Claudio Mart¨ªnez, espa?ol de 12 a?os, se revela en Bremen (RFA) como 'un genio de la m¨²sica'

Claudio y Bernardo Mart¨ªnez Melmer, de doce y catorce a?os, respectivamente, han obtenido el primero y segundo premios en sus categor¨ªas respectivas en el certamen juvenil Hacemos M¨²sica, en el distrito de Bremen (Alemania Federal). Con anterioridad, Claudio obtuvo el segundo premio de] concurso Infanta Cristina 1982. El concurso alem¨¢n goza de un enorme prestigio. Su finalidad es la de promover a los j¨®venes con dotes especiales, ya que de ellos saldr¨¢n m¨¢s tarde los m¨²sicos profesionales. Y los dos hermanos est¨¢n dispuestos a dedicarse en el futuro a la interpretaci¨®n. Para Claudio, el piano es una pasi¨®n "porque es lo que m¨¢s llena de sonido, una sala".

Considerado por su hermano "como un verdadero genio de la m¨²sica", Claudio es alumno del Real Conservatorio de Madrid, y, bajo la direcci¨®n de Amparo Fuster, ha dado recitales en el Colegio Alem¨¢n, en el teatro Real, auditorio del Conservatorio y en el teatro del colegio Cardenal Sp¨ªnola. Simultanea sus estudios musicales con el sexto curso de Ense?anza General B¨¢sica.

Llenar de sonido una sala

Claudio confiesa que los compositores que m¨¢s le gustan son los modernos espa?oles, como Turina o Granados; la m¨²sica barroca de Haydn, y Mozart y Beethoven. "Me encantan las sonatas del padre Soler, por eso eleg¨ª una de ellas, y considero muy dificil interpretar a Chopin y Bach". A Chopin lo califica de "muy peligroso para un concurso". "Para trabajar en una obra de Chopin hay que madurarla muy bien, dejar que repose durante un tiempo y volverla a interpretar. A Chopin hay que trabajarle mucho, mientras que con Bach es muy dificil destacar las voces".Abrumado un poco por la popularidad que le ha dado el premio, Claudio pon¨ªa pegas para dejarse entrevistar: "No tengo tiempo, porque tengo que ir al Conservatorio a recibir las clases". Claudio asegura que "lo ¨²nico que me apetece es ser pianista, porque el piano es lo que m¨¢s llena de sonido una sala".

A Bernardo, dos a?os mayor que Claudio, tambi¨¦n int¨¦rprete de piano, "me tiran m¨¢s la composici¨®n y la direcci¨®n de orquesta que la interpretaci¨®n. Adem¨¢s, tengo el ejemplo de Barenboim, que lo mismo interpreta un concierto que dirige una orquesta. En cambio, mi hermano se fija m¨¢s en Rubinstein y en Claudio Arrau".

Bernardo coincide en parte con los gustos de su hermano. "A m¨ª tambi¨¦n me gustan mucho los compositores modernos espa?oles, pero los que m¨¢s me interesan son todos, a partir de los rom¨¢nticos. Los rusos, como un Rachmalinov, est¨¢n entre mis compositores favoritos".

Sin antecedentes familiares, aunque s¨¦ que nuestra madre quer¨ªa tocar cualquier instrumento, pero la guerra se lo impidi¨®", tambi¨¦n a la hermana peque?a, una ni?a de tres a?os, "le gusta tocar el piano y suele cantarnos canciones infantiles". En la casa donde viven tienen dos pianos de pared; "no son muy buenos, pero es preferible ejercitarnos en pianos formales e interpretar conciertos en uno de cola que al rev¨¦s". "A m¨ª me ha pasado", comenta Claudio, "tener que dar conciertos en pianos mucho peores que aquellos a los que estoy acostumbrado, y es horroroso". Ese no ser¨¢ el caso cuando Claudio Mart¨ªnez Mehner acuda al Congreso Internacional le Isme, en Bristol (Reino Unido), el pr¨®ximo mes de julio.