno presidido por ¨¦l o por otra persona, y reconoci¨® haber pedido un ejemplar de la Constituci¨®n. "La primera premisa que ten¨ªa que cumplirse era la retirada de las fuerzas ocupantes, para que los diputados pudieran decidir libremente. Adem¨¢s, la situaci¨®n de ocupaci¨®n del Congreso no estaba prevista en la Constituci¨®n y hab¨ªa que resolverla de la mejor forma posible".
Armada se?al¨® que fue al Congreso con dos propuestas, una oficial (ofrecer a los asaltantes dos aviones) y otra personal (la suya). En el Congreso dio la contrase?a Duque de Ahumada, que seg¨²n su declaraci¨®n se la hab¨ªa trasladado desde Valencia alguien cuyo nombre no recuerda.
Preguntado si no sab¨ªa que esa contrase?a era para dirigirse a los parlamentarios, contest¨® que no y que "ni se me pod¨ªa ocurrir, ya que si yo hubiera sabido que era as¨ª la habr¨ªa empleado para entrar en el hemiciclo, que era lo que yo tanto deseaba". Acerca de la proposici¨®n, siempre a preguntas del fis cal, Armada respondi¨® que esperaba que los parlamentarios fue ran los que decidiesen la soluci¨®n, libres de la coacci¨®n de las arrrias y dentro de la Constituci¨®n. Yo no sab¨ªa las pretensiones del tenierite coronel Tejero, pero creo que que r¨ªa una junta t¨¦cnica presidida por el teniente general Milans del Bosch".
El general Armada dijo asirnismo que no dio nombres de las personas que iban a formar parte del Gobierno, porque desconoc¨ªa qui¨¦nes podr¨ªan aceptar la propuesta; afirm¨® que la idea de Gabeiras era enga?ar a Tejero y reiter¨® que desconoc¨ªa previamente la operaci¨®n. "La prueba de que, no consegu¨ª armonizar la constitucionalidad de la soluci¨®n es que fracas¨¦ en mi gesti¨®n ante Tejero", explic¨®.
A Tejero no le gustaba la soluci¨®n
El fiscal pregunt¨® si Tejero calific¨® de "chapuza" su ptopuesta, y el procesado respondi¨® que no recordaba ese detalle, pero s¨ª que la soluci¨®n que ¨¦l le di¨® no le gustaba y as¨ª se lo dijo por tel¨¦fono a Milans, en su presencia. Declar¨® Armada que Tejero le pidi¨® que no metiera a los geos en el Congreso porque consideraba que aquello pod¨ªa ser una cat¨¢strofe. Dijo que le encontr¨® tranquilo, correcto y tan firme que no pudo llegar a convencerle y que no le dijo que deseara la formaci¨®n de una Junta Militar.
Armada declar¨® luego que conoci¨® las pretensiones de Tejero porque Milans se las comunic¨® por tel¨¦fono. Declar¨®, asimismo, que tras su reuni¨®n con Tejero dio novedades a Gabeiras y luego fue al hotel Palace para ver a Francisco La¨ªna, ya que Aramburu Topete le hab¨ªa dicho textualmente: "Vete a ver a ese... de La¨ªna para convencerle de que no meta los geos en el Congreso". Reconoci¨® que en la madrugada del 24 de febrero hab¨ªa recibido la llamada del director de El Alc¨¢zar, quien le dijo que ten¨ªa un manifiesto que le hab¨ªan transmitido los ocupantes del Congreso, y que ¨¦l le aconsej¨® que no lo publicaran. Neg¨® que conociera con anterioridad al director de El Alc¨¢zar.
El fiscal quiso saber su opini¨®n sobre las declaraciones de algunos procesados, que han afirmado que el mando de la operaci¨®n era bic¨¦falo, y que la cabeza m¨¢s alta era la suya. "En el Ej¨¦rcito", declar¨® Armada, "no hay mandos bic¨¦falos. Soy muy amigo de Milans y no creo que ¨¦l quisiera compartir el mando con un inferior como yo. Adem¨¢s, los mandos bic¨¦falos han dado unos resultados p¨¦simos en la historia". Esta afirmaci¨®n provoc¨® risas entre el p¨²blico asistente a la vista.
Armada niega haber criticado al Rey
Tom¨® luego la palabra el abogado de Armada, Ram¨®n Hermosilla, quien pidi¨® a su defendido que comunicara la fecha en que fue a Valencia por primera vez. El general procesado precis¨® que se hab¨ªa producido el 10 de enero de 1981. A una pregunta del mismo letrado, indic¨® que entre la Navidad de 1980 y febrero de 1981 no fue a Madrid en ning¨²n momento, y que entre el 10 de enero y el 23 de febrero de ese a?o no vi¨® al teniente general Milans del Bosch. Neg¨® luego Armada que hubiera participado en reuni¨®n clandestina alguna para preparar el golpe, y que hablara de alterar el orden constitucional.
En torno a su presencia en la Brigada Paracaidista en la ma?ana del 23 de febrero, explic¨® Armada que en la misma vio al general Juste, que mandaba entonces la Divisi¨®n Acorazada Brunete, quien no llevaba el atuendo militar apropiado. El procesado dijo que le hizo a aqu¨¦l un comentario informal sobre la uniformidad y ya no volvi¨® a verlo. Manifest¨® tambi¨¦n que sali¨® hacia las tres de la tarde para Madrid , y, una vez en la capital, se fue directamente al Ministerio de Defensa, donde despach¨® asuntos de su cargo.
Le pregunt¨® luego su abogado si critic¨® alguna vez la actividad del Rey durante los sucesos del 23 de febrero, y Armada contest¨®: "Tengo la firme convicci¨®n de que no critiqu¨¦ jam¨¢s al Rey. Adem¨¢s no tuve la oportunidad de ver el mensaje televisado del Monarca, porque cuando se estaba emitiendo me parece que yo iba desde el hotel Palace al Congreso de los Diputados".
Milans: "Nunca usurp¨¦ el nombre del Rey"
Neg¨® el general Alfonso Armada que hubiera autorizado la utilizaci¨®n de su nombre para algo relacionado con hechos violentos y, en concreto, con el asalto al Congreso, y que usurpara jam¨¢s el nombre del Rey para una operaci¨®n de ese tipo. Neg¨® tambi¨¦n que hubiera elaborado una lista de Gobierno.
El presidente del Tribunal concedi¨® luego la palabra al coronel Escandell, defensor de Milans, quien dio lectura a una declaraci¨®n prestada por el teniente general Pascual Galmes, que el 23 de febrero era capit¨¢n general de Catalu?a. El mismo explica en su testimonio que ten¨ªa dudas de conciencia y que por ello deseaba revelar que sobre finales de enero de 1981, cuando ya estaba resuelto el nombramiento del general Armada como segundo jefe de Estado Mayor del Ej¨¦rcito, ¨¦ste le pidi¨® permiso para ir a Valencia, y al regreso de su viaje Armada le dijo que no hab¨ªa podido saludar a Milans.
La versi¨®n del general Armada
El defensor Escandell pregunt¨® a Armada si era cierto lo que dec¨ªa Pascual Galmes, a lo que Armada respondi¨® que deb¨ªa tratarse de un error, porque cuando estuvo en Valencia fue el 10 de enero, y no a finales de ese mes, como dec¨ªa el teniente general Pascual Galmes. Armada insisti¨®, como hizo por la ma?ana, que en su declaraci¨®n Pascual Galmes se equivoc¨®, y dijo que deb¨ªa referirse a la fecha en que viaj¨® a Zaragoza -el 29 de enero de 1981- para asistir a unos ejercicios de cohetes en el campo de tiro de San Gregorio.
-Escandell: ?Pero c¨®mo pudo confundir el teniente general Pascual Galmes Zaragoza con Valencia, y la Capitan¨ªa General con un ejercicio de cohetes?.
-Armada: Yo creo que en lo que se confundi¨® Pascual Galmes fue en equivocar a Milans con el capit¨¢n general de la V Regi¨®n Militar, que fue al que no pude ver el 29 de enero.
-Escandell: ?Por qu¨¦ calific¨® de disparate la oferta del Gobierno presidido por usted, que le hizo el teniente general Milans del Bosch la noche del 23 de febrero?
-Armada: Hombre, porque pod¨ªa producirse alg¨²n problema provocado por alg¨²n diputado (risas entre el p¨²blico), aparte de que en un principio o no sab¨ªa si el tema pod¨ªa ser constitucional.
-Escandell: Pero ?c¨®mo pod¨ªa aceptar el segundo jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito una propuesta que le hac¨ªa un teniente general, que aquella noche era considerado como rebelde en el cuartel general del Ej¨¦rcito?
-Armada: Era una propuesta que me hac¨ªa un teniente general al que respeto y quiero much¨ªsimo (risas entre el p¨²blico y las comisiones militares) y que hab¨ªa que llegar al fin que todos persegu¨ªamos, que era el problema del Congreso. Yo no querr¨ªa calificar, adem¨¢s, de rebelde la postura del general Milans durante aquella noche.
En Valencia se habl¨® de la situaci¨®n general de Espa?a
Armada dijo despu¨¦s que en la reuni¨®n que mantuvo con Milans el 10 de enero, en Valencia, se habl¨® de la situaci¨®n general de Espa?a y que en ning¨²n momento traslad¨® a Milans la opini¨®n del Rey. Armada declar¨® que le parec¨ªa inoportuno hacer responsable a su Majestad de cualquier cambio pol¨ªtico que se haya producido en Espa?a, porque eso no va con su estructura mental de la Monarqu¨ªa. Armada se?al¨® que tampoco aceptaba que se dijera, como sol¨ªa hacerse, que el Rey era el motor del cambio.
Mas adelante Armada neg¨® que el 24 de enero, cuando ya hab¨ªa sido detenido Milans, le aconsejara a ¨¦ste que no declarara nada de los preparativos de la operaci¨®n. Se?al¨® tambi¨¦n que ¨¦l no se atrever¨ªa nunca a darle un consejo a Milans, adem¨¢s de que ser¨ªa una falta de respeto intolerable.
En respuesta al defensor Escandell, el general Armada afirm¨® que sus conversaciones con los Reyes las considera asuntos de servicio, y por tanto reservadas. El contenido de las mismas no las transmite nunca, si bien en ocasiones menciona an¨¦cdotas o una impresi¨®n personal. A continuaci¨®n, el defensor de Milans del Bosch y el general Armada sostuvieron el siguiente di¨¢logo:
-Escandell: ?Qu¨¦ explicaci¨®n le da usted a la expresi¨®n a t¨ªtulo personal?
-Armada: Que la responsabilidad es del que lleva a cabo la operaci¨®n.
-Escandell: La gesti¨®n que realiz¨® usted ante el teniente general Milans del Bosch, el 10 de enero de 1981 en Valencia, ?puede considerarse una misi¨®n a t¨ªtulo personal?
-Armada: No.
-Escandell: ?Ha realizado alguna vez acciones de este tipo por encargo regio?
-Armada: Alguna vez, s¨ª.
A preguntas del defensor de Milans, Armada dijo que estuvo con los Reyes en Baqueira el 6 de febrero, porque se le avis¨® de que hab¨ªa sido invitado a cenar con ellos en un restaurante, pero que cuando lleg¨® se enter¨® de que la cena hab¨ªa sido suspendida, por lo que se encamin¨® a la residencia de los Reyes en los Pirineos, donde se le dijo que la reina Federica, madre de do?a Sof¨ªa, se hallaba muy enferma. Armada dijo que cen¨® all¨ª una tortilla que hab¨ªa preparado una de las infantas (nuevas risas entre el p¨²blico), y que los Reyes se fueron cuando supieron que la reina Federica hab¨ªa fallecido.
Informe sobre los estatutos vasco y catal¨¢n
A continuaci¨®n el general Armada dijo que el estudio sobre la inconstitucionalidad de los estatutos vasco y catal¨¢n que entreg¨® a Milans del Bosch para que fuera le¨ªdo en el Consejo Superior del Ej¨¦rcito, se lo hab¨ªan dado y lo reparti¨® entre diversas personalidades, entre ellas a la Zarzuela, porque estaba elaborado por un catedr¨¢tico de Derecho Pol¨ªtico que no pertenece a su staff, y cuyo nombre prefiri¨® no citar, con la aquiescencia del presidente de la sala.
En respuesta al defensor de Milans, el general Armada dijo que toda referencia a la reuni¨®n del 18 de enero, en la calle del General Cabrera, donde se ultimaron los preparativos del asalto al Congreso, la hab¨ªa tenido despu¨¦s de los hechos del 23 de febrero. Antes de esa fecha afirm¨® no tener ning¨²n conocimiento de aquella reuni¨®n, ni se le cit¨® para que asistiera a la misma.
Finalmente, el general Armada afirm¨® que no pod¨ªa haber dicho previamente al asalto del Congreso que estar¨ªa en la Zarzuela, porque la Zarzuela no es ning¨²n centro de poder, salvo que se eliminara al Rey, y que por lo tanto tal afirmaci¨®n carec¨ªa de todo fundamento.
A las 18.00 horas en punto, el presidente del Tribunal levant¨® la sesi¨®n, que se reanudar¨¢ hoy a las diez de la ma?ana. El defensor de Milans dijo que todav¨ªa ten¨ªa catorce preguntas pendientes de hacer al procesado.
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