El capit¨¢n Enrique Bobis declara que nunca crey¨® que actuaba contra las instituciones
La vista se reanud¨® a las cuatro de la tarde con el interrogatorio del capit¨¢n de la Guardia Civil Enrique Bobis Gonz¨¢lez, para quien el fiscal pide una pena de seis a?os y separaci¨®n del servicio, acusado de informar a primera hora de la tarde del 23 de febrero, en la Academia de Tr¨¢fico de la Guardia Civil, de lo que se preparaba en el Congreso, al que acudi¨® en uno de los autobuses. Bobis declar¨® al fiscal que el 23-F, Tejero le abord¨® en el bar de la Academia para decirle que iba a mandar un servicio policial, que estaba ordenado por las m¨¢s altas magistraturas del Estado, entre las que se encontraba el Rey. "Yo", dijo, "me lo cre¨ª porque tengo fe en mis jefes y porque el requerimiento de Tejero no me ofrec¨ªa dudas". Manifest¨® adem¨¢s que nunca crey¨® que estaba actuando contra las instituciones.
Dijo tambi¨¦n que para ampliar la informaci¨®n se dirigi¨® con el capit¨¢n L¨¢zaro Corthay al despacho del coronel Manchado, jefe del Parque de la Guardia Civil, al que no pudieron ver porque se encontraba en una reuni¨®n. Record¨® que ambos subieron a un autob¨²s con direcci¨®n a la plaza de Neptuno, muy pr¨®xima al Congreso, en torno al que dispuso que se formara un cord¨®n de guardias civiles.A preguntas del fiscal, declar¨® que entr¨® en el Congreso sobre las 21 horas de la noche, vio a los diputados en el hemiciclo y le dijeron que estos no pod¨ªan salir del mismo y que una autoridad militar llegar¨ªa para hacerse cargo de la situaci¨®n por, lo que en dos horas les relevar¨ªan unidades del Ej¨¦rcito. Revel¨® que cuando fue a pedir permiso a Tejero para evacuar a un diputado (que se encontraba indispuesto, y encontr¨® al teniente coronel hablando con Armada en una habitaci¨®n acristalada. Tras un gesto de Armada, Tejero le di¨® la autorizaci¨®n.
El capit¨¢n Bobis agreg¨®: "Entonces yo le pregunt¨¦ a Tejero qu¨¦ estaba sucediendo. El me reconoci¨® y se?alando a Armada, dijo: 'La otra noche me orden¨® que actuara en el Congreso, y hoy me ofrece un avi¨®n'. Yo mir¨¦ al general, que no manifest¨® nada, y seguidamente me fui".
El procesado indic¨® que cuando se recibieron de Valencia las instrucciones de abandonar el Congreso, todos los oficiales presentes se reunieron para estudiar las condiciones de rendici¨®n y qued¨® clara la decisi¨®n de que se eximiera de responsabilidad a los tenientes de la Acorazada y de la Guardia Civil.
La actitud de Pardo Zancada, seg¨²n el procesado Bobis Gonz¨¢lez, fue de una absoluta disciplina. Agreg¨® que la relaci¨®n entre la Guardia Civil ocupante y la Polic¨ªa Nacional que se encontraba en el exterior del Congreso era de confraternizaci¨®n, a la espera de acontecimientos.
En un momento del interrogatorio del capit¨¢n Bobis, por parte del abogado Adolfo de Miguel, el presidente del Tribunal llam¨® la atenci¨®n al letrado por hacer preguntas sugerentes al dar de antemano las respuestas.
A una pregunta del abogado Santiago Segura, defensor del capit¨¢n Mu?ecas, el procesado se?al¨® que el general Aramburu Topete y el coronel Merino no le ordenaron en ning¨²n momento que depusiera su actitud.A continuaci¨®n fue llamado a declarar el capit¨¢n de Intendencia Jos¨¦ Cid Fortea, que era cajero del grupo de tropas divisionarias de la Brunete el 23 de febrero de 1981, y para quien el fiscal pide cinco a?os de prisi¨®n y su separaci¨®n del servicio. Cid Fortea est¨¢ acusado de acompa?ar al comandante Pardo Zancada con una compa?¨ªa de la Polic¨ªa Militar al Congreso de los Diputados, para unirse al teniente coronel Tejero, de quien dijo que "sab¨ªa de ¨¦l lo que se hab¨ªa escrito en torno a la Operaci¨®n Galaxia , y conoc¨ªa algunos art¨ªculos suyos publicados en la prensa. Y si me permite, tengo que decir que lo comprend¨ªa, porque si un hombre, adem¨¢s de hombre...". En ese momento el Fiscal cort¨® al procesado, y le dijo que lo que estaba expresando era tina apreciaci¨®n suya.
El capit¨¢n Cid Fortea, a una pregunta del Fiscal, dijo que conoci¨® el asalto del Congreso por la radio y que entonces se dirigi¨® a las dependencias del Estado Mayor de la Divisi¨®n, donde pudo observar como el comandante Pardo Zancada dec¨ªa que, por orden del general Juste, las unidades fueran a desarrolllar las misiones que se les hab¨ªa encomendado.
El mismo procesado a?adi¨® que la noche del 23 de febrero cen¨® en las instalaciones de la Divisi¨®n Acorazada junto con el comandante Pardo Zancada, quien le dijo si quer¨ªa ir con ¨¦l, lo que acept¨®, sabiendo que iban a dirigirse al Congreso de los Diputados porque conoc¨ªa de la grave situaci¨®n que atravesaba Espa?a y porque lleva 17 a?os de formaci¨®n militar. En ese punto fue nuevamente cortado por el presidente.
El capit¨¢n Cid Fortea dijo, a preguntas del fiscal, que durante el tiempo que estuvo en el Congreso se reuni¨® con oficiales de la Guardia Civil, charl¨® y pase¨® y estuvo con Pardo Zancada. Conoc¨ªa que las fuerzas al mando de Tejero hab¨ªan interrumpido la investidura de Calvo Sotelo.
El defensor del capit¨¢n Cid, Jos¨¦ Luis Sanz Arribas, le pregunt¨® por el ambiente que hab¨ªa en la Divisi¨®n Acorazada durante la noche del 23-F. El procesado dijo que no entend¨ªa c¨®mo se hab¨ªa adoptado una decisi¨®n a las seis y media y se daba otra radicalmente distinta dos horas m¨¢s tarde. Seg¨²n manifest¨®, cuando sali¨® para el Congreso estaba casi totalmente seguro de que todo estaba perdido; acept¨® que su actitud pudiera calificarse de testimonial e insisti¨®: "Creo que nuestra decisi¨®n sirvi¨® para levantar los ¨¢nimos a mi querida Guardia Civil".
A preguntas del abogado Hern¨¢ndez Gri?o, el capit¨¢n Cid indic¨® que estaba seguro de que los sucesos del 23 de febrero se enmarcaban dentro de las misiones que a las Fuerzas Armadas les otorga el art¨ªculo octavo de la Constituci¨®n. A las 17.40 horas el presidente del Tribunal levant¨® la sesi¨®n hasta ma?ana a las 10 de la ma?ana.
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